Era un domingo por la mañana.
Juan citó a todos los pueblerinos a una misa donde el propósito era despedir a su padre, por lo tanto, todos se encontraban en la iglesia.
Algunos bromeaban y otros intentaban no quedarse dormidos.
No obstante, en esa iglesia faltaba una persona, Spreen.
— Amén — Tan pronto como Juan terminó de orar, todos volvieron a hacer ruido.
Sin embargo cuando la misa finalizó, Juan fue el primero en salir de la iglesia, llevándose con la grata sorpresa de que Spreen estaba sentado en las bancas del pueblo, por lo tanto se le acercó con una sonrisa.
— ¡Spreen~! —Hoy se cumplían seis días desde que no se miraban.— ¿Cómo sigues?
— Mago —Dejó de leer la carta y la guardó.— Estoy mejor que antes —En su tono de voz se notaba la esperanza.
Contacto visual.
Los ojos de Juan demostraban felicidad al ver a su amigo, notando que parte de las heridas ya se encontraban curadas y los moretones habían perdido el color oscuro.
Spreen por su parte mostraba una postura relajada, bastante extraño a ojos de los demás.
— ¡Excelente escuchar eso!
La sonrisa de Juan provocó que el corazón de Spreen se agitase.
Platicaron un poco más, Juan hablando con emoción sobre el evento que estaba realizando junto a Auron y Ollie. Spreen lo que hacía era escucharlo a la vez que mantenía su espalda contra la banca, los dolores secundarios aparecían si se mantenía en una mala postura.
— Lo siento si te llega a incomodar la pregunta, ¿cómo está Pelusa?
— Está en perfecto estado, está protegida, lejos de acá, lejos de Reborn.—Respondió.— Se la pasa jugando con el pescado de peluche que le obsequiaste.
Tras la explosión que hubo en su ciudad, pasó horas y horas buscando entre los escombros sus pertenencias, al final logró rescatar un par de juguetes de Pelusa y pocas pertenencias.
— ¿De verdad le gustó?
Spreen le sonrió.
— Pelusa adora los regalos que le das.
Se observaron otra vez.
Esa maldita costumbre de quedarse callados y mirarse hasta que Juan tuviera la iniciativa de recargarse sobre el hombro de Spreen e ignorar todo lo que estuviera alrededor de ellos.
— ¿Y la guerra? ¿Ya pensaste en lo que te dije?
El silencio fue cortado por las dos preguntas.
— No me detendré —dijo con seguridad.— Y no lo haré hasta que Reborn experimente lo que mismo que yo — Aunque el hogar de este estuviera destruido, no estaba satisfecho.
— ¿A qué te refieres? —Los demás pueblerinos se empezaron a ir a sus respectivos pueblos y ante eso Spreen se quedó callado para que nadie escuchase la plática entre ellos dos.
Cuando la última chica se metió a los portales volvió a hablar.— Quiero que experimente las mismas emociones de cuando Pelusa murió en mis brazos —han pasado varios días, si, pero cada noche recordaba como los latidos de su gata iban disminuyendo.
— ¿Y qué piensas hacer?
— Juan, si lo que tengo planeado hacer está en contra de tus principios, ¿que me harías? —ignoró totalmente la pregunta.
— Bueno, Spreen... Creo que eso dependería, dependería de que hicieras.
— Juan —la presencia de Juan lo hacía ponerse menos violento, pero aún así no sabía cómo notificarle al hechicero lo que hizo la noche anterior.— El bastón del profeta...
YOU ARE READING
||Two Sides|| • Spruan •
FanfictionHistoria donde C!Spreen logró salvar el bastón del Profeta antes de que este fuera quemado. • Se shippean cubitos, no streamers. • Traumas. • Spruan.
