Divertida y ansiosa me escabullí.

—Jaina —me llamaron cuando pasaba por el comedor.

—Naron.

—¿Terminó tu visita?

—Si, se marchó. ¿Y tú?

—No tengo a nadie —añadió con tristeza.

—Ya, no te deprimas, es mejor así.

—Deberías valorar a tu familia, es horrible estar solo.

—Escucha Naron, tengo algo urgente que hacer, luego seguimos hablando.

—Ten cuidado, el bosque está con bestias.

Ignoré su comentario y le dirigí a la habitación.

El mensaje de Ragen fue claro y preciso, miré a mi alrededor los muebles viejos y el reflejo de la luz traspasando por la ventana, temo que esos sujetos puedan lastimarnos.

Quiero saber qué me dirá, en el mensaje decía tener algo urgente para contarme, quizá descubrió algo útil.

Traspasé la ventana y corrí hasta el punto de encuentro, un árbol de flores rosadas, el mismo donde ambos nos resguardamos de ese sujeto con máscara.

Acomodé algunos mechones de cabello de tras de mi oreja, he adelgazado mucho pero aún tengo lo mío.

A la leganía escuché aquella melodía transformada en silbido tétrico.

Giré y observé a un enmascarado frente a mi, con la poca luz alcancé a divisar que lleva consigo una motosierra, del susto tropecé con mis pies y caí con fuerza  de trasero, sentí una humedad en mis manos y al observarlas noté sangre, a un lado de mis pies se hallaba una camisa negra, las mismas que él usa.

—Ragen —solté en un susurro apenas audible.

—¿Cuál de todos? —dijo con su voz distorsionada.

Su pregunta me descolocó.

¿Acaso hay alguien más como él?

¿Cuántos?

Se acercó a la vez que encendió esa ruidosa máquina, su máscara tiene ligeros detalles en azul que pude.

—Corre —dijo.

No lo dudé y lo hice.

Escuchaba esa maldita risa distorsionada, no supe a dónde dirigirme.

El internado no es una opción.

Mis pulmones arden y mi boca tiene un sabor a fierro asqueroso.

Sentí que algo se enredó en mi tobillo,  aquello me jaló haciéndome caer de bruces, el dolor del golpe en mi mandíbula se extendió por toda mi cabeza, martillando cada extremo de mi rostro.
Me toqué la pierna sintiendo el objeto que me hizo caer, cadenas.

Ese loco lo hizo.

Escupí sangre, mi boca está adormecida y siento como si hormigas caminaran por mi rostro.

—Presa capturada.

Moví mi cabeza en dirección a ellos, estaba rodeada por cuatro personas, el sujeto tiene razón, he sido capturada, una de ellas se acercó riendo y me noqueó de un sólo golpe.

Recobrando el conocimiento abrí los ojos, cada extremidad estaba atada por cadenas a una silla, a la lejanía escuché pedidos de ayuda y el ruido constante de un taladro.

La habitación sólo tiene un foco iluminando un pequeño círculo a mi alrededor.

No puedo ver nada más.

RagenWhere stories live. Discover now