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Si el plan de Luzu fuera un objeto tendría un montón de carteles diciendo prohibido, prohibido, prohibido, todo el plan no estaba bien y si su mamá se entera no será nada bonito, sin embargo, era necesario intentarlo para hacer sentir mejor a su a...

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Si el plan de Luzu fuera un objeto tendría un montón de carteles diciendo prohibido, prohibido, prohibido, todo el plan no estaba bien y si su mamá se entera no será nada bonito, sin embargo, era necesario intentarlo para hacer sentir mejor a su amigo, era lo único que se lo ocurría hacer hasta el momento. La cuestión es que debía hablar con Rubius, contarle acerca del plan y ver si se animaba, pero eso significaba que también le contaría sobre su amistad con Luzu y no tenía idea de cómo reaccionaría. A su grupo de amigos no les agradaba Luzu –a excepción de Nieves y Lanita–, esperaba que las cosas salieran bien y no terminara con todas las chicas cuestionandole la existencia entera y tratando de convencerlo de que no era una buena influencia, obviamente no iba a dejar de ver a Luzu por más que le reciten una biblia, lo que le inquietaba es que alguna se lo dijera a su mamá y ahí todo sería un gran desastre.

Pero bueno, no era momento de ponerse a imaginar diez mil escenarios con finales trágicos casi llegando a lo fantasioso, necesitaba cuánto antes decírselo para poder ejecutar la idea el jueves cuando tuvieran educación física. Fué durante el receso a verlo al salón, según Mangel estaba allí sin ganas de salir y realmente no mentía, se lo veía desde la distancia lo desanimado que estaba, entró al salón después de que un estudiante se fuera y quedara solamente su amigo, Rubius lo miró acercarse y aún así no cambió su expresión cansada. Quackity lo saludó al sentarse en el asiento a su lado –dedujo que allí se sentaba Mangel–, su "buenos días" fue devuelto con un ligero "hola" y una pregunta directa sobre qué hacía allí, el chico de cabellos azabaches no se animó a preguntarle su estado de ánimo porque no se podía negar que estaba pasándola mal.

Se le hizo difícil decirle, incluso sentía muchos nervios cuando quería abrir la boca y pronunciar una palabra, Rubén a parte de sentirse mal, le molestaba mucho las cosas y justo en ese instante se estaba irritando por el silencio de Quackity y cómo no se animaba a largar lo que quería decir. El vaso de su paciencia se llenaba rápido, se rebasó los límites de su casi inexistente paciencia lo que provocó un golpe en la mesa del lugar de su compañero que sobresaltó a Quackity, Rubius le exigió que ya escupiera de una vez lo que su boca contenía y que se fuera.

——a ver, bestia bruta, a mí no me estés gritando—. contestó Quackity enfadado, que esté dolido no le da derecho a tratarlo así.

——me haces enojar, estás abre y abre boca como pescado y no dices nada, ¿qué quieres decir?—.

——yo... yo te quiero llevar a dónde está Nieves, sé qué no puedes verla por tu mamá y encima que Nieves va al turno tarde—. Quackity notó que los ojitos de Rubius se ponían brillantes, con una necesidad de llorar. ——iremos a su colegio el jueves, vamos a faltar a educación física—.

Eso sorprendió de sobre manera a Rubén, ¿Quackity le está diciendo que van a faltar a educación física? ¿El niño bien portado que le tiene miedo a la irresponsabilidad quiere faltar a una clase? Esto sonaba irreal, costaba creer que había dicho lo que escuchó.

Mom says NO; Quackity & StaxxWhere stories live. Discover now