Gary: ¿Sabes? No lo hare, me quedare aquí.

Arabella: Bien, como quieras.

Mientras dije eso, comencé a subir la ventanilla, y todas las demás a su vez.

Gary: Ya entiendo, eres difícil.

No respondí y encendí mi auto y con la cabeza le indiqué a mi hermana que se subiera de una buena vez. Llego rápido y se subió, ya que estaba arriba arranque, pero algo lento, ya que algo se me interpuso en el camino.

Billy: Hey.

Lo dijo dándole ciertos toques a la ventanilla, la baje y solo me le quedaba viendo, indicándole con la mirada que me dijera que pasaba.

Billy: ¿Y si me ayudas con la mocosa?

Arabella: Ayer no querías que se fuera conmigo y hoy hasta me lo pides de favor.

Hasta que me asomé a buscar a la pelirroja y vi el problema, una chica iba a ir con él, y se quería deshacer de Max.

Arabella: Creo que no podre Billy, tal vez deberías encargarte de ella, ¿Es tu hermanastra, no?

Billy: Hey, por favor, solo hoy.

Lo dijo tomándome suavemente de la mano.

Arabella: Bien, que se suba ya.

Él sonrió y le grito a Max para que se subiera, y antes de que se fuera lo tome lo más fuerte que pude del antebrazo.

Arabella: Después de esto me deberás un favor, ¿Me entendiste?

Y antes de que pudiera decirme algo metí mi brazo rápidamente y subí la ventanilla, Max ya estaba dentro, así que arranque y al mirarlo por última vez logre ver cómo me sonreía.

Íbamos directo a casa, pero se me ocurrió consentir a las chicas un poco.

Arabella: Oigan, ¿Quieren ir a comer a algún lado?

Max: Realmente si tengo algo de hambre.

Estefanía: Yo igual Bella, ¿Nos podrías llevar a la pizzería de la señora Colmang?

Arabella: Bien, hace mucho que no la veo y será bueno saludarla.

Y tal como lo había pedido mi hermana nos dirigimos a unas de las mejores pizzerías del pueblo, o al menos así las recuerdo.

Cuando llegamos ellas bajaron lo más rápido que pudieron ya que habían hecho carrera para ver quien llegaba primero.

Arabella: Oigan, están muy activas todavía, ¿No?

Max: Realmente sí.

Arabella: Vayan y siéntense a una mesa y de mientras yo saludare a la señora Colmang.

Me obedecieron sin poner peros y yo me dirigí a la barra que había y ya ahí la saludé preguntándole como estaba, ella al principio no me reconoció ni un poco.

Señora Colmang: ¿Vas a ordenar algo linda?

Arabella: Pensé que me recordaría, aunque sea un poco, venia todos los sábados cuando era chica.

Señora Colmang: Realmente no te recuerdo linda, lo siento, ¿Puedes decirme quién eres?

Me reí un poco y cuando le dije quién era, ella también sonrió y me dio un abrazo muy fuerte mientras me decía cosas lindas.

Señora Colmang: Ya decía yo que conocía a tu linda hermana, ¿En dónde están sentadas?

Le indique en donde y me dijo que esperara con ellas, que ya iba a la mesa con una de sus especialidades.

Hearts of twoWhere stories live. Discover now