¡Es ahora o nunca!

—¡Koko! ¡Inupi! — Les grite tan fuerte que mi garganta dolió.

Ellos se despertaron sobresaltados, miraron alrededor asustados y luego enfocaron su mirada en mí.

—¡Hey! ¡Guarda silencio basura! —Uno de los hombres me insulto y se acercó.

El auto se balanceo un poco y aproveche el impulso para darle un cabezazo a esa persona con todas mis fuerzas.

Mi vista se volvió borrosa y dolió mucho, sentí algo cálido bajar por mi frente, pero solo apreté los dientes y me enfoque en seguir consciente.

Mientras el hombre se quejaba por el golpe, yo empuje su cuerpo contra el de su compañero y eso entorpeció sus movimientos. Koko e inupi se acercaron a mí. También tenían las manos atadas.

Logre abrir las puertas dobles de atrás de un movimiento, al cargar mi peso con todas mis fuerzas.

Tuve suerte.

Todo pasó en un instante, el conductor apenas notaba que pasaba y como había pensado, estábamos pasando por una calle concurrida.

Koko e Inupi me miraron confundidos y les sonreí.

—Rueden y corran en cuanto puedan, sin mirar atrás—dije rápidamente mientras los empujaba con mi cuerpo hacia la calle.

Había carros detrás de la camioneta, pero estaban a cierta distancia, así que podrían frenar antes de atropellarlos.

La caída seria dolorosa y la cara de pánico en sus rostros debió demostrar lo mal que la pasaron, pero era la única opción.

—¡Díganle a Mikey que volveré pronto! —les grite antes de mirar dentro de la camioneta.

Tenía segundos para decidir qué hacer a continuación y al final... mis opciones eran claras.

Yo pude saltar con ellos, pero... no habríamos llegado muy lejos antes de que nos atraparan de nuevo. Alguien tenía que quedarse y distraerlos. Yo soy el líder de escuadrón, ellos son mi gente, es mi deber protegerlos, tal como Mikey hace siempre, así que... yo tenía que quedarme atrás.

Los hombres se recuperaron y lo único que pude hacer, fue abalanzarme sobre ellos para que no persiguieran a los chicos.

Me empujaron, sentí jalones bastante fuertes que pellizcaron mi piel y algunos puñetazos contra mi cuerpo que casi me sacaron el aire, pero logre retenerlos un poco, con una fuerza que no esperaba tener e incluso, mordí la ropa de uno con tanta fuerza que tal vez mordí algo más que no era tela, pero no tenía otra forma de agarrarlo porque mis manos estaban atadas. Cuando el conductor estaba frenando, solo pensé que tenía que detenerlo de alguna manera también.

La desesperación me consumió en instantes, Koko e Inupi apenas estaban corriendo y gritaron algo acerca de traer ayuda.

Tenía que conseguirles más tiempo y debía darme prisa porque todo estaba pasando en segundos, así que tenía que hacer algo ¡Ya!

Deje de morder a esa persona y junte todo el aire que tenía.

A Emma le funciono para poner nerviosos a las personas que nos molestaron en el parque, y yo... solo puedo rogar que al menos, esto distraiga a estas personas lo suficiente para olvidarse de los chicos.

—¡Ayuda! ¡AYUDA! ¡ME SECUESTRAN! — grite tan fuerte como pude, dañando mi garganta.

Algunas personas comenzaron a voltear, ellos se alteraron, recibí un puñetazo en el rostro que me empujo contra la ventana y golpee mi cabeza, desorientándome.

Regreso DobleDove le storie prendono vita. Scoprilo ora