— Vaya mierda de fiesta. —suelto cuando llegamos, papá me da una mirada de advertencia y yo ruedo los ojos.
Lo único bonito de está fiesta soy yo... y también Jamie, pero primero yo.
— Por lo menos habrá alcohol, ¿no?
— Ni se te ocurra, señorita. —avisa el hombre a mi lado, señalandome con su dedo índice.
— Vale, vale... —alzo mis manos, obviamente dándole la razón sin que le vaya a hacer caso.
— Me gusta como vas vestida, pero me preocupa que después hablen de tí. —habla de nuevo.
— Si hablan de mi me voy a sentir orgullosa, me da igual que sea malo o bueno, pierden su tiempo hablando de mí, eso ya hace que mi ego crezca.
Entramos en la fiesta medio discutiendo, cuando encontramos una mesa libre vamos a ella y nos dan dos copas de vino, la acepto gustosa bajo la mirada molestosa de mi padre.
— ¿Chin, chin? —hablo con gracia, levantando mi copa.
— Por mi hija favorita. —dice, chocando su copa con la mía.
— ¡Oye, que soy tu única hija! —digo sonriendo, él se ríe bebiendo de su copa.
Cinco minutos después se nos une el padre y Jamie, estamos un rato hablando con nuestros padres y después Jamie me invita a bailar, justo cuando empieza una canción lenta. Aprovecho de que mi padre esta distraído con el suyo y acepto sonriendo.
Jamie me guía a la pista de baile, agarrando mi mano, una vez ya estamos en medio pone una mano suya en mi cintura y yo pongo una en su hombro.
— Esto es asquerosamente romántico. —hablo, y él ríe.
— Puedo hacerlo más romántico si quieres.
— Inténtalo.
— Nicole, te amo y no sólo por la estética.
— Jamie, no te amo pero estás muy caliente con la estética de hoy.
— Pero por el amor de Dios. —dice riéndose.
Hay unos segundos de silencio después de eso, me acerco más a su cuerpo, queriendo estar cerca de él y oler su perfume, que por cierto es una cosa que me trae loca de él.
— Estás preciosa hoy. —murmura, dejo mi cabeza en su pecho y sonrío cuando huelo su perfume— El vestido te queda muy bien.
— Gracias, espero que alguien me lo quite esta noche. —hablo sonriendo.
— Créeme que ya hay alguien que ha pensado en cómo quitartelo de mil maneras.
— ¿En serio? ¿Y cómo piensa hacer eso? —lo miro a los ojos, una pequeña sonrisa en mis labios.
— ¿Quieres que te lo explique? —asiento con la cabeza— O, ¿quieres que te hable guarro? ¿Qué es lo que quiere exactamente, Nicole?
— Quiero unas cuantas cosas ahora mismo, la verdad.
Bajo una de mis manos a su pecho y empiezo a hacer caricias ahí, sin dejar de mirarlo a los ojos.
— Estoy intentando con todas mis fuerzas no actuar como quiero, pero no creo que logre aguantarme, Nicole.
— Actua como quieras, nuestros padres no se van a percatar de nuestra presencia de todos modos.
— Ven, vamos. —dice, agarrando mi mano, me dejo guiar nuevamente por él.
Como estamos en la parte de arriba de un edificio, vamos una planta abajo, justo donde están los despachos de nuestros padres. Jamie se para frente a una puerta y saca una llave de sus bolsillos, tiene la llave del despacho de su padre.
Una vez entramos y Jamie cierra la puerta trás de mí, empieza a besarme con ganas. Sin dejar de besarme, Jamie nos lleva hasta un sofá que hay y se sienta ahí.
— Quiero que te arrodilles. —habla entre besos, jadeo cuando siento como me aprieta el culo.
— Nunca he...
— Quiero ser tu maestro, tu pecado, ¿escuchas? —se separa de mí, dejando de besarme— Ahora, arrodillate y desabrochame el pantalón, Nicole.
Mordiendo mi labio inferior y sintiéndome gotear, hago lo que me pide.
×××
uhhh, ahora voy yo
el outfit de Nicole:
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