💐¡Quitense!💐

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Mikey está feliz, tan feliz que siente que esa felicidad hará estallar su cuerpo en cualquier momento. Draken sonríe mientras ata su cobarta, y Mikey sabe que él también está feliz.

Pero, sinceramente, ¿no han sido así sus días en los últimos años? Mikey está cercano a cumplir sus 27 añitos, lo que significa que son 8 años de participar en carreras de motos, 8 años de ser un profesional hecho y derecho, y 8 años de ser un completo ganador.

Baji todavía se quejaba de que ni siquiera como rider profesional haya probado lo que es una derrota.

Pero ninguna de esas victorias es la razón de su gran felicidad. Mikey pensaba que su estabilidad se debía más que nada a la persona que estaba frente a él.

Draken y él llevaban 6 años juntos, como una pareja, una real.

Seis años viviendo juntos, viajando por el mundo, durmiendo en la misma cama y comiendo en la misma mesa. ¡Incluso tenían citas!

Al principio no se había enterado de nada, por supuesto. Pero ahora que podía ver todo en retrospectiva, Mikey se regañaba por haber sido tan ciego.

Podía empezar por el momento en que le había contado a Draken su idea de ser un corredor de motos, y su amigo se pasó todo el tiempo estudiando sobre ello, todo para seguir estando a su lado. Porque Draken siempre había estado dispuesto a seguirlo a cualquier parte.

Por eso, después de mucho esfuerzo, se había convertido en su mecánico personal. Habrían sido tachados de imprudentes después de saber la edad de ambos, pero Shinichiro les había servido de tapadera los primeros años.

Cuando cumplieron 21, su hermano pensó que estaban listos para volar solos, habiéndoles enseñado todo lo que pudo hasta ese momento.

Así fue como Mikey y Draken viajaron a Europa para presentarse como equipo por primera vez. Mikey lo recordaba claramente, después de todo, su primer beso había sido en un bonito hotel en el centro de la ciudad.

Primero habían tenido un problema en recepción, donde les dijeron que había habido un problema y tendrían que compartir cama a falta de habitaciones. Les dieron un reembolso parcial por los problemas, el cual Mikey se gastó en comida después, así que no se quejaron con la agencia.

Había sido un largo vuelo, apenas tocar la cama, Mikey ya se encontraba viajando al mundo de los sueños, y cuando estaba por perderse en ellos, lo sintió, una suave presión sobre sus labios que duró unos fugaces tres segundos y que terminó con un casi inaudible chasquido.

Mikey había pensado que era parte de un sueño, pero la noche siguiente pasó lo mismo, y la siguiente, y la siguiente, y el resto de las noches que compartieron también.

Mikey había estado muy confundido porque Draken no había dicho nada al respecto, pero una noche solo lo soltó, un suave "te amo" que le aceleró el corazón. Después de eso, fue inevitable notar las señales.

La forma en que Draken lo tocaba, la forma en que le hablaba, los sutiles celos, las pequeñas sonrisas, los cómodos silencios, y sobretodo, la forma en que lo miraba, suave, tierno, amoroso.

Mikey había estado tan sorprendido, ¿quien no lo estaría? ¡Había estado saliendo con Kenchin todo este tiempo!

—¿En qué piensas?

Draken le sonrió sentándose junto a él en la cama, Mikey enterró el rostro en el fuerte pecho de su novio y se dejó abrazar por él. Lo sintió oler su cabello, pero no dijo nada al respecto.

—Takemitchi se va a casar. —respondió, ganándose una suave afirmación. —Estoy muy feliz.

—Lo puedo ver.

¡Atrapalo, Mikey! || DrakeyWhere stories live. Discover now