-Tienes suerte de tener buenos amigos como nosotros, sino podríamos haberte dejado aquí- 

-Los quiero demasiado, chicos... Au...-

Boby seguía durmiendo en mis brazos, estaba muy acurrucado que suponía que no iba a despertar en una hora más. Tamaki había terminado de colocar todas las cosas en la parte trasera del auto, solo tomó las llaves para encender el auto y así avisar de que ya podíamos irnos.

Cerramos las puertas de la casa y dejamos que Mirio vaya en la parte de atrás junto con Nejire, a pesar de que fue difícil que Mirio se calmara para que su piel se acostumbre al tacto del asiento.

En siete minutos estabamos en la zona que habíamos querido, desde esta altura solo se podía ver poca gente en la playa, de seguro en unas horas llegarían más.

Esperé a que Nejire y Tamaki colocaran la manta en la arena y así recostar a Boby en ella. Bajamos la comida y bebidas e instalamos la gran sombrilla para que Mirio pudiera salir del auto y sentarse en la manta. Nejire le ayudaba a colocarle el gel a todas las quemaduras de Mirio, lo habíamos comprado en una tienda cercana, era pequeña, pero estábamos agradecidos de no tener que irnos a comprar a otro lado.

-Ya está todo- dije.

-Qué bien, porque tengo mucha hambre- 

Había variedad de comida, sobretodo fruta, también emparedados con carne u otra cosa que podía acompañar. El olor de la comida hizo que Boby se despertara con hambre, saqué su plato de comida para darle sus croquetas y un emparedado con reyeno de carne.

-Esta es nuestra última noche, hagamos que sea increíble, aunque no pueda meterme a la piscina, bailemos- dijo Mirio entusiasmado. 

-¡Ay, sí! por favor. Sería genial-

Una pequeña fiesta entre nosotros con música, la fogata y la piscina, era más que suficiente para nosotros. Ya estaba dicho, íbamos a estar agotados pero no podíamos pedir más.

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Luego de una hora de charla, risas y nostalgia, estábamos llenos de toda la comida, sobretodo de la bebida que habíamos traído...

-T/N... ¿M-me acompañas?...- dijo Tamaki parándose en el suelo, ya era hora.

-Lo estoy- tomé su mano para ayudar a levantarme.

-¿A dónde van chicos?- dijo Mirio con una mirada coqueta.

-P-por ahí... Supongo que tardaremos...- estaba con un ligero sonrojo, hasta podía sentir que quería contener sus nervios al igual que no trabarse al hablar.

-¡Suerte chicos! Nosotros nos quedaremos aquí- Nejire se despedía con su mano.

Sin más nos fuimos a caminar tomados de la mano lo más lejos de los chicos, algo de privacidad no vendría mal...

-¿Qué tan lejos iremos?-

-I-iremos por las rocas. No e-está tan lejos-

Se veía a la distancia un gran conjunto de rocas, eran enormes pero se veía muy lindo el lugar.

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/POV TAMAKI/

Estaba nervioso por estar a solas con ella, este nerviosismo era diferente pero debía dejarlo ir... Ya he estado con ella a solas muchas veces... ¿Qué malo podría pasar? ¿No?

TAMAKI Y TUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora