Las mujeres de Bonten [Bonten x tu]

It Than Signify

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Me da igual lo que pienses,
amor es amor
[ TQ y Ya - Danna Paola ]
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El frío que sufría Mikey era evidente en la forma ronca en que sonó su voz cuando gritó el nombre de Sakura. Sin embargo, hubo tal incertidumbre que hizo a la rubia fruncir el ceño.

¬¿Qué pasa, Manjiro?

Él no respondió, en cambio se acercó a ella y la abrazó con fuerza. Escondió su rostro en su cuello para que la ojiazul no pudiera ver su expresión.
Sakura sintió como el albino temblaba contra ella y se preocupó.

¬¿Estás bien?

Hubo una pausa, como si estuviera tratando de asegurarse de que realmente la chica estaba  allí.

¬Tuve un mal sueño ¬murmuró ¬. No estabas allí cuando desperté ¬dijo con voz ronca.

¬No voy a ir a ninguna parte ¬dijo la chica en voz baja mientras acariciaba su cabello, desde su coronilla hasta su cuello ¬. Mikey, tienes fiebre. Voy a buscar a la señora Rumura, ahora vuelvo.

Sus brazos se negaron a dejarla ir. Luego, después de un rato, se aflojaron y él obviamente, regresó a la cama bajo su orden. La rubia puso una toallita de agua fría sobre su frente, sus ojos estaban vidriosos, tal vez todavía viendo los restos del sueño que había tenido.
Sakura se levantó para buscar a alguno de los chicos y le diera algún medicamento que ayudara a bajar su temperatura pero él la detuvo.

—Quédate —susurró.

Su voz sonaba como una súplica y sus ojos negros vacilaron mientras la miraba.

—Lo haré —cedió la menor nuevamente, y suavemente apartó los mechones de cabello pegado a su frente sudorosa.

Los ojos del albino  comenzaron a cerrarse, revoloteando.

—No me dejes —murmuró.

—No lo haré —prometió.

Aliviado por el firme juramento, el surco entre las cejas de Mikey finalmente se suavizó, llevando una de las manos de la ojiazul a un lado de su rostro y, con las manos entrelazadas, se volvió a dormir.

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—¿Noche difícil? —Preguntó la anciana a la chica rubia mientras le servía un vaso de leche tibia.

—Sí.

La rubia se había quedado toda la madrugada despierta hasta estar segura de que Mikey no tenía nada de fiebre y se encontraba cómodamente dormido.
Había ido a buscar algo de comer para pasar su desvelada y se encontró con la señora Romura, quien para suerte de la rubia, buscaba un vaso de agua.

—¿El señor Manjiro está mejor? —preguntó la mujer con gesto preocupado y la chica asintió una vez más.

—Su fiebre bajó. Haru e Izana estuvieron pendientes de eso. Querían hacerme dormir pero simplemente ya no podía —explicó soltando un suave suspiro —. Pero creo que ya puedo obedecerlos.

Un bostezo la hizo partir y acurrucarse al lado del albino luego de darle un dulce beso a su frente, preparada para dormir.

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—¿Estás mejor? —sonrió la rubia acariciando el cabello de Manjiro mientras lo miraba a los ojos.