ᴅᴏs

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𝘛𝘶 𝘢𝘭𝘦𝘨𝘳𝘪𝘢 𝘱𝘳𝘰𝘷𝘰𝘤𝘢 𝘭𝘢 𝘮𝘪́𝘢.

Pov's Maite

"En mi provincia no solemos saludar así", habló Marcos, jodiendo.

Solté una risita. "Ah, ¿así que me estás diciendo que chocarse con extraños no es algo habitual en tu tierra?".

Se rió. "No, para nada. Preferimos una forma más tradicional de saludar. Pero supongo que tendré que acostumbrarme. Me gusta tu sentido del humor, prima".

La confusión me invadió cuando se refirió a mí como "prima".

Julieta intervino. "Ah, Marcos tiene esa manía de llamar a todo el mundo 'primo' o 'prima'. Es su forma de ser amistoso y cariñoso.".

Levanté una ceja, ligeramente molesta por la interrupción. "Bueno, podría habérmelo dicho el".

"Maite, dale. No estés tan tensa, estábamos bien hasta recién, relaja".

Resoplé, sintiendo más irritación. "Bueno, a veces tus ganas de meterte en conversaciones me molestan. Y sinceramente, Ju, a veces me molesta ser tu hermana".

"Ay no, cuando te pones así no te aguanto, mejor me voy". Salió de la habitación sin siquiera despedirse.

Marcos, sintiendo la tensión, decidió indagar un poco más. "Espera, ¿Posta sos la hermana de Julieta?".

Suspiré, admitiendo la verdad a regañadientes. "Lamentablemente, sí. Es lo que me tocó".

Marcos sacudió la cabeza, con una sonrisa en los labios. "No digas eso, Maite. Julieta es hermosa y buena persona".

Me burlé, no muy convencida. "Más despacio primo, que tiene novio. Además, no sos su tipo".

Marcos levantó una ceja, con curiosidad evidente en su mirada. "¿Y el tuyo si?".

No pude evitar soltar una risita, encontrando divertida su pregunta. "Creeme, Marcos. Estás lejos de ser mi tipo. Ni de lejos"

Perdida en mis pensamientos, me quedé de pie en la cocina hasta que me hablo Nacho.

"Perdon. Estaba distraída. ¿Vos eras Nacho no? pregunté con verdadera curiosidad.

Nacho soltó una risita y sus ojos brillaron con picardía. "Sisi, no te hagas drama, somos muchos y es complicado aprenderse los nombres de todo.".

Asentí, apreciando su atención al detalle. "Encantada de conocerte oficialmente, Nacho".

Sonrió, apoyándose en la mesada. "Lo mismo digo, Maite. Coti me dijo que ibas a preparar algo en la cocina. ¿Hay alguna posibilidad de que prepares algo?".

Una sonrisa se dibujó en mis labios mientras respondía, con evidente confianza. "Ah si, pensaba hacer pizzas, y no quiero presumir, pero son un diez.".

Nacho rió entre dientes. "Mmm no se no se, después de probarlas te digo".

"Está bien, Nacho. Te apuesto lo que quieras a que mis pizzas te van a encantar".

Nacho sonrió, aceptando el reto. "Acepto, pero si tus pizzas no son tan increíbles como decis, me debes un beso".

Me reí, encontrando divertida su proposición. "Trato. Si mis pizzas no te convencen, te te como la boca. Pero si gano, me debes darle un beso a Thiago".

Nacho levantó una ceja, con un brillo de excitación en los ojos. "Vas a perder, morocha".

Le devolví la sonrisa, sintiendo una oleada de confianza. "Vas a perder vos, rubio".

Mientras me inclinaba para darle un beso juguetón en la comisura de los labios, le susurré: "Esro es lo más cerca que vas a estar de besarme, Nacho". Reí y fui a sentarme al sillón al lado de Agustin.

Mientras me acomodaba en el sofá junto a Agustín, a quien llamaban Frodo, no pude evitar notar su aislamiento del resto de los compañeros de casa. Me picó la curiosidad y pregunté.

"¿Qué te tiene sentado acá solo, Agus?". pregunté, con genuina preocupación en mi voz.

Agustín me miró, con una pizca de tristeza en los ojos. "Supongo que no les caigo muy bien a los demás en la casa".

Una cálida sonrisa cruzó mis labios. "Bueno, a mi me caes bien , creo que sos re buen pibe, y me encantaría ser tu amiga si te queres".

"Me encantaría, Maite. Es bueno tener a alguien a mi lado. Aparte de Marcos, sos la única amiga que tengo".

Hablando de Marcos, justo cuando Agustín mencionó su nombre, apareció, recién salido del baño, y se sentó entre Agustín y yo. Intervino, respondiendo a las preocupaciones de Agustín.

"No te preocupes, primo. Mientras yo esté acá, nunca vas solo", lo tranquilizó Marcos, con una sensación de protección en la voz.

No pude evitar corregir a Marcos, añadiéndome a la ecuación. "En realidad, mientras estemos nosotros, Agustín nunca va a estar solo".

Agustín asintió, con la gratitud evidente en sus ojos. "Gracias a los dos. Podríamos formar un buen tridente".

Una sonrisa se dibujó en mis labios. "Podríamos ser el trío de oro,".

Marcos, que no conocía la referencia, parecía confundido.

"Harry Potter, amigo, esta chica sabe lo que es bueno, no la dejes ir". Con un golpecito, Agustín se excusó para ir a por agua, dejándonos solos a Marcos y a mí.

Me vista volvió hacia Marcos. "Puede que esté un poco loco, pero es querible".

Marcos asintió, con una voz llena de sinceridad. "Agustín es una persona genuinamente buena, y me molesta que los demás lo excluyan".

Sonreí con satisfacción, encontrando entrañable el carácter protector de Marcos. "Que se jodan. Y si aislan a Agustín, yo también me voy a alejar de ellos".

Marcos rió entre dientes, con la gratitud brillando en sus ojos cuando me incliné hacia él y le di un beso amistoso en el cachete.

"¿Sabías que solo soy así de bueno con gente que en verdad se lo merece?. Como Agus y vos".

"Bueno, supongo que tendré que creerte. Pero hace poco nos conoces como para saltar así".

"Créeme, Maite. Con lo poco que sé, ya sé quién vale la pena en esta casa".

¿Solo un juego? - Marcos GinocchioWhere stories live. Discover now