Beomgyu gimió. Los dedos de Yeonjun siendo más curiosos de lo normal comenzaron a follarlo a fondo. Buscando aquello que podría hacerlo gritar.

—¡Ah!—lo encontró y no dudó en abusar de él hasta que Beomgyu se estaba retorciendo por sus dedos.

Yeonjun quiso reírse, el demonio imponente que había conocido era reemplazado por un manojo de gemidos incontrolables que se deshacía bajo sus toques.

Corta fue su dicha, Beomgyu se alejó de sus dedos y lo empujó, su espalda se pegó fuertemente contra la cama.

Es probable que tendría alguna hematoma mañana, el empuje de Beomgyu no había sido precisamente delicado.

Beomgyu se acercó, pasó sus largas piernas sobre Yeonjun. Yeonjun tuvo que alzar su mirada para verlo entre las sombras.

—¿Podemos follar ya?—preguntó, la voz de Beomgyu regresando a aquella tonalidad calmada y sensual—Me estoy aburriendo.

Maldita mierda. Yeonjun no le tenía miedo para ese momento, lo estaba llevando al límite de su paciencia.

Beomgyu tomó lugar sobre su regazo. Tomó los dos brazos de Yeonjun, uno con cada mano, e hizo presión con sus uñas en la delicada piel. Yeonjun chilló, una mezcla de dolor y placer sacudió su cuerpo. A penas consciente de las demás acciones del demonio, Yeonjun no notó cuando Beomgyu se levantó sobre su regazo momentáneamente, solo destelló el cómo Beomgyu alineaba su polla en su agujero y se dejaba hundir totalmente sobre su longitud.

Yeonjun lo sintió. Caliente y estrecho a su alrededor. Beomgyu tomó toda su polla sin ningún sonido. Yeonjun abrió sus ojos, el bonito demonio lo miraba con aquella sonrisa de superioridad. Las manos de Beomgyu aún sobre sus brazos, amenazando con rasgarlo de nuevo.

Yeonjun tembló de anticipación. Llevó sus manos a las caderas de Beomgyu. Delineó su cadera, subiendo por su cintura y deteniéndose en los pezones de Beomgyu. Apretó con su índice y pulgar. Beomgyu gimió, apretando los brazos de Yeonjun con fuerza. Demasiada fuerza.

Se miraron por unos segundos, Yeonjun sentía ardor por todo su cuerpo. Dañado y golpeado en todas partes. Regresó sus manos a la cadera de Beomgyu, bajó una de sus manos hasta las nalgas de Beomgyu. Dio una palmada con fuerza, esperando que sus intenciones fueran obvias.

Beomgyu no era tonto, especialmente en estos momentos. Si Yeonjun quería que lo montara, lo haría.

No tardó en dar un primer saltó, sintiendo toda la longitud de Yeonjun salir de su interior, quedando solo la punta hasta que bajó con fuerza sobre el regazo. La polla de Yeonjun tocó su próstata con ahínco, dando justo en cada salto. Llenándolo por completo cada vez que entraba en él. Sus manos encontraron un nuevo apoyo en los hombros de Yeonjun, enterrando sus uñas ahí.

Yeonjun lo levantó como si no pesara nada, dejando su punta nuevamente dentro, tan solo unos segundos después, levantó con fuerza su vientre bajo, golpeando el interior de Beomgyu con fuerza. No tardó en arrancarle gemidos ahogados a Beomgyu.

Cambió la posición, si Beomgyu seguía montándolo tendría más poder sobre él. A Yeonjun no le gustaba eso, prefería ver a Beomgyu bajo suyo, retorciéndose y pidiendo por más.

Tomó a Beomgyu de su cadera, tiró de su cuerpo hasta que la espalda de Beomgyu tocó el piso. El contraste de temperatura logró que Beomgyu gimiera. Yeonjun sonrió encantado.

Las piernas de Beomgyu encontraron un lugar alrededor de las cadera de Yeonjun, y sus manos no perdieron agarre en los hombros del humano.

Yeonjun lo jodió. Golpeando dentro de Beomgyu sin necesidad de tomar un respiro. Quería hundirse fuertemente en él, hasta que no hubiese pulgada que lo separase. Yeonjun estaba gratamente sorprendido cuando el lubricante se deslizó entre ambos cuerpos, ocasionando aquel sonido desagradable. Yeonjun no lo consideró desagradable, no podría hacerlo y por si tuviera que demostrarlo, llevó un dedo hasta el trasero de Beomgyu, luego, solamente chupó su dedo.

No sabía a nada. Pero, Yeonjun estaría mintiendo si dijera que aquello no lo excitó.

Beomgyu no estaba muy distinto a Yeonjun, rodeando sus brazos con fuerza alrededor del cuello de Yeonjun, dejando marcas de sus uñas por toda su espalda. Gimiendo cada vez que Yeonjun golpeaba en su interior. Casi se corre cuando vio a Yeonjun tomar de su lubricante y probarlo.

Nadie lo había hecho. Y no sabía cuánto podría gustarle aquello. Tuvo la lejana visión de Yeonjun abriendo sus piernas y lamiendo su agujero totalmente lubricado y jodido, que ansiaba ser follado.

No era una visión, Yeonjun realmente estaba chupando dentro y sacándole roncos gemidos. Sollozó cuando Yeonjun se llevó su miembro a la boca.

Nunca nadie lo había hecho, todos tomaban lo que querían de él. Nadie realmente se preocupaba de su placer. Pero Yeonjun estaba allí, chupando su polla con ahínco y embistiendo con fuertes dedos su entrada.

Beomgyu quería morir. De nuevo, si era si quiera posible.

Podría haber llorado para el momento en que Yeonjun abandonó su erección pero fue recompensado de inmediato con la polla de Yeonjun en su interior.

Tan bueno.

—Creo que me voy a correr.

Beomgyu abrió los ojos despreocupados, Yeonjun se sintió conmovido al ver la mirada de sosiego que el bonito demonio le dedicaba.

—Si estás buscando algún permiso, no debes pedirlo—sollozó Beomgyu, sus uñas hicieron un nuevo patrón sobre la piel de Yeonjun, creando nuevas heridas—Puedes hacer conmigo lo que quieras.

Yeonjun tomó aquello como un rotundo sí. Sin hacerse esperar demasiado, llegó dentro de Beomgyu, llenándolo de semen caliente que solo logró que Beomgyu gimiera desgarradoramente.

—¡Dios!—con una sutil blasfemia, Beomgyu llegó en medio de ambos, manchando ambos vientres.

Yeonjun pensó que estaba en una nube. Incluso cuando retiró su polla blanda de la humedad que lo acogía se seguía sintiendo como si hubiese estado consumiendo algún tipo de droga.

¿Era aquello el paraíso? Yeonjun negó para sí mismo. No. No. Era simplemente sexo. Pero una cogida arrebatadora.

En más de un sentido.

—Oh, supongo que ya te estás quedando dormido.

No se equivocó. Beomgyu vio a Yeonjun desmayarse. El sonido abrupto del cuerpo de Yeonjun cayendo sobre el suelo resonó entre las cuatro paredes.

—Mañana seguro dolerá—Beomgyu hizo un gesto aturdido. Borró cualquier pensamiento inncesario.

Miró sus manos, se supone que era momento de matarlo.

¿Por qué no lo hizo?

En cambio, se comportó como un maldito humano con sentimientos. Cargó a Yeonjun y lo dejó caer sin delicadeza sobre la cama. Asombrado de sus propias acciones. No era normal.

Era un demonio.

Pero, aquella clara advertencia no prohibió que tomara la manta de Yeonjun y la dejara caer sobre el cuerpo del humano.

Y se fue.

no satisfaction ○ yeongyuWhere stories live. Discover now