Cuentos cortos

La noche

La oscuridad me da miedo, siempre lo ha hecho. No podría explicar el porque solo se que me aterró, cada ruido me mantiene alerta, el sonido de lo animales, el crujir de la madera, el ruido de un auto a media noche.

Me aterra sobre todo aquel misterio sonido, se que viene de la sala de estar, es lo único que sé. No iré a averiguarlo, no soy suicida, podré ser cobarde pero no tonto. Se lo que pasa en las películas de terror cuando alguien va al ruido misterio, pura estupidez.

Se que todo esta en mi imaginación pero aquel sonido me pone nervioso, suenan como garras raspando algo, me mantengo firme en que no iré a averiguarlo. Hace que mi corazón lata con fuerza y me paraliza.

Me late con más fuerza mi pobre corazón cuando se apaga la luz dando al ambiente un aspecto más tenebroso.
Estoy así un rato, no sabria decir cuánto rato ya que no pude ver la hora por la razón obvia. Para mí alivio se enciende la luz y aquel sonido no se escucha, respiro aliviado. Me levanto de mi cama y me dirijo a darme un baño relajante, me dolía todo el cuerpo, lo sentía tenso.

Lleno la tina de agua caliente y me sumerjo en el agua de poca profundidad, me siento mejor, más relajado cuando de pronto la puerta comienza a abrirse lentamente, puedo escuchar un sonido aterrador proveniente de la puerta, un sonido característico de las películas de terror, me sumerjo en una. Mi corazón vuelve a latir como loco, me vuelvo a paralizar y cuando la puerta se abre completa me siento aliviado. Mi gato naranja me vino a acompañar al baño, lo miro irse a la puerta rasguñando con sus garras.

-Asi que eras tú travieso me asustaste.
Lo veo directo a sus lindos ojos verdes y siento que con su mirada me dice, quien más podría haber sido tonto.
Regreso a relajarme junto a mi gato travieso.
Fin