¡Súper!...¿Trece colonias? || UsaMex

005: Pedir un Deseo

El cielo nocturno siempre le gusto, Nueva España encontró consuelo en las estrellas en más de una ocasión, siempre tan brillantes y siempre ahí.  Eran constantes; no se iban de un día a otro, no desaparecían de repente.

La pequeña Colonia ve el manto obscuro de la noche a la luz de las velas y agradece que su cama este tan cerca de la ventana; al inicio fue por el miedo que le causaba la obscuridad, recuerda haber insistido a su padre para que cambiaran su cama a un lugar con más luz y después de días rogando su petición fue cumplida. Ahora, sin embargo, la obscuridad no lo asusta, su miedo va más allá de las noches obscuras.

Nueva España no se lo ha dicho a nadie (porque no hay nadie para escucharlo) pero, le asusta estar solo. Puede que España sea un padre estricto, con demasiadas reglas, regaños y castigos pero, también es su única compañía, cuando su padre se va el se queda por completo solo. Los trabajores de la casa no pueden hablar con él y el silencio nunca le ha gustado.

Y el silencio en una casa como la suya es aterrador.

Miro de reojo sus peluches, deseando que ellos hablaran, que se movieran, que dijeran algo para aliviar su soledad pero, al igual que todas las noches nada pasó, la luz de la luna se filtro por su ventana y Nueva España suspiro removiendose en el colchón.

ㅡ¡Esto es muy aburrido! ㅡse quejo girando en la camaㅡ, papá siempre se va y me deja.

Frunció el ceño e hizo un puchero, incluso si nadie veía, su descontento era demasiado como para ocultarlo, apretó sus pequeñas manos en puños y volteo hacia la ventana una vez más.

ㅡEs injusto que este solo ㅡsusurroㅡ, papá si puede tener amigos.

Entonces recordó la visita de hace unos días, el señor Inglaterra había traído a un niño a la casa, no lo había visto ni escuchado pero el hecho de que hubiera estado ahí lo emociono, por un momento el no fue el único niño en la casa.

ㅡ¡Ya sé! ㅡgritó con felicidad tomando al oso de peluche entre sus brazosㅡ Solo tengo que pedir un deseo como en las historias que me cuenta papá.

Entonces la sonrisa de la pequeña Colonia titubeo.

ㅡPero... ¿como se pide un deseo? ㅡpreguntó al aire viendo con completa confusión al osito entre sus manosㅡ ¿por qué tiene que ser tan complicado ㅡSuspiro abatido abrazando a su pelucheㅡ. Solo deseo tener un amigo con quien jugar.

Las palabras de la Colonia salieron en un susurro solo deseando que alguien o algo pudiera oír su petición.