Fue en cierta fecha, en algún lugar, espacio y época de la historia, que entre los dioses rápidamente corrió el rumor de que la Diosa de la muerte había elegido a un nuevo súbdito, un nuevo inmortal.
Mortales, creaturas y deidades conocieron su nomb...
Fue en cierta fecha, en algún lugar, espacio y época de la historia, que entre los dioses rápidamente corrió el rumor de que la Diosa de la muerte había elegido a un nuevo súbdito, un nuevo inmortal. Mortales, creaturas y deidades conocieron su nombre con forme ella mostraba su existencia al mundo. Se podía observar su figura etérea, agitando su abanico con un toque elegante, de porte temible, una guerrera eterna, que para el mortal transmuta en una joven común, frágil y gentil. La leyenda la describe con dones sobrenaturales, ella misma es el puente de lo material e inmaterial, el mundo de los vivos y el más allá. Poseía la fragante esencia de una flor que únicamente florecía en temporada de muertos, y que impregnaba todo su cuerpo. Pétalos color ámbar y violetas quedaban como rastro a cada paso que avanzaba. A su lado, se mantenían, seguían y servían tanto mundanos como creaturas, sin embargo, era un majestuoso perro xoloitzcuintle y un antiguo guerrero Azteca los más cercanos a ella. Uno su mano derecha, mientras que el otro decían las malas lenguas era más que su mano izquierda, pues la intimidad entre ambos que solo unos pocos pudieron ver, mostraba el amor que en ellos se enlazaba.
Pero, lo que se cuenta y la realidad, a veces son muy diferentes... O tal vez no. Solo Inés conoce la verdad, y esta historia te lo mostrará.
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