Capítulo único

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La frustración en su mirada era notoria, había tenido suficiente con los comentarios que leyó en Twitter sobre el último video que subieron a YouTube

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La frustración en su mirada era notoria, había tenido suficiente con los comentarios que leyó en Twitter sobre el último video que subieron a YouTube. Rodri estaba cansado de que la historia se repitiera con cada DLH que publicaban, personas que se hacían llamar sus “fans” no hacían más que atacarlos con reproches sobre el tiempo que tardaban en subir algo, reclamos por enfocarse en sus conciertos o en sus libros y de encima tener que soportar los “consejos” que más de uno les dejaba en comentarios respecto a la animación o la música porque con nada los podían tener satisfechos.

¿Cuándo fue que la comunidad que habían formado se volvió tan tóxica y desgastante?

Por si no fuera poco, Rodri tenía que lidiar además con el acoso contante que solía recibir por el simple hecho de existir, en un principio optó por ignorar los mensajes que le llegaban, pero el acoso incrementaba cada día que pasaba y al final tuvo que tomar medidas drasticas al bloquear a esas personas, pero no se dio abasto al hacerlo, por lo que su último recurso fue archivar su cuenta en Instagram para tratar de controlar ese problema y de paso evitar que su estabilidad psicoemocional se viera afectada por ello.

La gota que derramó el vaso fue el comentario de un usuario que él y todo el equipo de DLH ya tenían ubicado por el hate que solía mandarles, aunque habían acordado no hacer caso a sus comentarios, Rodri no pudo pasar por alto ese tweet que en pocas palabras ofendía a su hermana por ser ella el enlace a los conciertos, obligándolos a dejar de lado los vídeos cuando no era así. El músico tuvo que respirar profundamente mientras contaba hasta veinte para controlar su enojo evitando responderle de mala manera a ese usuario, en su lugar optó por escribirle al equipo un solo mensaje que marcaría una nueva etapa para ellos: «se acabó».

Sin pensarlo dos veces los cinco animadores de Destripando la Historia se dirigieron a la oficina para llevar a cabo una junta de última hora con Rodri. Habían pasado dos días de haber publicado el último DLH y a todos les constaba cuáles eran los comentarios que habían recibido hasta entonces, incluso sabían que tarde o temprano Rodri tomaría la decisión de terminar con el proyecto, pero no se esperaban que ese “temprano” llegara tan pronto.

—No voy a permitir que les sigan faltando al respeto, mucho menos de una forma tan descarada como esa.

—Nadie te refuta eso —comentó Pascu—, pero terminar con este proyecto es algo serio. ¿Estás seguro de querer hacerlo?

—¿Qué otra opción tenemos? Hemos intentado de mil formas hacerles ver lo difícil que es sacar un vídeo y que la mercancía y los conciertos los hicimos por petición de ellos.

—Aún está la opción de tomarnos solo un descanso.

—¿Para que al volver nada haya cambiado? —preguntó Clara al tiempo que cruzaba los brazos frente a su pecho—. Realmente hemos hecho de todo por trata de concientizar al fandom y nada nos ha funcionado. Es muy desgastante responderles y que ellos te devuelvan una ofensa mayor.

Ojos marronesWhere stories live. Discover now