Capítulo 8. Cuando éramos tú y yo.

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Creí que eras mi "felices para siempre", soñaba sin estar dormida y confiaba en que el deseo que le pedí a esa estrella se haría realidad. Ahora sé que no eres mi cuento de hadas, que los sueños sólo son mientras estás dormida y los deseos a las estrellas no se vuelven realidad, porque ahora incluso yo puedo decir que confundí mis sentimientos con la verdad, cuando éramos tú y yo, creí que lo habías sentido también, cuando éramos tú y yo.

–¿Luke?– dije al verlo.

–¿Quién más podría ser? – dijo imitando la voz de Draco.

–¿Qué haces aquí?– pregunté mirando al rubio.

–Andaba paseando y te vi, quise venir a ver si estabas bien– dijo mirando a Dimitri.

–¿Ahora te interesas por mí?– levanté una de mis cejas.

–¿Es tu novio o algo así?– me preguntó Dimitri.

–No, es el hermano de uno de mis mejores amigos– dije y miré a Luke con fastidio.

–Eso me dolió Lancaster, creí que también era tu amigo– me dijo, reí y negué con la cabeza.

–Sí lo eres, pero no cuando me molestas– le enseñé la lengua –Dimitri, él es Luke, mi amigo y Luke, él es Dimitri, mi nuevo amigo de Durmstrang– ambos se estrecharon la mano.

–Bueno, deberían entrar, ya casi es la hora de que anuncien a los tres campeones– dijo Luke, yo asentí, Luke me dirigió una mirada extraña y después se fue.

–Creo que le gustas– me dijo Dimitri, yo lo miré burlona.

–No, no es esa la razón por la cual vino– dije y luego le sonreí –vamos adentro, no quiero llegar tarde otra vez–

–Yo debo ir al barco– señaló hacia el lago –te veo al rato– me guiñó el ojo y se alejó, sentí que una sonrisa se formaba en mis labios, giré en dirección al castillo pero choqué con alguien.

–Draco, ¿qué te pasa?– le pregunté cuando me tomó del brazo, me jaló hasta el bosque prohibido –¡Malfoy! ¡Para ya! ¡No podemos estar aquí!– intenté soltarme de su agarre pero no pude, se detuvo, estábamos en medio del bosque y el sol se estaba ocultando –¡oye...!– me cubrió la boca con una mano.

–No hagas ruido– me pidió, rodé los ojos –te voy a mostrar algo– dijo quitándome la mano de la boca.

–¿Tenías que hacer todo este espectáculo?– le pregunté calmada, él se encogió de hombros –no sé qué me vayas a mostrar, pero no me hablas en toda la semana y ahora...–

–Perdón– dijo mirándome, eso me dejó perpleja –no quería dejarte de hablar pero...– se calló.

–¿Pero qué?– crucé mis brazos, él se volteó evitando mi mirada.

–No es nada, olvídalo, ¿quieres?– suspiré.

–No tengo elección, ¿o sí?– le sonreí y él a mí, me lancé sobre él y lo abracé –ni se te ocurra dejarme de hablar otra vez, por favor– sentí como sus brazos me estrechaban y me pegaban más a él.

–No lo haré, te lo prometo– dijo y besó mi cabeza, quería congelar ese momento y quedarme así para siempre, había dicho que no me importaba pero en ese momento me daba cuenta de que en verdad me afectaba que no me hablara.

–¿Qué me ibas a enseñar?– le pregunté sin separarme de él, me sonrió y tomó mi mano, comenzamos a caminar un poco hasta que llegamos a un árbol, estaba muy grande, parecía que llevaba años ahí, era una especie de sauce, miré a Draco confundida –¿qué hacemos frente a este árbol?–

FEARLESS (Draco Malfoy) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora