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Dormí como si no hubiera dormido en mil años, Draco no me soltó en toda la noche, sentía su respiración sincronizada con la mía, sus brazos alrededor de mi cintura y sus piernas entrelazadas con las mías.
Despertó antes que yo, cuánto tiempo antes no sé, solo sentí sus bellos ojos mirándome dormir.
Apenas abrí los ojos en su rostro se formó una gran sonrisa, con Draco aprendí que los clichés de las películas y libros si se viven y superan la expectativa.

- Bueno días princesa - beso suavemente mi cabeza

- Buenos días amor - sonreí abrazándome a él, mi oído quedó justo en su corazón, cerré mis ojos mientras lo escuchaba latir.

- ¿Qué quieres hacer hoy? - cuando hablo su voz hizo una especie de vibración en su pecho, sonreí y lo bese en donde escuchaba sus latidos.

- Quiero quedarme contigo en la cama un poco más, después ir a desayunar a un lugar completamente muggle, pasear por las bellas calles de Londres y por la tarde tomar algo mientras miramos el atardecer - dije después de bostezar - ¿Qué opinas? - alcé ma vista para encontrarme con esos hermosos ojos que vuelven loca.

- Lo que la princesa quiera será lo que se hará - beso mis labios, iniciamos un beso lento, suave, delicado, de esos en los que sientes como se derriten y se funcionan las almas en él.

Después de un tiempo de estar en cama nuestros estómagos decidieron que era hora de levantarse a desayunar. Nos bañamos y arreglamos rápido, mientras bajábamos al lobby caímos en cuenta que no teníamos idea de dónde ir. Me acerque a la recepción y le pregunté al señor que estaba en turno.

- Buenos días, es nuestra primera vez aquí y si fuera tan amable le agradeceríamos bastante si nos recomienda un lugar para desayunar - el señor sonrió amable y nos proporcionó el nombre y la información necesaria para llegar a un lugar lindo y acogedor

- Creí que conocerías más de Londres - me dijo tomando mi mano

- Si conozco lugares pero quiero ir a nuevos lugares - sonreí y bese su mejilla - Experimentar todo lo que podamos, pretendamos ser turistas, con acento falso y todo - Draco sonrió, seguro pensó que estoy demente pero no lo dijo solo sonrió y seguimos de la mano.

Al llegar pensé que mi idea había sido ignorada pero comenzó a hablar con un acento tipo alemán o ruso, ni idea pero sonaba gracioso a morir, no pude contenerme y me carcajeé, Draco me miró y entrecerró los ojos, me calmé e imite su acento, él aguantó más que yo la risa.

El desayuno estuvo repleto de risas y té caliente o café para Draco. Saliendo comenzamos a caminar sin rumbo para descubrir lugares lindos.

Después de caminar un par de horas decidimos descansar en un árbol, Draco se sentó y me acomodó en sus brazos como si me hiciera una cueva con ellos, estaba por acurrucarme cuando saco un libro de un bolsillo de su abrigo: Los cuentos de Óscar Wilde, sonreí y me acurruqué.

-¿Quieres que te lea? - pregunto tierno

- Claro que si - bese sus labios sonriente

Comenzó a leer mi cuento favorito, sonreía como tonta. Me dediqué a atesorar el momento impregnándome de él, del aroma de Draco, del sonido de su voz, de la cálida sensación de sus brazos y los pocos rayos del sol que decidieron salir a vernos, el aire meciéndose con suavidad trayendo consigo una brisa con olor a bosque, húmeda y agradable, el sonido de sus latidos combinados con los míos, y sus besos entre que pasaba la página.

Un señor se nos acercó con kit fácil de transportar de pintura .

- Disculpen la molestia jovenes - llamó nuestra atención, lo cuál no nos agradó mucho, rompió nuestra burbuja trayéndonos de vuelta a la realidad - Los vi y no me contuve a retratarlos - nos mostró un cuadro pequeño con nosotros con perspectiva de lejos. Sonreí con ternura, no veíamos tan lindos.

- Es bello, cuál es el precio? - pregunto Draco entre serio e impresionado

- No está a la venta - ambos fruncimos el ceño - Es un regalo - Draco y yo nos miramos aguantando una risa - El amor no tiene precio al igual que esto - extendió el cuadro y sonreímos

- Gracias, al menos permítame ofrecerle algo - comentó Draco de forma muy amable

- Fue mi placer jóvenes - el señor sonrió - Gracias por la inspiración, buen día - el señor comenzó a alejarse sonriente

- Es muy bello - sonreí admíranos el cuadro

- Será lo primero en estar colgado en nuestra casa - dijo besando mi mejilla, sonreí ante su cometario tan tierno

- Así sera mi príncipe precioso - se sonrojó, y nos sonreímos mirándonos a los ojos

De camino a donde nos estamos alojando Draco me preguntó:
- ¿Estuviste contenta hoy? - tímidamente - ¿Estás feliz princesa? - lo mire y lo bese profundamente

- Sin duda alguna es de los mejores días de mi vida, gracias corazón - dije después de que nuestras bocas se separaran - Soy la más feliz a tu lado - me acercó y me acorraló en un árbol

- También yo - ambos comenzamos a comernos a besos sin importar que la gente nos viera.
Una señora nos miró horrible y pasó indignada, Draco y yo reímos como niños después de haber hecho una travesura.

- Aún no quiero regresar al hotel - solté sin rodeos

- ¿Por qué? - preguntó preocupado
- Sigamos disfrutando, vamos a cenar, tal vez otro paseo pero ahora bajo la Luna y las estrellas - baje la mirada tiernamente

- Tus deseos son órdenes mi princesa hermosa - me tomó en sus brazos girándome en el aire - Espérame aquí - lo mire confundida - Iré por unos abrigos, no quiero que te enfermes - beso mi coronilla y corrió al hotel, solo lo mire sonriente, sin poder dejar de observarlo si esto no es amor entonces no se que podría ser. No me imagino un solo día en el que no vea sus ojos mirándome con amor, sin que escuche su risa y mucho menos sin el calor que le proporcionan sus brazos a mi cuerpo y alma. Todo es tan perfecto que absolutamente nada podría arruinarlo...

O si?

La princesa de Slytherin (Tn/Draco)Where stories live. Discover now