ÁLBUM DISONANTE DE UNA DOCENTE ETERNAMENTE PRECARIZADA

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La bicicleta

¿Qué recuerdo elegir para esta tarea de contar una experiencia pedagógica? ¿Uno tan precioso como los relatos del profe de Lugano, que nos reconforte y apague el ardor de mis sienes? Pero no, ese es todo mi tesoro. No lo puedo resignar. ¿Entonces un relato protestón que proyecte la rabia que me dio leer ese texto todo mal escrito de los burócratas de la CTERA y UTE, que nos acusan a los docentes de andar discriminando a los alumnos? Y encima le pusieron de título algo del pibe de la bicicleta. Y yo en seguida me acordé del Pocho Lepratti y su "no disparen, que acá sólo hay pibes comiendo". ¿Nos quieren hacer creer que los docentes somos algo diferente del Pocho o de Fuentealba? De ninguna manera. ¡Yo y mi maldita costumbre de ser aplicada con las tareas! Podría escribir cualquier pavada y sacármelo de encima, pero no, acá estoy, con el bocho a mil tecleando como si de eso dependiera mi vida. Y por esas cosas de la literatura, me acordé de Cucurto y del relato del repositor del Coto que anda a los pedos en la bicicleta (será que ahora no paro de pensar en bicicletas). Bueno, cuestión que me doy cuenta que así es mi historia docente, como la del repositor del Coto. Sólo que en vez de acomodar botellas de Coca Cola, yo doy clases de inglés. Trabajé en miles de lugares, tantos que si los tengo que nombrar en orden o por año no tengo la más pálida idea. ¿Y pueden creer que ahora estoy trabajando de nuevo para los mismos chantas que hace diez años me pagaban $ 4,75 la hora y una vez me dieron un aumento de ¡¡¡cinco centavos!!!? Bueno, sí, volví. Volví al Coto. O mejor dicho, al McDonald's porque es una multinacional yanqui pero que la compraron los japoneses o algo así. En fin, siguen pagando poco y son unos hinchapelotas bárbaros igual que hace una década, cuando tenía de supervisora a Diane, una señora canadiense rubia y gruesa que nunca se levantaba de su silla de oficina y no quería aflojar la plata para el taxi cuando me tocaba dar clases en empresa. Y estos no son los peores. El puchito que me pagan, por lo menos me lo pagan en blanco. Porque después están los que te piden monotributo o los colegios topísimos que te contratan de marzo a diciembre y no te quieren pagar el verano. Claro, yo en el verano no como, hago fotosíntesis. Capítulo aparte: el Estado. Se los resumo así nomás: contratada, monotributista, un año entero sin cobrar en gestión cooperativa, primer intento por anotarme en los listados en la SAD termina en rechazo, llantos desconsolados y una recomendación de ir a la Dirección de Títulos de la Provincia a explicarles para qué sirve mi título (para hacer un bollito y...), segundo intento por anotarme en los listados en otra SAD varios años después debido a la frustración, angustia y bloqueo del primer intento termina en respuesta de la secretaría cerrando carpeta que le entregué con toda mi documentación: "no, acá no tenemos convenio con tu universidad". Chau. Me echó fli. (Y ahora pienso en García Márquez "La triste historia de la egresada de la Universidad Nacional de La Plata y la secretaria desalmada"). Bueno, tercer intento. Fui decidida a que me anoten sí o sí. Y por las dudas llevé a mi nene a cuestas para dar pena o para armar quilombo, lo que pintara. Finalmente, sólo tuve que levantar un poco la voz para aclarar que no hacía falta el cambio de domicilio, que me podían anotar igual y que tampoco hacía falta que supieran para qué cuernos sirve mi título porque después eso lo resuelve la Junta de Clasificación y no sé qué pito. Y me anotaron. ¡Al fin, conchetumare! Pero... canté victoria antes de tiempo. Primer acto público: "sólo llamaremos listado oficial, el resto más adelante cuando haya necesidad". ¡Pero si hay necesidad hoy! No cubrieron todas las horas y yo seguí desocupada. Luego, pandemia, aislamiento, APD y... ¡a cruzar los dedos! Mientras, sigo en el Coto japonés. ¡Ah! ¿Quién pudiera entrar a ese reino de los cielos del convenio colectivo de trabajo? ¿Seguirá existiendo el Estatuto Docente cuando me toque tomar un cargo? ¿O también la escuela pública se habrá transformado en un McDonald's? Acá paro la bicicleta. Hasta la próxima.

 Hasta la próxima

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⏰ Last updated: Oct 29, 2022 ⏰

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Álbum disonante de una docente eternamente precarizadaWhere stories live. Discover now