Capítulo 1: Se conocieron así -Parte 1

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Capítulo 1: Se conocieron así -Parte 1

Justin sonrió enternecido al mirar a sus padres. Siempre que los visitaba, le pasaba lo mismo. Los adoraba. Eran muy sencillos, vivían en un pequeño pueblo de Canadá, y se habían sacrificado mucho para que su hijo tuviera otra vida.

-Te veo paliducho, hijo. Si tomas vacaciones y vienes aquí, volverías a tener color en el rostro.

Justin volvió a sonreírles a sus padres y por encima de la rústica mesa acarició las manos de sus padres.

-Estoy bien, mamá. Lo que pasa es que en la ciudad no se toma tanto sol como aquí. Ustedes sí me preocupan, pues viven con pocas comodidades. Nunca debieron enviarme a estudiar. Soy su único hijo y me necesitan aquí.

-Jamás hubiéramos permitido que renunciaras a tus sueños, Justin. Además, también eran los nuestros: verte convertido en abogado. ¿Te imaginas lo que significas eso para nosotros? Nos llena la vida. Que te diga tu padre lo que pensábamos cuando nos casamos.

-Mira, hijo.-dijo Jeremy- , desde que nos conocimos, tu madre y yo nos quisimos muchísimo. Poco después de casarnos, compramos esta casa. Antes de que tú nacieras, siempre hablábamos de lo mismo: "Si tenemos un hijo, tiene que ser alguien diferente a nosotros. Nos vamos sacrificar para que estudie y tenga una buena vida". Cuando llegaste al mundo y te vi en los brazos de tu madre, juré que crecerías junto a nosotros, pero que no te quedarías en el campo. Tu madre estuvo de acuerdo y cumplimos el propósito.

Los miró con admiración. Cada fin de semana que Justin llegaba a visitarlos escuchaba la misma conversación. Se alegraba de no haberlos defraudado. Ya era abogado, pero como no tenía dinero, no podía montar su propio bufete. Por eso trabajaba en una oficina de abogados por las mañanas y daba clases de francés por las tardes. Mientras tanto, estudiaba para hacer oposiciones y poder ser abogado del estado. Si lo lograba, su vida y la de sus padres cambiaría radicalmente.

- Aquí tenemos un sobre con dinero para ti, hijo, para que compres harta comida y te alimentes bien.

-Mamá, papá... ya no necesito que me ayuden. Gano dinero, aunque no es mucho, pero lo suficiente como para vivir.

Pattie y Jeremy insistieron en que tomara el sobre. Carecían de muchas cosas, pero no les importaba. Tenían un hijo abogado y eso era lo único que siempre habían anhelado.

Cuando se fueron a acostar, Justin pensó en la vida de sus padres. Dos personas buenas que lo adoraban y se habían sacrificado por ver a su hijo convertido en un hombre de bien y en un abogado. Lo habían logrado, pero todavía él tenia mucho camino que recorrer.

Justin también se había sacrificado para llegar a su meta. Tenía 28 años y no había tenido novia. No podía tenerla, pues nada podía ofrecerle y, a la vez, detestaba las relaciones interminables. Tener una novia eterna no iba con su estilo de vida. ¿Si conoció mujeres? ¡Claro!, pero ninguna dejó huellas en su vida. Había experimentado la pasión de una mujer, pero no su ternura. Pensó en sus dos amigos más cercanos a él: hijos de hombres acomodados, vivían con holgura y tenían novias. Pero después de tanto tiempo esperando, ambos habían perdido la ilusión por sus relaciones.

Justin no estaba de acuerdo en hacer perder el tiempo a una mujer. No era un hombre de sueños, sino de realidades.

A la mañana siguiente, cuando se levantó, Justin desayunó con sus padres y se despidió de ellos. Tenía que regresar a Atlanta para dedicarse a estudiar. La vez anterior no había pasado los exámenes. Esta vez tenía que triunfar para poder cambiar de vida, por eso no permitía que algo o alguien lo distrajera.

Justin fue caminado hasta la estación. Era un hombre alto, delgado, de ojos y cabello castaño claro. Era guapo y masculino, tenía una personalidad tan fuerte que se notaba con tan solo verlo.

Su amor fue asíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora