~Ven y Camina Conmigo~

178 11 18
                                    


La fría noche que nos acurrucaba, mis pesadas lágrimas que se contenían por salir, el orgullo que no dejaba mostrar mis penurias, mientras que el de él me parecía aún mayor.

La fría noche, tan fría como sus pasos, tan fría que congelaba mi corazón, el cual ardía de un calor agobiante, un calor de un dolor insoportable que me advertía de el frío de sus caricias.

Estaba dolido, tan dolido por penas que llevaba días cargando, no días, meses, meses esperando una respuesta que aún no tenía clara.

Y aún así, él parecía tan sereno, tan jodidamente inmune a mi dolor, como si no le importara en lo más mínimo.

Grité, grité tanto que mi garganta se cerraba con cada palabra, mi mente se bloqueaba de la rabia, queriendo correr, correr como nunca antes había hecho, escapar de sus brazos, escapar de sus caricias sin sentido, de sus palabras sin sentimiento.

Mi mente me perturbaba con cada toque, cada reflejo, cada palabra que el me dedicaba. No te ama, nunca lo hizo y nunca lo hará.

Veía sus interacciones con otras personas, con sus amigos, con personas cercanas a nosotros. Y sigue siendo tan cortante conmigo.

Días, meses, ya casi un año esperando algún tipo de ayuda, tan solo una señal de que sus palabras no eran vacías como el viento, una sola señal de que sus abrazos eran solo para mi, una señal de que yo era la única persona que aún lo entendía. Pero eso nunca ocurrió.

Discutimos, yo lloré, grité, rompí cosas, llegue a tomarlo de la camisa para esperar una respuesta. Pero nada, su rostro sereno, ido con cada lágrima, inmune a mis súplicas y su corazón tan frío como hielo.

Estaba cansado, cansado de esperar algun tipo de enojo, una señal de que le importo, una señal de que mis celos no eran en vano, una pequeña justificación para quedarme a su lado y no dejar que lo nuestro terminara en la basura.

Solté veneno, solté mil penurias, solté agobios... todo para que lo único que me dijera era si me llevaba a casa.

Mi corazón roto en pedazos, mis lágrimas pesadas que trataba de ocultar, mientras mis manos aún temblaban por su voz.

¿Era su orgullo? ¿Acaso no me amaba lo suficiente? ¿Acaso no merecía tan solo un poco de atención?

Su amabilidad con otras personas, su sonrisa sincera, sus malas bromas, su cariño por cualquier amigo o persona cercana. ¿Acaso no merecía eso?

Le he visto, ví como se destrozaba las manos por Ibai, destrozaba sus manos por Auron, por Biyin, por Juan, por cada uno de nuestros amigos... Pero nunca ví sus manos tan meramente sucias por mí.

Sus silencios que me agobiaban, sus miradas extrañas que me hacían vomitar de lo horrible que se sentían.

Tan solo un dolor profundo por no ser importante.

Cada día pensaba en el día que me dijo de salir, él sabía que sentía cosas, él sabía que lo quería mucho más que a cualquiera. Quiero decir, pensé que me era imposible estar así por una persona. Nunca pensé que esto no durara por mi, si no por culpa de él.

Sus abrazos fríos, sus besos secos. Notaba su mirada incomoda con cada caricia que me daba, notaba su vergüenza al estar a mi lado en público, note que ni siquiera le importaba si coqueteaba con otra persona, simplemente nada.

¿Me acepto por pena? ¿Para no estar solo? ¿Acaso Auron le obligó?

Cada pregunta sin respuesta, como un abismo en mi corazón que quería tapar los huecos con tierra, pero simplemente, la tierra ya no tapaba los huecos.

Just One More Song (Farcus) [ONE-SHORTS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora