Soobin lo miró con el entrecejo fruncido, iba a hablar pero de nuevo, el bonito mesero los interrumpió. Le dejó el pan que había pedido junto con un papel.
—Se debió de haber equivocado.
Yeonjun quería matarlo.
—Olvídalo, amigo. Después verás qué haces con él—se cruzó de brazos, reclinándose contra el espaldar del asiento—Escúchame.
—Eso hago.
Yeonjun se sintió más estresado. Le hizo una seña para que se acercara un poco más a la mesa. Yeonjun se acercó hasta que su pecho se recostó sobre la mesa. Soobin lo imitó.
Entonces, Yeonjun le habló.
—Desde hace unos meses—empezó, mirando a todos y a la vez a nadie—no me siento bien en el sexo.
Soobin lo miró confundido, una vez más.
—¿Cómo?—preguntó, hablando por lo bajo al igual que Yeonjun—¿No estarás enfermo?
Yeonjun negó.
—No, fui al médico cuando me pasó por primera vez—comentó, las tazas de cafés intactas—El problema va mucho más allá de estar enfermo.
Soobin no lo comprendió.
—¿Entonces, qué es?
Yeonjun lo observó suplicante.
—Cada vez que follo con alguien, venirse es muy complicado—expresó, las personas entraban a la cafetería y Yeonjun se sentía ligeramente intimidado—No me siento satisfecho, y me quita demasiadas energías—Yeonjun dejó caer su mano sobre el hombro de Soobin—Y no sé qué hacer, lo he intentado todo.
Soobin lo miró con una expresión indescriptible. Después de unos segundos, habló.
—¿Quieres follar conmigo?—preguntó, notoriamente extrañado.
Yeonjun lo miró horrorizado.
—Mierda, no, por supuesto que no—dijo, sintiéndose asqueado—eres como mi hermano menor.
Soobin se rió un poco fuerte, las personas en la cafetería le miraron mal, pero el mesero bonito solo le dedicó una sonrisa angelical.
—¿Entonces por qué me dices tus asquerosidades?—preguntó, tomando su café. La taza estaba empezando a quedarse vacía.
—Porque necesito que me ayudes a encontrar una maldita solución.
Soobin sonrió.
—¿Tengo cara de tenerla?—preguntó, dirigiendo su mirada al bonito mesero una vez más, esta vez, Soobin sonrió más allá de agraciadamente.
Yeonjun sabía que Soobin no se tomaría esto en serio.
—No lo sé, quizás puedas decir algo que sirva—Yeonjun miró su taza, vacía—Eh, si sigues coqueteando con el mesero bonito al menos consígueme otra taza de café.
Soobin lo miró enojado, después suspiró.
—Se ve como algo complicado, pero bien podrías dejar de tener sexo y ya—acotó, su mirada esta vez sobre Yeonjun—tan simple.
Yeonjun lo miró boquiabierto.
—No, estoy buscando una solución para no llegar a eso.
Yeonjun se enojó cuando Soobin ni siquiera le estaba prestando atención a sus palabras por estar intercambiando miradas coquetas con el mesero.
Yeonjun pensaba que ya no era bonito.
—No me estás escuchando.
Soobin no lo escuchó.
—Mierda, al menos dime una opción—dijo—¿qué harías en mi lugar?
Soobin lo observó, girando su rostro, un poco harto de la estupidez de Yeonjun.
—Amigo—dijo pausadamente—solo intenta algo nuevo.
Yeonjun rodó los ojos.
—Lo he hecho todo, te lo prometo—dijo, removió la taza de lado a lado buscando combatir la desesperanza.
Soobin pensó, pero no mucho, no cuando la mirada del mesero seguía sobre él.
Entonces, se rió, y le dijo a Yeonjun en forma de broma:
—¿Has oído hablar de los íncubos?—preguntó, Yeonjun lo miró esperando por una respuesta más larga y específica—Simples demonios sexuales que cogen contigo a cambio de algo, no sé amigo, podrías intentarlo—rió.
Se supone que era un chiste. Pero, Soobin no vio a Yeonjun riéndose.
Yeonjun tenía una expresión seria que asustó a Soobin pero no lo suficiente como para precuparse del todo. Aún así, decidió preguntar.
—¿No lo estarás considerando, cierto?—el bonito chico ya no lo miraba por atender a clientes en la caja—Mierda, Yeonjun, ni lo sueñes, es un chiste.
Yeonjun se encogió de hombros.
—Son malditos demonios—dijo Soobin—No te metas con cosas que no conoces.
Yeonjun lo miró con una sonrisa ladeada. Soobin no supo descifrar lo que decía.
—Si por gozar de un demonio dejo de ser un santo—dijo, levantándose de la silla y abandonando la mesa—entonces, creo que nunca lo fui.
Y Soobin lo observó irse de la cafetería, saliendo con una sonrisa ladeada que pudo haberle preocupado de no ser por el mesero que tomó el lugar de Yeonjun y le sonrió lindo.
Después se preocuparía por la estupidez de Yeonjun.
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no satisfaction ○ yeongyu
FanfictionYeonjun está cansado del sexo. Bueno, no exactamente del sexo. Sino, del sexo incipiente y sin sabor que conseguía con sus amantes. Nada nuevo, sin sentido. Él quería sentir el sexo de forma más atroz, como si le quitaran el aliento de un solo suspi...
