𝐄𝐥 𝐃𝐢𝐚𝐫𝐢𝐨 𝐃𝐞 𝐑𝐚𝐬𝐚𝐥𝐚𝐬 𝐌. 𝐁𝐥𝐚𝐜𝐤 [#1] (𝐇. 𝐆𝐫𝐚𝐧𝐠𝐞𝐫) ✓

La nueva familia Black

La puerta de aquella habitación se cerró de golpe por Rasalas. La chica estaba molesta, muy enojada por escuchar aquellos insultos a la mujer que amaba. Pero, sobretodo, estaba triste por la reacción de sus padres.

Cerró los ojos, pasó una mano por su cabello y suspiró soltando el humo del cigarrillo por su boca y nariz. Era algo que la hacía tranquilizarse con más facilidad.

—Detesto que hayas tomado ese vicio.

Rasalas abrió los ojos encontrándose a su prima frente suya con su entrecejo levemente arrugado por el disgusto del humo, le sonrió para luego apagar el cigarro.

—No es un vicio—contradijo a su prima—, simplemente lo hago cuando estoy estresada o he tenido un día pesado y ahora, me están pasando ambas cosas.

—No es nada justificable eso—aclaró Narcissa acercándose a Rasalas para acomodarle su atuendo que estaba un poco movido. Rasalas se limito a sonreír; no iba a discutir por su gusto al cigarro, era suficiente con Hermione en casa—. ¿Cómo te fue con los viejos Black's?

Rasalas hizo una mueca de tristeza.

—Ya sabía cuál sería su reacción, por eso no me atrevía a volverlos a ver hasta ahora—Rasalas bajo su mirada por unos segundos, pero Narcissa poso una mano en su mejilla para verse a los ojos—. Quería compartir este momento con ellos, creí que después de tantos años lo entenderían y me apoyarían por una solo vez en algo que me hace feliz y que es importante para mí—soltó una risa amarga—. Fui una ingenua al creer en eso sabiendo lo detestables que son, ¿Pero sabes que? Ya no me importan. Los amo porque son mis padres y siempre lo haré, pero no permitiré que me sigan arruinando. No lograrán arruinarme lo que me hace feliz—Rasalas se removió para buscar algo en su blazer, perdiendo el contacto de la mano de Narcissa en su mejillas, y saco la cajita de terciopelo mostrando el anillo—. La vida me dió una segunda oportunidad y con este anillo es un gran avance para mí felicidad.

—Hermione será una mujer afortunada al tenerte a su lado—dijo Narcissa con un hilo de voz mientras sonreía.

—No, Cissy—Rasalas negó con una sonrisa—. Yo soy la afortunada al tener a Hermione... Ella es mi todo y es por eso que quiero juntar nuestras vidas hasta la muerte. Hermione Granger es la mujer por la cual espere toda una vida... Ella es mi felicidad.

Narcissa no se aguantó más y se lanzó a los brazos de la ojigris para abrazarla y ocultar su rostro en el cuello de Black. Rasalas la abrazo de regreso y más fuerte al notar que la rubia lloraba.

—Cissy... No llores por favor.

—Es que... — sollozó — Realmente estoy muy feliz por ti Rassy —y Narcissa realmente estaba muy feliz por Rasalas, sin importar lo sucedido anteriormente. Narcissa siempre sería feliz con tan solo ver a Rasalas seguir con su vida con aquella radiante sonrisa que tanto amaba.

Si Rasalas era feliz, ella lo era también.

—Me conmueve que seas feliz, Rasalas—susurró aún en el abrazo—. Por favor no permitas que alguien estropeé tu felicidad.

—Te quiero, Cissy—le susurró de regreso Rasalas, quien sonreía.

—Yo a ti...

Narcissa suspiro... Ella la amaba.

Pasaron unos minutos más en aquel cálido abrazo, ninguna sentí la necesidad de separarse. Narcissa estaba disfrutando aquellos brazos, la hicieron recordar aquellos momentos hermosos junto a Rasalas en su juventud, pero era suficiente.

—Bueno—dijo separándose del abrazo y limpiando el rastro de lágrimas derramadas—. Será mejor que te vayas— y sonrió —. No debes hacer esperar a los Granger, debes darte un baño y...