nerd x golden retriver

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Estar en el club de artes era una escapatoria de todo aquello que tanto lo alteraba, las personas, ser juzgado, no poder hacer las cosas bien o sentir que no servía para nada, no había nadie más en ese salón que él, por lo cual, no podía ser juzgado, todo su esfuerzo y dedicación se iban en el dibujo, por lo cual, aunque no fuera perfecto, sabía que para eso no era un inútil que era la manera como se sentía respecto a los demás ámbitos de su vida.

Un suspiro escapó de sus labios mientras terminaba el dibujo de las frutas que había acomodado en un banco delante suyo, no era de sus mejores trabajos, pero había quedado tan bien como consiguió hacerlo, cambió la hoja del lienzo, necesitaba hacer algo mejor que eso, por desgracia eso quería decir que tendría que empezar de cero, era parte del proceso, pero no dejaba de ser algo frustrante que las cosas no salieran como quería.

Tal vez sería mejor tomar un descanso. Pensó para si mismo mientras dejaba el lápiz de lado, apenas estaba por hacer el primer trazo, aunque realmente no tenía la suficiente inspiración como para continuar dibujando, se levantó para caminar alrededor del salón, solo unos pasos para distraer su mente un poco, pasó al lado de la ventana, observando el exterior, los chicos del equipo de futbol estaban terminando su práctica, los envidiaba por completo y deseaba poder excusarse con "es una envidia buena" pero la realidad es que no era así, detestaba como ellos podían tenerlo todo porque eran "geniales", miraban a las personas como él como si fueran inferiores, detestaba que lo hicieran sentir de esa manera, pero se resignó a que de esa manera sería por el resto de su vida.

Terminó acercándose a su mochila para buscar entre sus libretas hasta encontrar aquella donde estaba dibujando el manga en el que estaba trabajando, ese manga era algo sumamente personal, reflejaba cosas de su vida que jamás se atrevería a decir en voz alta, no era nada más que una especie de diario para él, quizás no escribía las cosas tal y como ocurrían en su día a día, pero varias de las aventuras de los protagonistas tenían que ver con los propios duelos que él estaba viviendo, a diferencia suya, el protagonista de su historia siempre conseguía salir adelante, lo deprimía un poco porque ¿Cuándo sería su turno? ¿Algún día podría avanzar o estaría estancado para siempre?, al mismo tiempo, era una escapatoria que le regalaba un poco de esperanza, porque si podía imaginarlo entonces quizás sería capaz de hacerlo, aunque para ello necesitara la valentía que no tenía.

La puerta del salón se abrió, lo cual lo hizo sobresaltarse y guardar de vuelta el manga, con torpeza sintiendo que probablemente lo había dañado al apresurarse, pero con la suficiente rapidez como para que se quedara dentro de su mochila, además también esperaba que la persona que entrara no se diera cuenta que escondía algo.

—¿Estás aquí...? ¡Hey Naoto! —Sintió un escalofrío recorrerle la espalda al escuchar aquella voz.

Se levantó del suelo con rapidez, escondiendo un poco más su mochila mientras se acercaba a Haruki quien había llegado de imprevisto, procurando mantener su bolso fuera de su visión, por si acaso había llegado a verlo escondiendo algo, de cualquier manera, él solía distraerse de los temas con facilidad así que, aunque lo hubiese visto, no sería complicado distraerlo.

—Estoy aquí —aseguró sintiéndose un poco nervioso.

—Sí, eso ya lo noté —comentó con una sonrisa—, quería saber si estabas libre, ya terminé las prácticas y pensé que podríamos ir juntos a comprar un helado.

—Eh ¿Ahora? bueno —apretó sus labios mirando hacia atrás, el lienzo y recostado contra el mismo estaba su mochila, la realidad es que no estaba haciendo nada, había pasado su tiempo intentando dibujar un montón de frutas solo para que el resultado de ninguna fuera completamente satisfactorio—, sí, creo que estoy libre —respondió finalmente, aún dudando un poco.

—¡Genial! hay que apresurarnos entonces, hay días donde la fila es demasiado larga.

Naoto asintió con la cabeza, tropezando un poco mientras iba a recoger su mochila, asegurándose de que estuviera bien cerrada mientras la colgaba sobre su hombro, siguió a Haruki de cerca mientras salían de la escuela, él preguntaba sobre su día, incluso se mostraba interesado en el club de artes aunque no pareciera saber nada referente a ellas, en ocasiones Naoto no comprendía como personas tan diferentes podían estar juntas ¿Por qué alguien como él lo estaba invitando a comer un helado? su corazón latía con rapidez al pensar que tenía una oportunidad como esta, porque él no era como todos esos que se creían superiores a los demás, no actuaba como un imbécil con las chicas, no se burlaba de él, en realidad, dudaba demasiado que Haruki viera a alguien como un inferior.

—Ya casi pasarás a segundo año, Naoto ¿Cómo te sientes con eso?

—No lo sé, va a ser igual que todos los años ¿No?

—Bueno, quizás, pero va a haber nuevas experiencias.

—¿Como cuáles?

—No lo sé, eso dependerá de ti —mostró una amplia sonrisa mientras se detenía en la fa para los helados, gracias al cielo, era corta—. Tú eres quien decide si el año será diferente o seguirá igual, tendrás nuevos compañeros, eso quiere decir que harás nuevos amigos ¿No?

—No lo creo.

—Bueno, yo creo que sí —lo rodeó con un brazo, una vez más el corazón de Naoto se aceleró—, tienes una personalidad encantadora, solo no se la muestras a todos ¿Cierto? siempre te mantienes al margen de las cosas, debes dejar de hacer eso.

—¿Crees que... soy alguien agradable?

—Por supuesto que lo creo.

La fila avanzaba con rapidez, Naoto se sentía un tanto sorprendido por la sinceridad que Haruki tenía hacia él, pero no podía negar que le resultaba algo encantador, se maldecia a si mismo porque sabía qué era lo que todos esos sentimientos que estaba experimentando querían decir, algo que no admitiría en voz alta nunca, porque de hacerlo sabía que joderia su vida y perdería a la única persona que lo veía como alguien agradable para pasar el tiempo.

—Pero no importa si yo lo creo —lo escuchó comentar—, lo importante es que tú lo creas, Naoto ¿Lo entiendes?

—Lo entiendo.

—¿Y puedes prometerme que vas a intentar confiar en ti mismo?

—Sí, puedo intentarlo.

—Te aseguro que eso te traerá un gran cambio a tu vida —abrió la puerta de la heladeria para darle pase al menor.

—¿Cómo es que siempre hablas con esa seguridad?

—Porque confío en mí mismo, veo potencial en ti y confío en ese potencial que veo, si tú confías en ti mismo, verás lo mismo que yo.

Entraron en silencio, solo caminando un par de pasos porque aún había otra pequeña fila en el interior del local, avanzaba a la misma velocidad que antes, aunque Naoto creía que en esta ocasión estaba sucediendo todo mucjo más rápido.

—Gracias, Haruki.

—No tienes que agradecer.

—No, tengo que —miró la mano del chico que no dejaba de rodear su hombro, le habría gustado poder tomarla para que entendiera lo importante que esas palabras fueron para él, pero no tuvo la suficiente valentía—, creo que necesitaba escuchar algo así.

STUPID LOVE | HACHIOJI NAOTO Where stories live. Discover now