Capítulo 1

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El día afuera de aquel edificio lleno de apartamentos se encontraba particularmente bonito, las nubes se encontraban tapando el sol de manera leve sin indicios de que fuese a llover como los días anteriores; las personas parecían disfrutar incluso de la suave brisa que soplaba por las calles por las que paseaban, todos excepto aquel omega pelirrojo que se encontraba afuera de su casa como todos los días, exhibiendo sus pinturas a todos los transeúntes del lugar, algunas de sus pinturas eran paisajes naturales, flores en jarrones, ojos que de animales viendo a través de los arbustos, fondos de algunas tiendas que le habían gustado lo suficiente como para mantenerlas en un cuadro, criaturas mitológicas y animales en su habitad natural, algunas de esas eran las que las personas solían comprarle mientras que las otras pinturas que solía hacer cada dos o tres días eran las más criticadas y temidas por las personas, más por los pequeños niños o al menos algunos de ellos.

Y es que desde hacía un año que Alan venía soñando con escenarios demasiado fuertes para alguien como él, todos los sueños se trataban de un asesino que capturaba solamente omegas, los torturaba y luego los mataba vilmente, arrancándoles los ojos para su colección personal y por desgracia, en su sueño podía verlo todo con lujo de detalles como si estuviera siendo él mismo el que hacía todas aquellas atrocidades. Y para mucha más desgracia, no tenía a quién compartirle dichos sueños y no era lo suficientemente valiente como para buscar ayuda psicológica, así que prefería contarle todos esos sueños y detalles a sus lienzos, ya que, cuando él plasmaba el retrato de los omegas luego de haber sido asesinados entre pinturas, los sueños se detenían por un corto período de tiempo que lo dejaba descansar y dormir las horas necesarias para seguir sobreviviendo a la vida de adulto casi vago en la que vivía actualmente ya que no había podido terminar su carrera universitaria de arte por culpa de su familia.

Alan no tenía familia alguna, al menos no una que quisiera cerca, su padre había muerto de forma bastante extraña a pesar de haber sido catalogada como "natural" y su madre al no poder aguantar el haberse quedado sin su esposo, se suicidó lanzándose desde el balcón de la casa donde él y ella se habían estado quedando luego del funeral de su padre. Alan creía que la fémina ya venía con cierta tristeza en su corazón desde que perdió a su primer hijo, él era el segundo que tuvo y el único que sobrevivió al parto o al menos eso fue lo que su tío paterno le había contado una vez cuando tenía nueve años, aún no entendía por qué le había contado aquello y sinceramente no le tomó demasiada importancia en ese entonces, mucho menos en la actualidad puesto que era suficiente con él mismo siendo un omega en una familia que lo había desplazado por completo, no creía que fuese necesario tener otro familiar que lo desplazara también, sólo por su casta y menos si esa persona sería su hermano mayor porque estaba seguro que le afectaría más.

Ese día como muchos otros, Alan se encontraba sentado frente a su lienzo con el rostro en una expresión completamente concentrada, una paleta de colores en su zurda y un pincel en la diestra, plasmando un nuevo sueño/pesadilla; esta vez había aparecido en la cubierta de un barco que parecía estar anclado en el puerto, no sabía cuál era exactamente por la hora en la que parecía estar sucediendo todo, era completamente de noche y lo único que podía notar era lo poco que había allí; unos pocos postes de luz con bombillos parpadeantes que habían alrededor del barco, luego de pasear la vista por el lugar a través de los ojos del asesino notó que no estaba solo puesto que allí mismo también se encontraba una omega de quizá unos treinta o cuarenta y tantos años, morena con ojos castaños claros, claramente no era de su país; así que lo más probable es que era una turista que tuvo muy mala suerte al encontrarse a aquel asesino.

Como siempre, la vista que tenía era la misma del asesino por lo que nunca ha podido dibujar el rostro del hombre y éste era lo suficientemente inteligente como para no acercarse a ningún lugar que pudiera reflejar su rostro, pero creía que quizás era un alfa o era lo que solía pensar puesto que eran más fuertes que un beta promedio, tal vez podría ser un gamma, pero no estaba realmente seguro, de lo que sí estaba seguro era que el asesino era fuerte porque todos los omegas eran atrapados fácilmente y cargados con la misma facilidad, así que estaba seguro de que no se equivocaba al adivinar la casta del asesino.

Las pinturas de Alan [Gay]Where stories live. Discover now