Operación 4: Detalle

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Si hay algo de lo que carecía totalmente Zheng Xi, era de sentido del humor, o al menos eso era lo que pensaban sus amigos. A pesar de los años, a veces no podía seguirle el ritmo a su mejor amigo y éste siempre terminaba riéndose solo de sus chistes. Por esa razón, descartó totalmente la idea de “bromear” sobre su peculiar relación, le dejaría ese trabajo a Jian Yi.

Sin embargo, una particularmente le llamó la atención: detalles sutiles. Era perfecto para él, quien no podía expresarse correctamente. Pero, ¿qué detalle podría hacerle?, una incógnita que surgió de inmediato. ¿Flores? No, eran muy clichés; ¿una carta?, para nada, no podía decir todo lo que sentía, muchísimo menos escribirlo; ¿un lindo llavero para su mochila?, descartado totalmente, el peliblanco siempre dejaba su mochila tirada en cualquier sitio, definitivamente lo perdería.

Con una mano en el mentón, poco a poco se fue desviando de su camino a casa. Necesitaba pensar con claridad y su hermana no iba a ser de ayuda. A lo lejos, divisó un puesto callejero de artesanías, tal vez allí habría algo para ese idiota. Al llegar, su vista rápidamente se posó en un par de pulseras a juego. Eran sencillas, pero lindas, ambas tenían un pequeño corazón. Rápidamente sacó su billetera dispuesto a comprarlas.

—¿Quieres que les grabe algo? —preguntó amablemente la vendedora.

Zheng Xi lo pensó por unos segundos antes de aceptar. No sería mala idea, tal vez.

Con ambas pulseras ya grabadas, se dirigió a su casa. Ahora, tendría que pensar en como dársela. Quería que fuera en un lugar a solas, pero era casi imposible con He Tian a su alrededor quejándose de que el pelirrojo no lo quiere. Podría hacerlo de camino a la escuela, pero Zi Qian iba con ellos, y no le agradaría para nada que su hermano mayor le hiciera un obsequio a su amigo y no a ella, de quien incluso olvidó su cumpleaños. Así que simplemente, decidió improvisar, pues de todas maneras, lo que planea nunca sale como quiere.

Palpaba cada dos segundos el bolsillo de su campera. La caja seguía ahí. No había pensado en lo nervioso que se sentiría al momento de entregarle la pulsera. Y para sumarle a su mala suerte, Mo Guan Shan y He Tian, lo miraban expectantes a que haga su próximo movimiento. El pelirrojo, a pesar de no ser tan cercano a él, rápidamente se dio cuenta de lo que sucedía entre ambos, pero se negaba a cooperar. Xi miró a Jian Yi quien miraba a sus compañeros jugar basquetbol y volvió la vista al frente. No podía hacer nada con esos dos mirándolo fijamente.

—Suéltame. Tengo que irme —Guan Shan se soltó del pelinegro y se alejó del grupo.

—Vamos, no me dejes solo —se levantó como si de un resorte de tratase y fue detrás de él.  

Pelirrojo, definitivamente se había ganado el que le pasara la tarea, pero se lo agradecería luego.

Volvió a tocar su bolsillo, pero ésta vez sacó la caja y la puso frente al campo de visión de Yi. Su vista se posaba en dirección contraria, como si tuviera miedo de encontrarse con la de su amigo, quien no salía de su asombro. ¿Desde cuándo su Xixi le daba regalos? No se lo iba a pensar mucho, así que sólo tomó el regalo.
Sacó la pulsera de su estuche, estaba maravillado. Tomó con delicadeza el pequeño corazón al ver que decía algo.

—¿ZXX? —preguntó visiblemente confundido—. ¿Qué significa?.

—¿En serio no lo sabes? —lo miró indignado—. Pues no te lo voy a decir. Piensa por tu mismo —se cruzó de brazos.

Jian Yi sonrió con ternura ante el berrinche. Con cuidado, se puso la pulsera en su mano izquierda, percatándose que Zheng Xi tenía la misma en su mano derecha. A la velocidad casi de la luz, tomó la muñeca del otro para observar más de cerca. JY. Esas eran sus iniciales. Rápidamente su mente conectó todo.

—¿Zheng Xixi?

—Si —afirmó aún sin mirarlo, sin embargo su sonrojo era visible.

—Gracias.

Como si de un koala se tratase, Jian Yi abrazó a su mejor amigo, que al principio se removió un poco incómodo, pero quien luego simplemente comenzó a acariciarle el pelo como siempre. Probablemente se le acalambraría el brazo, pero eso no le importaba ahora. Con algo de timidez, el peliblanco decidió darle un pequeño beso en la mejilla. Xixi simplemente sonrió y lo rodeó con su brazo por la cintura, acercándolo más a él.

No estaba seguro si luego podría pasar a simplemente a besarlo o esperaría un poco más. Pero cada vez era más seguro de si mismo respecto a sus sentimientos, si bien sabía que no iba a ser rechazado, la duda se plantaba igual. Pronto vería que hacer, ahora estaba ocupado en mimar a su futuro novio.

Operación: ¡me gustas! - [Jian Yi x Zhan Zheng Xi]Onde histórias criam vida. Descubra agora