╭────────── ❦ ❀ ❦ ──────────╮ ❴lavender haze; parte uno, capítulo tres ❵ 🎻⦁🥀⦁🧝🏻♀️⦁🏹⦁👒 iii. FELIZ CUMPLEAÑOS, GIRASOL
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🌸 Pueblo cercano a la Corte Primavera, Reinos Mortales
NO TODAS LAS LECCIONES SALEN BIEN y no todas las princesas siempre son salvadas por un príncipe. En uno de los entrenamientos de mi madre por el bosque tomé un sendero equivocado y terminé en un lugar desconocido. Un pueblo cerca del mar que no recordaba haber estudiado en los mapas de la Corte Primavera, en el que jamás había estado y cuánto más lo estudiaba, más me daba cuenta de que las personas no eran faes. Me había perdido en un pueblo humano.
No sabía qué hacer. Mi padre me había enseñado que los humanos eran tramposos y desleales, que eran de temer si se los cruzaba desprotegido y por eso es que había que atacarlos antes de que ellos lo hicieran. Sus advertencias provocaron que me aterrorizara, así que cuando me vi frente a un pueblo repleto de mortales temí que estuvieran sonriendo porque se estaban imaginando las diferentes maneras de matarme. Influenciada por mi padre, grité apenas unas señoras quisieron acercarse y corrí de regreso al bosque intentando encontrar a mi madre. Con eso solo conseguí perderme aún más y antes de que me diera cuenta el sol se estaba poniendo y los humanos me llevaban de regreso a su pueblo.
Sin embargo, no me lastimaron ni me torturaron como me enseñaron que harían. Me dieron un poco de comida, me abrigaron apenas la noche cayó con su brisa helada y y me relataron cuentos para tranquilizarme antes de que mi madre apareciera. Mi madre me encontró riéndome mientras tomaba un tazón de sopa en una cabaña de mortales sin querer irme. Claramente tuvimos que hacerlo, luego de agradecerle a las mujeres que me ayudaron y me protegieron de las bestias del bosque, pero teníamos que marcharnos antes de que mi padre y mis hermanos sospecharan por nuestra ausencia. Pero esa no sería la última vez que visitaría ese pueblo mortal.
Desde que me quité de encima las enseñanzas erróneas de mi padre, he ido a visitar ese pueblo junto al mar casi todos los meses, yendo tanto caminando, cabalgando como con la aparición apenas aprendí a usarla. A pesar de haber fallado en la lección de mi madre, haberme perdido me enseñó algo mucho más importante: que los mortales no son los villanos que mi padre quería que creyera, sino que él es el líder de los monstruos.
—¿Por qué esa cara triste en este día tan especial?
Margery me mira a través del espejo con el ceño fruncido, sin dejar de colocar algunas flores silvestres en el peinado de trenzas que me hizo Juliette. Mi dama de compañía está sentada en la mesa de la cocina, el único sitio de la cabaña en la que hay un resquicio de paz. El resto está lleno de mujeres agregándole detalles y bordados a mi vestido mientras comen de los bombones que robamos de la cocina de la mansión antes de escabullirnos al pueblo.
