18 | the masquerade ball

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La pelirroja niega, agarrando el rostro de aquella que consideraba casi como una hermana.

—Él no ha querido que inicie aún, tal vez también tiene esperanza de que llegues. Vamos, Akila, sé que puedes hacerlo.

—¿Y qué hago? ¿Ah? ¿Llego diciendo; yo me opongo? —hace una mueca—. Puedo estar enamorada, pero mi dignidad es primero. No pasaré el posible ridículo que me rechace.

Clary suelta una risa.—Solo acompáñeme, ¿si? Y si no puedes con ello te prometo que te sacaré de ahí lo más rápido posible.

—¿Y si nos escapamos, vamos al Cairo y nos casamos? Seria mejor para ambas, las dos con el corazón roto, pero al menos juntas —propone, tratando de bromear.

—Me agrada la idea —confiesa, ayudándola a levantarse.

Akila cierra los ojos cuando Clary comienza a quitarle las lágrimas de sus mejillas, acomodándole el cabello y estirando mejor su vestido. La pelirroja agarra el rostro de la egipcia dejando un pequeño beso en su mejilla antes de enredar sus brazos y caminar hacia la sala.

Alec sentía sus manos sudar de los nervios mientras sentía a la gente observarlo de forma expectante esperando alguna reacción, pero él tenía la vista fija a las grandes puertas que estaban siendo cerrada, justo cuando dos figuras fueron vistas delante de ellas, haciendo que los guardias volvieran a abrirlas.

Su respiración casi desaparece al verla ahí, sonriendo con Clary mientras entraban, con aquel vestido azul que se había acomodado perfectamente a su cuerpo, esos tacones que estilizaban sus piernas, un natural maquillaje y su cabello liso cayendo sobre sus hombros. Ella era tan hermosa que hacía que suspiros de tonto enamorado salieran de sus labios. Quería dejarlo todo atrás e ir corriendo hacia ella, besándola delante de todos sin importa nada, pero no lo hizo.

El hermano silencioso llama la atención del público diciendo que la ceremonia iba a comenzar. Solo deseaba una mirada, una sola mirada para mandarlo todo a la mierda, pero Akila ni siquiera se atrevía a mirar al frente, distrayéndose hablando con Clary y con sus padres mientras que Gahiji y Magnus murmuraban en voz baja. Ella no quería verlo, tenía miedo de derrumbarse allí mismo.

Akila sonrió levemente al ver a Lydia pasar, ella realmente lucia hermosa. Pero, nuevamente desvió la mirada al momento en el que ella y Alec se agarraron de las manos.

—Es hora que Alexander Lightwood y Lydia Branwell se marquen el uno al otro con la runa de unión matrimonial. Una runa en la mano y la otra en el corazón, nace una unión —habla el hermano silencioso.

Akila sintió como la mano de Magnus se entrelaza con la suya al igual que la de Clary, ambos dándole apoyo, la egipcia levanta un poco la mirada captando a de Izzy, quien la miraba de manera triste.

Una lágrima traicionera se desliza por su mejilla y Alec giró en el momento exacto en la que ella lo miró por primera vez, cruzando por primera y última vez miradas.

Y justo cuando Lydia estuvo por hacer la runa en el corazón de Alec, la egipcia se soltó del agarre de sus dos amigos, desapareciendo de aquella ceremonia de manera sutil. Alec solo pudo ver su cabellera desaparecer entre las puertas que eran cerradas nuevamente por los guardias.

Alec detuvo la mano de Lydia.

—¿Estás bien, amigo? —pregunta Jace.

𝐎𝐍𝐋𝐘 𝐀𝐍𝐆𝐄𝐋 | 𝐒𝐡𝐚𝐝𝐨𝐰𝐡𝐮𝐧𝐭𝐞𝐫 Where stories live. Discover now