Ella sacudió la cabeza, mirando a Hyunwoo con curiosidad.

—No señor, está con Frankie.

—Excelente.

Condujo a Hyunwoo hasta la primera puerta a la izquierda: era una especie de sala de observación. Había un espejo bidireccional que los separaba de dos niños pequeños.

Uno de ellos tenía una mata de pelo rubio y unos ojos tan claros que Hyunwoo pudo notarlos desde el otro lado de la habitación; un puñado de pecas le adornaba las mejillas. Podría tratarse del niño con el aspecto más saludable que hubiese visto nunca.

Estaba sentado a la mesa con un niño pelirrojo mucho más joven que él, y le estaba mostrando algo al otro niño en lo que parecía ser un libro. El niño hizo una mueca como si pensara que algo era asqueroso y luego comenzó a reír. El chico rubio lo imitó.

Él y Allen observaron el juego durante aproximadamente cinco minutos antes de que Hyunwoo preguntara:

—¿Qué se supone que estoy mirando?

—Solo espera.

Hyunwoo se removió inquieto, cruzando los brazos sobre el pecho. Pasaron otro par de minutos y luego entró la mujer con cola de caballo, llamando al chiquillo más pequeño para que la acompañara. Él se puso de pie y se despidió con la mano, y el niño rubio le devolvió el gesto con entusiasmo. Hyunwoo le dio una mirada más perpleja a Allen antes de que el hombre señalara de nuevo dentro de la habitación.

Cuando Hyunwoo volvió la mirada, el niño rubio estaba arrancando metódicamente las páginas del libro, tomando las hojas y triturándolas en tiras cada vez más pequeñas, con su rostro completamente en blanco. El rápido cambio en su comportamiento resultó escalofriante dada la vivacidad con la que había estado actuando hacia solo unos momentos.

Antes de que pudiera preguntar algo más, entró otra mujer. Esta mujer vestía falda y blusa, como si estuviera a punto de ir a una función o tal vez a una cita. El niño se volvió hacia la mujer, mirándola de arriba abajo con lenta y metódica precisión. Ella le sonrió cálidamente. Él también lo hizo. Ella extendió la mano y él la tomó, estrechándola.

Cuando ella se sentó a su lado, cruzó las piernas a la altura de los tobillos, manteniendo las manos en el regazo. El niño hizo lo mismo. Cuando ella se inclinó, él repitió el gesto.

—Él… la está imitando.

—Sí.

—¿Por qué?

—No estamos del todo seguros.

—¿Cuál es su historia? —Preguntó Hyunwoo, incapaz de apartar los ojos de la forma fluida en que el niño imitaba a la mujer.

—Allanaron una propiedad en el sur después de escuchar rumores de que se trataba de una granja de cultivo. Y lo era. Había de todo, desde marihuana hasta amapolas, Había varias personas viviendo en la propiedad. Ninguno emparentado, todos indigentes. No se sabe todavía quién es quién. Los que pueden hablar con coherencia no están cantando y al resto tienen el cerebro estrangulado por inhalar pintura y gasolina.

—Jesús.

—Este niño es uno de los trece niños que encontraron, oscilando entre los seis meses hasta los ocho años. Él los estaba cuidando a todos Alimentándolos, vistiéndolos, creaba pañales improvisados con sabanas viejas y hacia lo mejor posible para mantenerlos limpios considerando que no había tuberías de agua y que el remolque en el que estaban los niños tenía un piso que se hundía directamente en la tierra.

—¿Y nadie sabe de quién es?

Allen se encogió de hombros.

—Nadie lo ha reclamado. Todavía no hemos enviado muestras de ADN. Incluso si pertenece a uno de esos drogadictos, ellos no verán la luz en años. Los demás niños son demasiado jóvenes, fáciles de asignar a un hogar. Pero este. Lo supe apenas lo vi.

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⏰ Last updated: Feb 05 ⏰

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INSANE [2WON]Where stories live. Discover now