Marcado

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Espero que les guste~

Nota: Técnicamente, en la imagen que encontré, decía que quien le había arrancado el brazo a MK fue Wukong mientras estaba bajo el control de LBD pero decidí no ser tan mala como para darle ese trauma xD

Nota-2: Le agregue algunos detalles de más y lo deje como un accidente que cada quien va a poder imaginar por si mismo

MK recuerda gritar hasta que se le lastimo la garganta, en agonía, sintiendo como tiraban de su brazo y no se detenían, sintiendo como algo se desgarraba lentamente, la inconsciencia siendo una especie de bendición en eso momentos.

Y cuando se despertó, supo que todo era diferente, sintiendo horror al bajar la vista y darse cuenta de lo que había perdido. Su brazo izquierdo, desde por la mitad de su antebrazo, ya no está allí, una ola de pánico y náuseas golpeándolo pero se las arregla para no vomitar, intentando ignorar su pavor, destellos de lo sucedido viniendo a su mente y solo haciéndolo sentir peor. Se levanto con cierta dificultad, tambaleándose ante el cambio de equilibrio que causa la falta de su brazo, casi tropezando mientras avanza hacia la pared donde hay un espejo colgando allí, donde puede ver que en su rostro algo había cambiado también. Hay una cicatriz, una que corta de ceja y pasa por encima de su ojo derecho, el cual ha perdido su color y ahora es de un blanco cremoso. Trago en seco, con un nudo formándose en su garganta mientras levanta la única mano que le queda, tapando su ojo oscuro solo para confirmar su sospecha, no puede ver por su ojo derecho. Lloro, no hay necesidad de negarlo, cayendo de sentón y acurrucándose contra la pared, su llanto solo en aumento mientras se abrazaba a si mismo con el brazo que le queda.

Tarda mucho en calmarse, ignorando las voces de sus amigos que intentan consolarlo, ninguno de ellos pudieron alejar la sensación de devastación y amargura que lo inundaba. 

Se obligo a si mismo a recomponerse y a levantarse como siempre, logrando mostrar una sonrisa algo rota y tambaleante, una que sabe que todos allí pueden decir que es falsa y hasta forzada. No esta feliz con su nueva situación pero sabe que no le queda otra más que adaptarse lo mejor posible y seguir adelante como se puede porque realmente no tiene mucha opción, el accidente ya sucedió y ahora debe vivir con las consecuencias.

Adaptarse...no es tan fácil como había esperado. Es extraño, difícil caminar a veces con su nuevo y repentino punto ciego, también debe acostumbrarse a su nuevo equilibrio. Se tambalea cuando choca contra una pared por accidente, frunciendo el ceño. No es la primera vez que choca y tiene la sensación de que no será la última.

-Tonto punto ciego...- no puede evitar murmurar. Intenta no enojarse, lo intenta, pero puede sentir la frustración creciendo con cada día que pasa y aunque sabe que sus amigos solo quieren ayudar, solo hacen que su frustración creciera. Esta molesto, ya no puede moverse con tanta libertad, golpeando cosas y perdiendo el equilibrio con facilidad, ni siquiera puede hacer nada por su propia cuenta, todo limitado por tener una sola mano. Odia ver la manga de sus remeras vacía y colgando inútilmente. Apenas puede cambiarse por su cuenta, negándose a aceptar ayuda en algo que debería ser simple. Comer es un reto con ciertos platos, comiendo unos pocos bocados a veces antes de decidir dejarlo cuando se le hace más difícil. Ni siquiera a podido usar su bandana debido a la dificultad para atarla en su lugar habitual, se siente hasta desnudo sin ella.

-Te acostumbras- se sobresalto pero no se volteo, agradecido cuando el mono se paro a su lado, justo donde podía verlo. Esta agradecido por aquellos pequeños gestos, incluso si en días malos lo molesta un poco.

-Es espero- suspiro, esta cansado de golpearse. Se frota ligeramente la frente, cansado, escuchando los pasos ajenos acercarse un poco más y sorprendido cuando siente su mano en su bolsillo, sacando algo que ha guardado allí desde el accidente. -¿Qué...?- quiere reclamar, pedirle que devuelva su bandana a su lugar pero el mayor ya se esta moviendo.

-Quédate quieto- se queda tieso mientras siente aquella cinta roja alrededor de su cabeza, una ola de familiaridad golpeándolo mientras el mono ata los extremos y se para a su lado apenas termina, luciendo satisfecho. -Bien, ahora te vez más completo- MK no puede evitar soltar un risa algo seca.

-Un poco difícil- hizo un gesto hacia la manga de su remera que cuelga flojamente, sin nada que la rellene.

-Hey...- hay una mano agarrando la suya, alzando la vista para encontrarse con un par de ojos dorados que lo ver fijamente, luciendo amables y sin rastro de pena para su alivio. -...todo estará bien- sonrío ligeramente, dándole un apretón a su mano.

-¿En serio lo crees?- lo mira, se había sentido tan cansado en los últimos días que es difícil creer que todo mejorara.

-Te lo aseguro, Kid...- se sobresalta ante el brazo que ahora rodea sus hombros, relajándose apenas puede ver que es Wukong, quien le muestra una gran y confiada sonrisa. -...todo estará bien- ambos se ven tan seguros de aquello, algo que por alguna razón lo hace sonreír, apenas y ligero pero la primer sonrisa sincera desde que todo ocurrió.

Y por alguna razón, les cree.

Decide relajarse y aunque aun no esta del todo cómodo, aceptar la ayuda de sus amigos cuando cree que es necesario.

Con los días, Mei se convierte en una bendición. Ella no lo trata diferente, siempre sonriendo y arrastrándolo a sus lugares usuales favoritos, mandando una mirada de muerte que a cualquiera que lo mirara muy fijo y raro, haciendo bromas de todo tipo pero nunca metiéndose con su falta de brazo, algo que agradece con todo su corazón. La adora y es por eso que se aferra a ella en sus días malos, ella abrazándolo con fuerza y sin soltarlo hasta que él se sienta un poco mejor, demasiado cansado para quejarse cuando ella le da de comer frutas o dulces, siempre dependiendo de lo que tuviera guardado.

Pigsy deja de gritarle tan seguido y para su alivio, aun le da ciertos trabajos para ayudar, incluso aprendió a hacer platos simples y fáciles de comer que no requieren más de una sola mano. Son deliciosos y calientan su alma con cada bocado.

Tang deja atrás algo de su pereza para ayudar a su amigo cuando las cosas se ponen pesadas pero siempre encuentra un momento para sentarse a su lado, contándoles cualquier historia que hubiera llamado su atención.

Wukong y Macaque son una compañía bienvenida, sus peleas amistosas siendo la razón por la cual empezó a reír nuevamente. Su maestro siempre esta allí, llegando a ser pegajoso en ciertos momentos, llenándolo de abrazos y suaves arrullos en sus malos días. El mono de las sombras le da consejos de como adaptarse a su falta de visión, ayudándolo a manejar su nuevo equilibrio.

Red Son nunca cambia su actitud por completo, aun le grita y lo llama "niño de los fideos" pero puede sentir que algo cambio, siendo suave aunque sin dejar atrás su actitud algo brusca. En sus días malos solo se sienta a su lado como compañía y aunque intenta ocultarlo, MK sabe que esta trabajando en un nuevo proyecto, uno que parece mantener en secreto de todos.

Al final, ellos tenían razón, las cosas mejoraron. Lento pero constante.

Puede volver a dibujar, usando algo pesado sobre alguna de las esquina del papel para que este no se moviera, agradecido de no haber perdido su mano dominante. Vuelve a sonreír, enorme y sincero, logrando encontrar alegría con cada día que pasa. Aun tiene malos días, en los que solo quiere revolcarse en su miseria en soledad y en los que extrañaba aquello que perdió pero tiene una familiar fuerte y compañera que le da apoyo, quienes le dan todo el cariño posible para consolarlo. Si, las cosas van mejorando.

~Monkie Kid~ 3️⃣Where stories live. Discover now