—Quisiera ser Laura—habla caliente Dulce.

—Niñas calmen esas hormonas, soy muy celoso—mi padre siempre mostrando su manera de amarnos ante cualquier gilipollas, sin comprender todavía que viví unos meses con el mayor de ellos.

—Perdón papi, haremos más silencio—Aly hace un puchero y mi padre asiente para desaparecer y dejarnos tranquilas en el suelo, donde estamos con pijamas, colchas y almohadas. Las botellas hace rato quedaron vacías y solamente queda una, aunque el efecto del alcohol se mantiene en nosotras.

—Si yo fuera Laura, al saber que esa belleza me secuestro, me quedo toda la vida con el—habla Linda borracha haciéndome tragar saliva ya que encuentro un poco de similitud a mi experiencia.

—Yo no solo me quedaría, lo obligaría a casarse conmigo—comenta Dulce tomando el control para continuar viendo a Laura y Massimo bailar tan sensual el tango que suena en la película, tal cual como lo hice con Dominic en la cena con su equipo, o el mío, mierda todo me recuerda a él.

—Yo me embarazaría, para amarrarlo—Aly no tarda en dar sus comentarios inapropiados.

—¡Aly, estas loca! —la reprendo—No puedes usar un niño, para hacer que una persona permanezca contigo.

—Si, Michell tiene razón...—me secunda Dulce—Es mejor moverle bien las caderas y montarlo como Dios manda—escupo mi trago en segundos.

—Cierto les encanta cuando hacemos eso—habla Aly decidida mientras asiente haciendo carcajear fuerte.

—¿Qué hare con ustedes? —me pregunto en voz alta.

—Amarnos—afirma la lora de Linda—Y por ahora, bailar—asiento y enciendo estéreo en un tono suave para nosotras.

En segundos Counting Stars de OneRepublic, resuena por toda la sala. Bailamos enseguida tratando de bajar el alcohol de nuestros sistemas, damos vuelta riendo y disfrutando de nuestros pasos torpes. En el momento que la música suena más fuerte me detengo a una pequeña distancia donde observo como mis amigas bailan y mi hermana se mantiene encima de la pequeña mesa dando vueltas como un trompo, las lágrimas no tardan en bajar al observar cómo extrañaba esto, pero aun con ellas, con mi padre, quiero estar con él.

Él se clavó en mi corazón condenándome a sufrir su indiferencia, pero me niego a aceptar que me vea destruida, tal vez lo amo, joder lo amo demasiado. Lastimosamente el me jodio a no hacer lo mismo, y a no amarme sobre nuestros recuerdos. También comprendí que tenía una vida, la cual recuperaré. Mis amigas y mi hermana notan mi ausencia y me buscan con la mirada donde se entristecen al ver mis lágrimas.

—Michi, ¿Qué pasa? —pregunta mi hermana preocupada acercándose a mi rápidamente.

—Las extrañaba mucho—las tres corren a abrazarme haciéndome sentir su cariño incondicional, pero todas saben que quiero saber la verdad—Mañana quiero saberlo todo—hablo mientras limpio mis lagrimas retrocediendo un poco del abrazo y todas me observan sorprendidas.

—¿Segura? —la pregunta de Dulce está de más.

—Más que nunca...

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—Papá, no hagas tanto ruido me duele la cabeza—me quejo al escuchar a mi padre recoger las botellas que vaciamos ayer por la noche.

—Claro, después del todo ruido que hicieron ayer, quieres silencio ahora dulzura—habla irónico mi padre al sacar la aspiradora.

—Señor Alan, tenga piedad de nosotras—pide Linda escondida detrás de mí.

MI NECESIDAD OSCURA [EN EDICIÓN]Where stories live. Discover now