Quería plantar girasoles en la parte trasera, algunas rosas blancas por la fachada y trataría de cambiar lo antes posible el techo.

Mañana procuraría terminar de limpiar y hacer una lista de los pendientes y lo que necesitaba comprar para no atrasarse y ver que podía hacer con el dinero que tenía ahorrado.

Después de comer y limpiar la zona se dirigió a su habitación, lavo sus dientes y se acostó en aquella vieja cama que debía cambiar, arropado observó muy detenidamente la hermosa vista que la ventana cerca de su cama le brindaba.

Le dio las buenas noches a su abuela y cerro sus ojos esperando que mañana fuese igual o un mejor día.

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Sabía que tenía una muy horrible costumbre de buscar y ver la hora de un reloj, independientemente del lugar, era algo que había adoptado no por deseo sino por prevención.

A las once había dejado su bonita y aun descuidada casita para regresar a la casa de sus padres solo para volver a su rutina. A las tres había terminado y salido de la casa sintiéndose aliviado y un poco libre de saber que ellos no regresarían hasta la otra semana, tomo el transporte y camino hasta una vieja tienda de libros que frecuentaba cuando tenía libre o sus padres no estaban.

— Donghyuck tiempo sin verte — volteo al ver como el casi anciano Yang se acercaba con una leve sonrisa y ojos muy brillosos.

— Buenas tardes señor Yang — saludo respetuoso regalándole su mejor sonrisa.

Para él, el señor Yang merecía todo su esfuerzo y cariño pues era un hombre muy amable y dulce que siempre lo atendía de la forma más cálida posible, siempre trataba de comprar sus hojas, libretas y si era posible algún libro de segunda que ofrecía.

— ¿Cómo ha estado? — pregunto extendiendo su brazo para ayudarle a caminar.

— Esperando tu visita muchacho, últimamente a los jóvenes no les interesa comprar libros, parece que ahora lo pueden descargar sin problema alguno — cada vez que entraba y hablaba con el casi anciano deseaba ayudarlo, deseaba comprar muchas cosas para ayudarle significativamente en su vida.

— Nadie puede quitar lo bello y hermoso que es pasar las hojas de un libro y disfrutar sus aromas, abrazarlo ante la emoción y cerrarlo por la sorpresa — ambos rieron bajo comenzando a hablar un poco de todo de sus vidas.

El dueño de la pequeña librería le invito una taza de té con un par de galletas de vainilla y chocolate, le encantaba el ambiente, la calidez que el señor le regalaba.

— Señor Yang — hablo cuando miro nuevamente el reloj sintiéndose un poco triste al saber que eran las seis cuarenta y ocho.

— Siempre es un placer compartir una taza de té contigo — él le sonrió haciendo que su corazón se calentara aún más — ¿Llevaras algo? — preguntó levantándose con cuidado.

— Una libreta, un par de hojas y... — quedo viendo un libro que hace tiempo quería — Verity colleen hoover — lo tomó entre su mano, estaba en inglés, pero no era un impedimento muy grande podía usar su diccionario en caso de no entender alguna palabra.

— Veo que esta vez llevaras un poco más — asintió sabiendo que el precio del libro estaba fuera en su presupuesto y eso que ya la compra de la libreta lo estaba.

— Hace tiempo lo quiero — le dijo llevando todo hacia la muy amplia caja donde el hombre lo guardo en una bonita bolsa de cartón.

Se sintió extraño al salir de la librería....sentía culpa....se sentía mal....

Mi Persona Especial - MarkhyuckWhere stories live. Discover now