(Not) Us /Satzu

16

—Gracias por lo de anoche, no debiste arriesgarte— agachó la cabeza con vergüenza.

La otra chica de verdad se aguantó las ganas de preguntar la razón por la que intentó hacer aquello.

—No fue nada— le regaló su mejor sonrisa. Preguntaría tal vez, pero más adelante. —Deberías descansar ahí hay una pastilla para el dolor de cabeza y un desinflamante para tu...— señaló el hematoma que estaba en el rostro de la contraria.

—Oh, esto— se apuntó y la coreana asintió —Gracias, me habré golpeado al caer en algún lado

—Yo diría que alguien te golpeó— soltó y luego de darse cuenta de lo que dijo su cara ardió —Disculpa es que ...— Tzuyu sonrió —Lo siento

(...)

—¿Tienen alguna información?— era la quinta vez en media hora que la nipona preguntaba.

El señor de mediana edad detrás de aquel escritorio lejos de mostrar alguna empatía gritaba en su rostro que odiaba su trabajo.

—Señorita cuando tengamos información se la haremos saber

La nipona hizo una pequeña reverencia algo apenada, aún preocupada regresó a su lugar con los ojos hinchados de tanto llorar y sin haber dormido nada.

En ese momento la que fue su mejor amiga apareció como buscando a alguien, lo más probable es que le haya llamado Mina.

—Momo— la chica llegó a su lugar y le regaló un abrazo —No aparece, es mi culpa— lloró en el cálido cuello de su amiga —Es mi culpa— una y otra vez lo repetía

Su compatriota le daba masajes en la espalda en busca de tranquilizarla

—Sana no es tu culpa— le dijo pero el lloriqueo de su amiga no le permitió oírla. Tardaron unos segundos así mientras su amiga buscaba hallar calma.

...

Estaban tomando un café mientras esperaban alguna noticia o más bien, mientras Sana esperaba noticias, Mina había ido por una cambia de ropa y algo de comida para su novia.

Luego de tomar su café dieron un vuelta juntas por los pasillos, Sana estaba más que perdida en sus pensamientos, revisaba una y otra vez su celular esperando a que la taiwanesa le mandara un mensaje avisando que estaba bien, la llamaba una y otra vez esperando a que esté sonara pero siempre la mandaba al buzón.

—¿No contesta?— su mejor amiga veía su preocupación. La rubia negó con la cabeza y con tristeza en sus ojos —Así que aún te importa.

—No, solo quiero saber si está bien y ya.

—No debería importarte tanto si Tzuyu desaparece ¿No habrá sido lo mejor...?— Sana se detuvo abruptamente e inmediatamente su amiga supo que dijo algo incorrecto, observó con el entrecejo fruncido, entonces —Yo...—

—¿Qué acabas de decir?— la indignación era algo que destacó en su voz.

—Digo, tus problemas se terminarían.

—¿Momo piensas que porque Tzuyu desaparezca se acabará el problema?— Tal vez Sana tenía demasiados resentimientos y una que otra vez deseaba que Tzuyu no hubiera aparecido en su vida pero nunca deseó que muriera —No sabes lo doloroso que sería para quienes la quieren

—Igual nadie la quiere...— Momo debía dejar de decir esos comentarios —Le habrá hecho un favor a la sociedad.

—Será mejor que te vayas.

—¿Qué?— su amiga aún no lo entendía —¿Sigues poniendo a Zhou por encima de quienes si te queremos?

—¿Eso es querer?

—Sana, ¿por qué no te das cuenta?— Momo le gritó desesperada y algo molesta —Sigues atada a esa imbécil ¿Has pensado en cómo se siente Mina?— y eso, eso había dolido más que una cachetada la rubia regresó a su realidad, ella tenía novia, una novia que la amaba sobretodo y que ha estado en todo momento para ella.

—Será mejor que te vayas

Momo rio algo sarcástica —Te puedo apostar lo que quieras a qué Tzuyu aparece con una chica, sabes lo buena que es con las put...— oh no, Momo acababa de decir una estupidez.

Sana no pudo evitar que las lágrimas cayeran, su mejor amiga la estaba lastimando.

—Vete

—Sana perdón, no era mi intención... — la culpa la estaba golpeando —Sana yo...

—Vete— la pelirubia dispuesta se dió media vuelta para marcharse.

—Sana yo te quiero._

Sana se detuvo, se regresó hacia su amiga en su rostro había una mezcla de emociones estaba herida, enojada, harta —Ni siquiera eres tan diferente a ella diciendo querer a las personas pero lástimandolas siempre.— eso fue un golpe bajo para la nipona de flequillo.

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Actualización después de mucho tiempo jaja pero la verdad han pasado muchas cosas.