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Esto no es una película.

La campana de la escuela sonaba, la taiwanesa colocaba las cosas en su casillero, buscaba aquel libro de la clase siguiente, no había podido entrar a la primera hora, la noche anterior se la pasó llorando ni siquiera sabia porque y si lo sabia no lo admitiría, consumió unos cuantos -muchos- tragos y ahora la cabeza le dolía hasta el punto de sentir que explotaría en ese momento.

—¡Hey! ¿has escuchado los rumores?— escuchó la voz de un chico, no podía ver su rostro y tampoco es como si le interesara saber los chismes que había en el instituto, ha decir verdad era lo último que necesitaba saber. Luego de que la otra persona le respondiera al chico esté le respondió —Al parecer Minatozaki Sana y Myoui Mina están saliendo— entonces a Tzuyu le interesó 

—increíble— respondió la otra persona —Aunque bueno era de esperarse después de todo ambas son atractivas y hacen una linda pareja— la taiwanesa apretó la mandíbula y sentía que su cabeza estaba mal ahora sentía que era un caos —Sinceramente espero si estén saliendo— eso fue suficiente para que la castaña aventara de una vez por todas la puerta de su casillero mientras estos chicos le miraban con cierta curiosidad.

Tzuyu caminó al sentido contrario del que se supone era su salón, lo que menos deseaba era recibir una clase "Espero que no sean ciertos cada uno de los rumores que he escuchado sobre ti"

La castaña cerró los ojos un momento y respiró profundo, lo que acababa de escuchar no podía ser cierto, los recuerdos de la noche anterior volvían, todo concordaba la persona que estuvo ayer con la rubia había sido esa chica, había sido Mina, aún con un poco de terquedad se intentó convencer de que eso no era cierto así que movió la cabeza en forma de negación para borrar ese tipo de pensamientos, estaba sentada en una de las bancas del jardín se supone todos estaban en clase o eso creía.

A sus espaldas escuchó la voz de dos chicas desconocidas, pensó en que seguro estaban ahí para coquetear o algo pero no era así.

—Son una pareja muy linda— una chica pelinegra decía mientras veía una escena delante de ella, la taiwanesa solo se limitó a ver a la que lo había dicho,  ignorando por completo a quien se refiriera la chica.

—Son la pareja perfecta— respondió la otra chica. —Aunque ni han dicho si son ciertos los rumores—

"Rumores" esa palabra retumbó en la cabeza de la castaña esperaba con todo su ser que no estuviesen hablando de nuevo de Sana y esa chica; era demasiado cobarde para ver y comprobar si era de ellas de quien se trataba hasta que la pelinegra desconocida habló de nuevo.

—Las dos son jodidamente lindas y Mina es el tipo de novia con el que todo mundo sueña ¿Has visto como la mira?— entonces lo supo si se trataba de ellas.

y como si no pudiera cometer una estupidez más, caminó por impulso hacía ambas, ellas ni cuenta se habían dado cuenta que la chica ya estaba parada justo al frente.

—Zhou— Mina saludó con una sonrisa en sus labios la cual fue ignorada

—Debemos hablar— se dirigió a la rubia, ambas se observaron unos segundos.

—No, no tenemos— lo que menos deseaba era hablar con ella, no podía, no quería.

—Dije que debemos hablar— la sujetó de la muñeca de una manera brusca, la rubia se quejo ante el tacto, Mina se puso de pie, odiaba las peleas pero no permitiría que lastimaran a la pelirubia.

—No te preocupes Minari— dijo cuando la chica se paró, la taiwanesa bufó.

—¿Minari?— ridiculizó aquella palabra y la rabia la invadía aún más. la rubia ignoró aquel comentario.

—Esta bien, hablemos pero no ahora. Te veré después de clases

La taiwanesa aceptó y salió de ahí.

...

Tres horas esperó pacientemente para que la nipona apareciera, buscaron un lugar tranquilo, cerca de su escuela había un parque donde no había tanta gente más que alguno que otro estudiante.

—¿y? ¿Qué tenías que decir?— la rubia estaba cruzada de brazos sentada justo a su lado.

—¿Es cierto que están saliendo? ¿Tú y esa chica?

—No tengo porque darte cuentas de mi vida

—Solo responde ¿es cierto?— el dolor de que la nipona dijera que si estaba presente

Sin embargo la rubia no respondió ella aún no estaba lista, no sabía que sucedía con sus sentimientos y no usaría a Mina solo para darle piques a la castaña.

—Por favor necesitó saberlo, ¿Ya no me amas?— cierta inseguridad denotaba en su voz, la castaña por primera vez se sentía insegura.

—Tzuyu, la vida no es ficción, en mi cabeza bailamos en la oscuridad, en mi cabeza nos besamos bajo las estrellas— era el momento de decirle lo que sentía justo ahora —Pero sabemos que no hacemos eso, porque, Tzuyu, esto no es como las películas— la miró y observó como la taiwanesa mantenía cierta intensidad en sus ojos un tanto tristes, era la primera vez que la veía de esa forma, se sentía mal  —Me imaginé un amor de película junto a ti— antes de que la taiwanesa pudiera decir algo, colocó un dedo sobre sus labios —En mi cabeza nunca nos separamos, en mi cabeza nunca rompes mi corazón— algunas lagrimas comenzaban a asomarse en sus ojos y el ardor que ocasionaban era dolor puro —Pero sabes que eso no es lo que haces— las lagrimas que amenazaban con salir por fin corrieron por los pómulos de la nipona y el quiebre de voz fue lo que bastó para que por fin se liberará. —Tzuyu, nunca me amaste, no puedo fingir que un día el amor volverá— sin más la nipona se puso de pie, ni siquiera esperaría por la respuesta de la castaña.

Luego de aquello Tzuyu regresó a su departamento, el cual se sentía vació, estaba oscuro y deseaba que la nipona estuviera ahí como siempre para hacerle compañía pero eso probablemente no sucedería y lo único que le quedaba ahora era llorar, no lloró frente a Sana, pero justo ahora al recordar las palabras de la nipona se sentía rota y jodidamente mal.

(Not) Us /SatzuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora