¡ epílogo !

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— Entonces, ¿le parece si comenzamos?

Jisung vió como el hombre de traje frente a él fruncía el ceño mientras miraba su costoso reloj. Era muy guapo, no iba a negarlo, aunque sabía que no podía hacerse ilusiones, ese hombre tenía pareja.

— ¿Podría esperar unos minutos más? —hablo el señor Lee, Jisung accedió y miró su teléfono.

Pasaron unos minutos cuando dos chicos llegaron tomados de las manos y saludaron efusivamente a Minho. Han sonrió, tal vez eran sus hermanos, o quizás sus amigos, eran realmente guapos. El de cabello rubio, dios, tenía una camiseta sin mangas que dejaba a la vista sus trabajados brazos, Jisung se sintió morir. El otro chico era más bajo que los otros dos y era muy lindo; le dieron ganas de apretar sus mejillas, era en extremo adorable.

Pero borró su sonrisa y alejó todos los pensamientos en donde les pedía una cita a cualquiera de los dos al ver como besaban los belfos del pelimorado. Casi se le cae la mandíbula de la impresión.

Ellos tres estaban juntos.

— Ahora sí podemos iniciar —habló Minho, pasando su brazo por la cintura del pelinegro mientras que entrelazaba sus manos con el más alto.

Jisung asintió regresando a su postura profesional, y comenzó a mostrarle las propiedades que tenían en venta. El castaño era un vendedor de bienes raíces, amaba su trabajo, especialmente porque tenía la oportunidad de interactuar con muchas personas.

Miró discretamente sobre su hombro cómo la pareja miraba detalladamente cada casa en donde entraban, viendo que había algunas diferencias entre ellos, no era la primera vez que veía algo así, así que sólo les dijo los beneficios de cada casa a donde los llevaba.

— ¿No crees que es demasiado costoso? —preguntó bajito el azabache, si Jisung había escuchado bien se llamaba Jeongin. Hyunjin, el rubio, estuvo de acuerdo con él.

— No lo es, entra perfecto en el presupuesto —contestó Lee con dulzura.

Han podía ver lo enamorados que estaban, la forma en la que se miraban, en la que se hablaban, hasta el más mínimo toque; se amaban y no podía evitar sentirse algo celoso, él quería algo así, algo tan bonito y tan puro como el amor de ellos tres.

Si bien una relación así era mal vista, Jisung en ningún momento sintió incomodidad o disgusto con ellos, al contrario, le habían agradado. Especialmente el pequeño chico Jeongin, quien no tardó en sacarle conversación.

— Entonces está decidido. Esta será —habló Minho con una gran sonrisa en su rostro.

— Buena elección, señor Lee —dijo Jisung, y ambos se dirigieron a la cocina a hablar de negocios.

Jeongin y Hyunjin se quedaron en la sala de estar, aún sin poder creer que habían comprado una hermosa casa, Yang estaba emocionado, y el más alto estaba a punto de llorar.

— ¿Lo puedes creer, Hyunnie? Nuestra casa... valió la pena cada segundo que nos matamos trabajando, ¡al fin tenemos nuestro lugar especial! —chilló, abrazando al contrario.

No sólo tenían un hogar, sino que podría decirse que también habían arreglado las cosas con sus familias. Tzuyu se había comunicado con Jeongin, le había contado todo lo que había pasado los últimos siete años en los que él no estuvo; ella estaba feliz por su hijo, sabía que se había convertido en una gran persona de buen corazón e independiente. Yoojung había crecido y hablaba todos los días con su hermano mayor, el pelinegro había llorado al saber que su hermana no lo había olvidado, era todo lo que necesitaba para que su felicidad estuviera completa.

Minho también había hecho las paces con sus padres, era su único hijo después de todo, y no podía soportar no hablar con ellos, ya no era un chiquillo inmaduro, por eso se armó de valor y enfrentó a sus padres. Ahora se podría decir que su relación estaba mejor.

El rubio fue el único que no pudo arreglar las cosas con ellos, su padre lo ignoraba, para él Hyunjin no existía más, algo que le dolió. Eunbi seguía siendo terca, y tuvo que sufrir las consecuencias de todos sus actos, quedándose sola en su gran mansión luego que su última hija se fuera de casa.

Hyunjin no esperaba más, sabía que las cosas con su familia no serían fáciles, pero al menos tenía a sus hermanos para apoyarlo.

Lee regresó con una gran sonrisa con Jisung siguiéndolo por detrás.

— Pueden seguir viendo la casa, haré unas llamadas —dicho esto salió de la casa, dejándolos solos en el que sería su nuevo hogar.

— Estoy tan feliz, hyung, lo logramos, ¡lo logramos al fin! —soltó el menor repartiendo pequeños besos en el rostro del mayor.

— Claro que lo logramos —dijo Hwang, abrazándolos a los dos.

Minho besó sus labios para después mirar su nueva casa, se quedó sin palabras. Habían llegado tan lejos.

— Los amo, nunca me cansaré de decirlo, comenzamos una nueva etapa de nuestras vidas, ya no somos los mismos chicos tontos e inmaduros —decía, tomando las manos de cada uno.

— Somos adultos ahora —continuó Hyunjin con una sonrisa traviesa—. Especialmente tú, que casi tienes treinta —se burló, haciendo que el pelimorado pusiera sus ojos en blanco.

— Veintiocho, tengo veintiocho —corrigió y el rubio alzó una ceja—. Además no hables mucho, porque sólo te llevo un año.

— ¿Eso significa que podemos tener bebés?

Ambos mayores miraron al pelinegro, quien los miraba con sus ojitos brillantes y esperanzados, desde hace tiempo la idea de tener bebés estaba en su cabeza, ellos serían buenos padres, estaba seguro.

— Mi amor... —comenzó a decir Minho, mirando a Hyunjin en busca de ayuda.

— Tú mismo lo dijiste, entramos en una nueva etapa de nuestra vida, eso significa que ya es hora de dar ese gran paso, seremos padres maravillosos, lo sé.

El más alto acunó el rostro del menor en sus manos y lo miró con ternura. Jeongin sería un padre increíble, de eso no había duda, él era tan dulce, tan atento, tan protector... pero aún existían prejuicios, no sería fácil para ellos adoptar.

— Todo a su tiempo dulzura, ¿sí? Aún hay muchas cosas por hacer, ¿qué no querías obtener tu licencia para ser un gran chef? —Yang asintió repetidamente— Te falta poco para eso, además apenas acabamos de comprar esta casa, ya habrá tiempo para todo, te prometo que en cuanto Minho y yo nos sintamos preparados adoptaremos muchos bebitos, porque no hay nada que quiera más que tener una familia con ustedes.

Jeongin asintió con las lágrimas acumulándose en sus ojos, Hyunjin tenía razón, había mucho tiempo para eso, por ahora aprovecharía el tiempo que tenía con ellos.

Abrazó el cuerpo de Hwang fuertemente dejando que las lágrimas salieran, éste miró al mayor, quien le regaló una sonrisa.

Tal vez su amor no era el más perfecto de todos, pero era verdadero y eso era lo que importaba.

── magnet !Where stories live. Discover now