Mexican Moon

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Y ahí estaba él

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Y ahí estaba él.

Solo. En medio de la noche. Cansado. Con el corazón roto, sintiéndose destrozado desde el interior...

El frío viento nocturno golpeaba su rostro con fuerza. Sus rubios cabellos, aquellos que horas antes había arreglado con tanto esmero, ahora caían tristemente sobre su frente, moviéndose rítmicamente al compás del viento.

Y sus mejillas, se encontraban bañadas por las gruesas y saladas lágrimas que caían desde sus ojos sin poder parar. Ni siquiera sabía en qué momento había comenzado a llorar; si minutos después de haber reflexionado o justo después de haber visto ese mensaje...

Quizá simplemente no importaba.

Un pesado suspiro escapó de sus labios, y acto seguido volvió a encender su celular, posando su atención nuevamente en aquella conversación que posiblemente ya había leído más de cien veces aquella noche.

Era de Canadá.

"Odio decirlo, hermano, pero te lo dije."

"Deberías dejar de ser tan enamoradizo con aquellos que no te aprecian, valórate un poco más."

"Lo siento."

Y después de esos mensajes, lo siguiente que mandó fue una foto, una foto en donde se podía apreciar aquella persona a la que tanto amaba compartiendo un beso con alguien más...

Era algo que ya sospechaba desde hace tiempo, pero aún así no pudo evitar ceder ante la dolorosa sensación que se presentó en su pecho. Alzó la vista un momento, admirando con tristeza aquella bella y brillante luna mexicana, esa que bañaba con su luz todo alrededor y bajo la cual se suponía que esa noche sellaría su amor.

Sintiéndose como un tonto, aspiró aire con dificultad, y tras eso se limpió los ojos con la manga de su suéter, solo para después comenzar a caminar por las frías y solitarias calles de la Ciudad de México, consiente de que quizás aquella no fuera la mejor decisión y más aún tomando en cuenta la hora que era, pero en ese momento no importaba. Nada le importaba.

No supo por cuanto tiempo estuvo caminando, solo vagaba por ahí y por allá con la mirada gacha, desconectado del mundo a su alrededor, queriendo desaparecer de la tierra, rogando porque algo le sucediera y aquel sufrimiento terminara.

¿Tan difícil era encontrar a alguien que realmente disfrutara su compañía?

Hubo un momento en el que simplemente se detuvo, alzó la vista y miró a su alrededor, dándose cuenta de que se había alejado mucho del lugar donde se había hospedado, pues no lograba reconocer en donde se encontraba. Estaba perdido.

Soltó un suspiro, maldiciéndose a sí mismo.

Siguió caminando un poco más hasta que finalmente un taxi, con sus característicos colores rosa y blanco, acudió en su auxilio, por lo que sintiéndose un poco más aliviado, se subió al auto.

Mexican Moon...❞ |Usamex.Onde histórias criam vida. Descubra agora