Capítulo 2: Una forma de superarse

381 4 1
                                    


Unas siluetas cabalgan en la noche a la que aún le quedan algunas horas antes de que el sol empiece a brillar, habiendo dejado atrás al pueblo en donde Aria y Elías se conocieron, ambos empiezan a vislumbrar una cabaña con las características mencionadas por aquel señor que tan amablemente se las ofreció, con tono cansado Elías hablo.

- ¡Aria! Me parece que esa es la cabaña, todavía podremos descansar un poco antes de continuar-.

-No hay que apresurarnos, veo luz dentro de ella, no digo que nos hayan tendido una trampa, pero no podemos bajar la guardia hasta estar seguros, en cuanto lleguemos yo verificare la casa y quiero que no bajes del caballo hasta que te confirme que es seguro-.

Ambos terminan por acercarse y Aria baja de su caballo para aproximarse a la cabaña, observa por la ventana, pero no parece encontrarse nadie, al intentar abrir la puerta, Aria inmediatamente se percató de la respiración de alguien dentro de ella, una respiración agitada, pero intentando mantenerse bajo control, agudizando un poco más el oído se percató de que eran dos las respiraciones que se oían.

-Adentro hay una señora y un infante, parecen tener miedo, lo mejor será aproximarnos con cautela-

- ¿Puedes verlos?, desde aquí no parece haber nadie-.

-Digamos que escucho bien, será mejor que no fuerce la puerta e intente dialogar con ellos-.

Aria dejo de intentar abrir la puerta y se acercó a la ventana intentando alcanzar un tono alto pero amigable.

-Disculpen, no quisiéramos importunarlos, pero un señor que estaba en un pueblo un poco al sur de aquí nos dijo que podíamos pasar la noche en una cabaña con estas características, pensábamos que estaría vacía, ¿cree poder darnos alojamiento por esta noche? -.

- ¿No te parece que suenas un poco sospechosa?, digo no creo que haya forma de irrumpir en una cabaña en la madrugada sin levantar sospechas, pero siento que se podría mejorar-.

Una voz del interior se hizo escuchar, el tono titubeaba un poco, pero intentaba mantener la compostura.

-Por favor márchense no tenemos objetos de valor, si despierto a mi esposo estarán en grandes problemas-

-Buenas noches, disculpe no buscamos ningún objeto de valor, solo somos dos viajeros esperando pasar la noche, como puede observar no tengo armas en mi posesión, soy un herrero y ella es mi guardaespaldas conocimos a su esposo hace un par de horas y nos ofreció este alojamiento, dijo que no se preocupara, que traería los víveres antes del atardecer de mañana-.

La puerta se abrió cautelosamente y una señora en camisón con vela en mano se hizo presente, una niña se podía ver detrás de ella sujetando la mano de la que parecía ser su madre.

- Disculpen mi cautela, me llamo Marina, ¿Mi esposo les pidió que me dijeran eso a cambio de quedarse? -.

- Nos pareció un precio bajo teniendo en cuenta que nos ofreció hospedaje, buenas noches mi nombre es Elías, solo necesitamos descansar así que un catre estaría bien-.

- No, tenemos un cuarto libre, no está muy amueblado, pero tiene una cama si solo van a descansar deberá ser suficiente, adelante-.

Aria y Elías entraron y una vez en la habitación se dispusieron a descansar, aunque la curiosidad de Aria la llevo a preguntar antes de dormir.

-El señor no nos dijo que volvería mañana, de hecho, ni siquiera menciono que la cabaña estuviese habitada, ¿Cómo supiste que decir al momento? -.

-Bueno tal vez no lo oíste, pero en el momento en que nos ofreció la cabaña dijo "tenemos" sin embargo él no se veía acompañado, sus ropajes eran de buena calidad y además cuenta con una casa fuera del pueblo donde lo encontramos probablemente sea un comerciante lo demás solo fueron conjeturas y algo de suerte-.

Vitali | Una guerrera escribiendo su propia leyendaDove le storie prendono vita. Scoprilo ora