Capítulo XXIV: Cumpleaños (parte II)

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-¿Qué? ¿qué tengo? ¿no te gusta mi vestido? -pregunté nerviosa.

-Mierda, yo lo siento Sophie, yo iré... iré a cambiarme.

-¿Qué dices? -pregunté sin entender.

-Mira mí vestido -dijo.

Hice lo que me pidió, la recorrí con mi mirada y descubrí que llevaba un vestido casi igual al mío.

-Nuestros vestidos son iguales -agregó.

-¿Qué? -cuestioné-. No, no son iguales, ni se parecen -respondí restándole importancia.

-Yo creí que elegirías el azul, iré a cambiarme, vuelvo en unos minutos. Mi oficina está cerca.

Se giró para comenzar a irse pero la detuve.

-Tu oficina queda lejos y estás bien así. No irás a ningún lugar, es mi cumpleaños y yo quiero que te quedes aquí, además no son iguales -hablé intentando tranquilizarla.

Para mí, los vestidos no eran iguales, solo eran bastante parecidos. Pero eso no me importaba, no tenía sentido preocuparme por ello.

Mi vestido era corto, cruzado, rosa, con tirantes, de una mitad llevaba lentejuelas y de la otra era liso con algunos detalles en lentejuelas. El vestido que llevaba Renata era rosa, cruzado, con tirantes también, pero estaba todo cubierto de lentejuelas. Solo eran parecidos, Renata me había enseñado uno en color azul pero en el momento que me probé el rosa que llevaba puesto me enamore de el.

Eso explicaba porque ella creía que yo eligiría el azul, pero no tenía importancia, solo era un vestido.

-¿Segura?

-Sí, estoy segura -afirmé-. Ahora, andando vamos a beber.

-De acuerdooo -sonrío-, !Feliz cumpleaños! Por cierto tengo otro regalo para ti.

-¿Otro más?

-Si -me tomó de los hombros-. Date la vuelta.

Los demás que se encontraban frente a mi comenzaron a abrirse y ahí estaba él, con su traje que resaltaba esa figura trabajada, con una sonrisa que solía ponerme de rodillas.

Frente a mí Jerónimo, el mejor regalo.

-¿Qué? -sonreí.

Abrió sus brazos mientras sonreía. Caminé hacia él y lo abracé.

-Feliz cumpleaños preciosa -susurró en mi oído.

-¿Qué haces aquí?, eres increíble-expresé sin poder creerlo.

-Quería darte una sorpresa y no podía perderme tu cumpleaños cariño.

-Eres realmente increíble -repetí-. Estás loco.

-Por ti -me besó y todos comenzaron a aplaudir y gritar eufóricos.

Quería seguir besándolo toda la noche si era posible, pero un carraspeo hizo que no podamos continuar. Giré mi rostro y Christopher nos observaba atento.

-Siento interrumpir su intercambio de salivas -sonrió divertido-, pero quería decirle unas palabras a Jerónimo.

Escuchar decir eso a mi hermano, era una señal de que sabía lo que venía, su discurso de hermano sobreprotector.

-Dime -respondió Jerónimo.

-Solo quería decirte que si lastimas a mi hermana, si llego a ver una sola lágrima en su precioso rostro, romperé el tuyo -sonrió-, diría tus bolas pero estoy seguro de que aprecias más tu lindo rostro que a ellas o ¿me equivoco? -cuestionó.

Jerónimo sonrío divertido al oír aquellas palabras de mi hermano.

-No te equivocas, Chris -negó-. No lastimaré a tu hermana, no te preocupes.

-De acuerdo pueden continuar con su intercambio asqueroso de saliva.

Comencé a reír de las ocurrencias de mi hermano, estaba completamente loco, pero eso ya era algo de la familia.

❀❀❀

La fiesta transcurrió de una manera increíble, bailamos todos juntos, reímos y bebímos demasiado. Por lo tanto, algunos de los presentes ya estaban algo alegres por el alcohol, Chris como de costumbre era uno de ellos.

Bailaba con Sanem cuando el rostro de Thomas apareció detrás de ella, la tomó de la cintura y murmuró algo en su oído.

-¿Me la puedo robar unos minutos? -preguntó mirándome.

-Claro que si, solo contigo la comparto -realicé un guiño y Thomas comenzó a reír porque había entendido a la perfección mi mensaje-. Adelante, diviértanse.

Dicho eso, me giré y caminé hacia la barra para pedir una bebida. Mientras esperaba por ella, observé todo el lugar, todos bailaban alegres, disfrutando de la fiesta.

-Aqui tiene señorita -expresó el joven que preparaba las bebidas.

-Gracias -sonreí.

Tomé mi bebida y volví con las chicas.

-¿Y Renata? -pregunté al llegar.

-Dijo que iba a responder una llamada -respondió Iris.

Asentí y seguí bailando. No me sorprendía que Renata tuviera que atender una llamada, seguro era por su trabajo. Era entendible que una mujer tan famosa en el mundo de la moda, siempre estuviese solicitada.

-Vamos con los chicos -pronunció Micaela.

Me tomó de la mano y nos acercamos a ellos.

-¡Hermanita! -dijo Chris de manera eufórica para luego envolverme en un fuerte abrazo.

Para ese punto de la noche Chris ya estaba bastante ebrio.

-¿Has visto a Jerónimo? -le pregunté a mi hermano.

-Dijo que iba al baño.

Comencé a observar a mi alrededor buscándolo, pero no lo encontraba, tampoco a Sanem y Thomas, seguramente se habían ido juntos. Sonreí porque en verdad me gustaría que lo hicieran.

Continuaba con mi escrutinio, cuando unos brazos me envolvieron, me giré y encontré a Jerónimo sonriendo.

-Estas hermosa Sophie -susurró.

-Ya lo has dicho.

-Lo sé -sonrió-. Me fascina tu vestido. ¿Sabes que te haría con el puesto?

Solo negué y me giré entre sus brazos para estar frente a frente.

-Follarte -sonreí y me acerqué a su oído.

-¿Y qué esperas? -susurré.

-¿Ansiosa?

-No tanto -me encogí de hombros y comenzamos a reír.

-¿Bailas conmigo?

-Siempre.

Me tomó de la mano y comenzamos a bailar. Ya se nos había hecho una costumbre bailar y me gustaba mucho hacerlo con él. Sentía que era especial, que era diferente, algo nuestro.

Continuábamos bailando cuando Renata regresó con nosotros. Como imaginaba, había tenido unos problemas en el trabajo.

El resto de la noche fue divertida, Christopher estaba demasiado borracho cuando subió a una mesa junto con Jerónimo y comenzaron a bailar, aunque el baile improvisado no duró mucho porque la mesa se rompió provocando que ambos cayeran al suelo. Luego de eso tuvimos que llevar a mi hermano con la ayuda de Renata a nuestro apartamento.

Thomas y Sanem desaparecieron sin decir nada. Jerónimo llevó a Micaela e Iris a su casa porque estaban borrachas.

Fue el mejor cumpleaños que había tenido en mi vida.

Una parte de Mi (Libro 1)Where stories live. Discover now