En la mañana se puso de pie, fue al baño por ropa para su visita, dejo una bata sobre la cama donde Javiera aún dormía.
Bajo a buscar el desayuno.
-¿Señora Flavia le molesta si voy al mercado a esta hora?
-No Marta, ve tranquila. -sonrió. -Yo haré el desayuno.
-Perfecto señora, nos vemos. -tomo sus cosas y salio.
De alguna manera agradeció que la empleada se fuera, hizo desayuno para dos y subió con la charola.
Javiera despertaba cuando abrió la puerta.
-Que pena Flavia, discúlpame.
-Tranquila Javiera, no pasa nada. Te traje desayuno, imagino que iras a trabajar. -coloco lla bandeja sobre la cama.
-Es la idea. Gracias, eres bien bacan ah. -rió.
-Ponte cómoda e iré a cambiarme.
-No, quédate aquí conmigo. Dime que no me desnude frente a ti. -sé cubrió.
-No, yo te ayude. Tu ropa esta limpia. Te deje una bata por si quieres ducharte. Ya regreso.
Camino a la puerta y la Javi se puso de pie dejando entreabierta la bata que le había sido ofrecida.
-Flavia...
Volteo.
-Dime.
-No estaba borracha anoche.
-Ajá. -río. -Si recordarás todo lo que dijiste no me verías a la cara de la pena.
-No me da pena admitir que dije que había soñado con tenerte. -sonrió de lado.
-¿Qué dices? Pero tu bebias.
-Agua. Parecía vodka ¿cierto? -rió.
-¿Todo fue mentira?
-No. Es cierto que la otra pendeja me cago pero no me dolió, solo me cabreo. Oye es el ego de una.
-¿Te burlaste de mi? Eso es genial. -sonrió furiosa.
-Tampoco señora Betancourt. Pero fue una excusa para venir hasta aquí y que me recibieras de esa manera.
-¿Y si Dante hubiera estado aquí?
-No iba a estar, aviso a la brigada que debía viajar. Protocolos.
-Ayúdame a entender, ¿viniste hasta aquí para...?
-Para verte y hacer que me invitaras a pasar la noche.
-¡Por la cresta Javiera! -lanzó furiosa.
-¿Estas molesta?
-Mucho, te burlaste de mi y de mis buenas intensiones.
-Ay por favor Flavia, conmigo no. Se muy bien que clase de mujer eres.
-¿Disculpa? ¿Y que tipo de mujer te parezco?
-En el tiempo que te llevo conociendo...
-Investigando dirás. -se cruzo de brazos.
-En el tiempo que te llevo conociendo. -enmarcó sus palabras. -He podido notar que hay una mujer sexy, ardiente que pide a gritos ser liberada. -jugaba con el cinturón de su bata.
-Es tan absurdo lo que dices, soy tal cual me muestro. -sonrió.
-No lo creo. Para nada. -sonrió.
-Será mejor que acabes tu desayuno y te vayas. -hablo seriamente.
"¿Estás molesta?" (Capitulo39/40 )
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