༺♜ Capítulo 3.2 ♜༻

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Vivo. Harry estaba vivo.

Vivo, pero bien podría estar muerto. Se despertó en su tienda, con el corazón en la garganta, un dolor agudo en el brazo izquierdo y casi sin recordar lo que había sucedido la noche anterior. Eso fue antes de que destellos de imágenes espantosas invadieran su mente; los monstruos, la sangre, el olor pútrido. Con el estómago revuelto por las náuseas, Harry comenzó a toser hasta que le dolieron los pulmones y el latido de su corazón resonó en sus oídos. No fue hasta que su respiración se equilibró que el alfa finalmente notó la pequeña mano frotando su espalda con dulzura.

"Tantos muertos", graznó Harry, el cuerpo ardiendo de miedo y rabia. "Tanto sufrimiento".

"Todo estará bien", dijo Ciana en voz baja, pero su voz sonaba hueca, como si le costara creer sus propias palabras.

"¿Fue el Metnal?" El alfa se giró para mirarla, para exigir más respuestas, pero tan pronto como sus ojos se posaron en ella, todas las palabras abandonaron su cerebro. "¿Quien hizo esto?" La mano de Harry alcanzó la fea cicatriz en la mejilla de Ciana, pero antes de que pudiera tocarla, el omega agarró su mano.

"Es sólo un pequeño rasguño". La omega trató de tranquilizarlo, el rubor en sus mejillas hacía que la gran herida se viera casi hermosa.

"Sólo dime..."

Una parte retorcida de él deseaba que ella hiciera eco de lo que ya estaba pensando. Deseaba que la omega le gritara repitiendo que todo era culpa de Harry una y otra vez. Ojalá hubiera dormido en su tienda esa noche. Si hubiera prestado suficiente atención a su entorno. Si no hubiera centrado su atención en cualquier otra persona que no fuera ella.

"No sabemos qué era, no hay registro de ese tipo de monstruos en ningún libro. Los Ahkins sospechan que tiene que ver con que nos acercamos a la jaguar".

Harry sintió que sus músculos se tensaban. "¿Piensan que los envió el Metnal?"

"No están seguros. Ninguno de nosotros lo está. Lo único que sabemos con certeza es que los monstruos que aparecieron anoche no pertenecen a ningún nivel".

"¿Los matamos a todos?"

Ciana tragó saliva visiblemente. "No lo sabemos".

"¿Qué quieres decir?"

"No tenemos ningún recuerdo de cómo terminó la batalla o en qué momento sucedió. Nos despertamos sangrando y doloridos".

"Dioses..." Harry trató de sentarse, pero el dolor agudo en su brazo lo hizo detenerse.

"Oye, no te esfuerces". Ciana le susurró a Harry, dulce y suave. "Parece que ahora ambos tenemos nuevas cicatrices". Ella sonrió señalando su brazo remendado.

El corazón del alfa se retorció de calidez y tristeza mientras admiraba a la fuerte y hermosa chica frente a él. No entendía lo que había hecho para merecer a alguien como ella en su vida. Porque ciertamente no se merecía a Ciana, a pesar de lo que Damballa pudiera haber dicho acerca de que él merecía amor puro y desinteresado. Harry no se merecía el de ella.

Ciana se merecía un alfa de buen corazón que estuviera listo para protegerla cada vez que lo necesitara, un alfa que no se crió rodeado de oscuridad y que la amaría de la manera que se lo merecía.

"Puedo sentir tu cerebro trabajando desde donde estoy sentada".

"No te merezco", dijo Harry con voz áspera. "Pero haré todo lo posible para ser el hombre que te mereces. El alfa que necesitas".

From Chaos (Traducción)Where stories live. Discover now