Un castigo severo fue lo que recibió Mineta luego de ser descubierto por segunda vez.
Ahora,solo tenía que devolver lo robado y disculparse con sus compañeras,sin embargo, quien diría que sus ganas de ser "querido" por una linda chica ganarán más y tuviera que hacer su último disparate.
Obvio no lo logró. Varios chicos ya estaban más atentos a sus compañeras que no habían sido aún, atacadas, por así decirlo.
Prácticamente,los intentos de enano,que no fueron muchos,no sirvieron de nada.
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La pelinegra soltó un par de risitas al ver a su compañero actuar como un guardián y mantener alejado a Mineta. Le agradecía. Pero también le recordaba que ya no había problema pues estaba segura de que ese chico había devuelto el aparato que robó.
Sin embargo, aquello no fue así.
Fue una tarde exactamente cuando iba de camino a ver a Hatsume—pues necesitaba algunas mejoras en su traje—cuando tuvo que ayudar a su compañero a mover unas cajas. Uno de los tantos castigos que se le habían dado era el limpiar y ordenar varios salones que tenían algunas cajas dentro.
Obviamente sería difícil para él,puesto que su fuerza no era para presumir.
— La dejaré aquí...—indicó,dejando la caja sobre uno de los asientos llenos de polvo junto a la ventana—... ¿solo era eso,no es así?
— Muchas gracias,Sagi-chan. No sé que hubiera sido sin tu ayuda.
La ojimarron asintió,notando como en todo ese tiempo,el chico no saco sus manos de atrás de su espalda.
Su instinto le grito que se marchara de ahí de una buena vez y salió de ese salón para encaminarse a donde había planeado en un principio. Sin embargo; algo la tomo del pie,deteniendo su perfecta escapada. Giro su cabeza lenta y aterradoramente como si se tratase de una poseída. Sus ojos bien abiertos y mostrando un vacío terrorífico, hicieron a Mineta apretar el gancho del aparato en sus manos debido al repentino susto que le provocó la más alta. Todo ese humo intenso y abrumador envolvieron el cuerpo entero de la chica.
— ¡Cuando se me quite esto,voy a meter tu diminuto cuerpo bajo tierra y jugaré fútbol con tu cabeza!
Sagitario cubrió sus ojos de inmediato y salió de ese lugar corriendo como si su vida estuviera corriendo peligro. Y así lo era. De cierta forma.
Mientras su compañero era afectado también por el resto de humo que quedó cerca,para cuando paso un profesor y lo vio,se le lanzó encima.
Por otro lado,Sagitario caminaba despacio por los—afortunadamente—solitarios pasillos de esa zona. Cubría sus ojos con sus manos aún pero lentamente dejó de hacerlo,el humo haciendo efecto la hacia pasearse dando saltitos y sonriendo hasta llegar—sorprendentemente—al almacén de Hatsume.
