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Habias decidido ir a la biblioteca para conseguir unos libros que estabas ansiosa de leer. Solo lograste encontrar dos de cuatro que querías,hasta que diste con el tercero,en una de las estanterías más altas. Torciste tus labios en una ligera mueca de desagrado pero no te dejaste vencer. Aunque pensaste en irle a pedir ayuda a Piscis,pero recordarte que tu amiga siempre se marchaba temprano por lo que optaste por bajar el libro tu misma. La tarea estaba resultando bastante bien. Hasta que ti pie resbaló de la escalera y esperaste caer de bruces al suelo. Sin embargo y para tu sorpresa,alguien te atrapo. Justo como sucedía en las películas clichés que tanto odiabas. Miraste quien era tu salvador y no evitaste sorprenderte al ver que se trataba del amigo de Tauro,aquel tierno y tímido chico llamado Tamaki. El cual no tardo en preguntarte si estabas bien y cuando recibió una respuesta positiva y recelosa de tu parte,te bajo delicadamente hasta tenerte frente a él. Aquella cercanía te puso nerviosa y tus mejillas comenzaron a teñirse ligeramente de un sonrojo,que ante la vista del chico,resultaba ser adorable.
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♉Tauro:
Denki Kaminari.
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Habias salido temprano de la academia. Como casi siempre lo hacías. Pero una vez que quisiste subir a tu bicicleta y marcharte,junto a ti apareció un atolondrado rubio que te observaba con curiosidad,no sabias porque era hasta que te pregunto si era buena manejando esa cosa,refiriéndose a la bicicleta. Tu solo asentiste con una sonrisa ladina al mismo tiempo que el rubio se acercaba a ti para admirar de cerca tu transporte de ruedas. Decidieron caminar juntos a casa,tiempo en el que descubriste que el rubio jamás montó una bicicleta en su vida,por lo que mientras iban camino a sus casas,habias decidido enseñarle un poco,todo iba bien. Se estaban divirtiendo,sobretodo tu que no parabas de reír pues Denki realmente era torpe con la bicicleta. Decidieron cambiar de puesto,pues ya era demasiado tarde y ambos debían llegar a tiempo a casa. Te subiste primero y Denki lo hizo después. Una vez detrás tuyo,listo y seguro,te ánimo a pedalear. El viaje estaba siendo tranquilo y divertido,al rubio le estaba gustando mucho el andar en bicicleta. Pero tú mente estaba en otro plano. El chico tenía sus manos cálidas abrazando tu cintura con fuerza y delicadeza a la vez. Aquello generó que tus mejillas se volvieran más rojas que un tomate. Lo que más te hizo sonrojar fue la sonrisa tierna e inocente que el rubio mostraba y te dedicaba. Definitvamente ese viaje te había gustado.
