➛Capítulo 10 - Celos

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Jennie escuchó el ligero gruñido lleno de posesión que surgió de la garganta de Lisa, y como su brazo envolvía su cintura. En menos de un segundo, la pelinaranja ya estaba en el regazo de la Alpha. Escuchando los suaves latidos de su corazón: salvajes y mélodicos.

A Jong-in se le borro la sonrisa, y entro con grandes zancadas a la cocina. Jennie se quedo quieta, no sabía si se le permitía estar así en alguna cena formal. Pero al parecer a Lisa le gustaba esa posición. Olisqueaba su cabello, y acariciaba su cuerpo constantemente. Y para sorpresa de la chica, a Jennie parecía no molestarle que lo hiciera.

Henri las miraba, y Lisa al notarlo le dirigió un gruñido. Este de inmediato aparto su vista hacia Ji-yong, quien parecía impresionado ante la interacción de ambas chicas. Nunca había ocurrido algo parecido.

Sin embargo, Hyun-ah disfrutaba su comida.

—Perdona la interrupción, ¿qué decías?

—Que para esta temporada que se avecina, mañana se hará una reunión entre los Alphas de cada manada. Como no queda mucho para que tu seas la futura Alpha, debes asistir para que sepas de que va todo—explicó el Beta, y dirigió su mirada a la pelinaranja—. Por lo que veo no has marcado a tu compañera.

Lisa lo miró como si le hubiera faltado el respeto.

—Ese no es asunto tuyo Beta.

La mordida era algo personal, y entre mates lo resolvían.

—Discúlpenme, no quería ofender a nadie. Sólo que tú sabes Lisa, que la temporada de calor esta cerc...

—Ya te dije que no te metas—el severo cambio de voz simplemente hizo que cerrara la boca—. Estaremos ahí, gracias por tomarte la molestía de venir.

En otras palabras, le estaba pidiendo que se fuera de su casa, y de su manada. Ji-yong captó la indirecta, y con un asentimiento de cabeza se levantó de la mesa.

—Gracias por la cena, y espero verlas ahí.

Lisa y Jennie también se pusierón de pie.

—Te acompañamos a la puerta—aviso Lisa, y Jennie los siguió en su camino a la entrada.

Ji-yong miro a Jisoo, quien venía bajando las escaleras. Se le fueron los colores del rostro, parecía haber visto un fantasma. A penas la pequeña Bruja piso el último escalón, el Beta la acorralo contra la pared, sus manos al rededor de su cuello dejándola sin respiración y levantándola del suelo. Jennie no entendía que sucedía.

Pero antes de que si quiera Lisa interviniera, alguien más lo hizo.

En menos de lo esperado, Rosé estaba golpeando a Ji-yong en el suelo. Sus incesantes golpes llenos de odio por lo que acababa de hacer. Lisa la sujeto con fuerza de la camiseta, y la separo del Beta.

Si por Rosé fuera, lo mataría a golpes por tocar a su compañera.

—¡¿Qué mierda te sucede?!—le gritó a Ji-yong, quien a duras penas se puso de pie—. Vienes a mi manada, nos faltas el respeto, y también agredes...

—¡Es una maldita Bruja!—interrumpió él—. ¿Qué hace ella aquí para empezar? ¡No puedes darles asilo!

—Yo hago lo que me plazca.

El chico limpio la sangre de su labio, mirando con odio en dirección a Jisoo, quien gracias a su mate estaba de pie de vuelta. Volvió su vista hacia Lisa, quien sujetaba la mano de Jennie como si esta fuese la única que la mantenía tranquila ante la situación.

—Para ser Alpha, siempre se necesita un sucesor—escupió Ji-yong—. Nunca lo tendrás si te quedas con ella.

Y salió dando un portazo.

—¿Estas bien? —preguntó Lisa hacia Jisoo, quien asintió sin mirarla, siendo reconfortada por los brazos de Rosé.

—Tiene razón...

Lisa miro a su mate, las palabras golpeándola con fuerza.

—¿Q-qué dices?—trago el nudo en su garganta.

—¿Para qué me quieres exactamente Lisa?—cuestiono la pelinaranja—. No podemos tener un hijo, tu manada no tendrá un futuro Alpha... Esto no tiene futuro.

Todos se quedarón en silencio. Lisa escuchaba los latidos de su corazón en su cabeza, la misma sensación como cuando Jennie quería rechazarla...

—Encontraremos una manera...

—Quizás lo correcto es que estés con un chico...

—¡No!—gruño con los ojos cristalinos—. Yo te quiero a ti, no a un chico.

—Lisa...

—Tu eres mía Jennie, eres mía y yo soy tuya. No puedes dejarme.

Nunca, nadie había visto llorar a Lalisa Manobal, por eso cuando la primera lágrima se deslizo por su mejilla, sabían que la chica no sobreviría al abandono de su mate.

Jennie soltó su mano. A la mierda la Joya, ella no podía estar ni un día más en esa casa. No si con cada día se sentía mas dependiente de Lisa. No si sabía que la dejaría aún peor de como se encontraba ahora.

Se dirigió a la puerta y salió casi huyendo, sabía que irían tras ella. Pero quería darle entender a Lisa que no "deseaba estar a su lado".

Se quito los tacones, y el pasto húmedo mojaba sus pies descalzos. El aire fresco de la noche golpeaba su rostro con fuerza, y no pudo evitar pensar en la pesadilla de la noche anterior.

Cuando unos brazos la rodearon, instantáneamente se dio cuenta de que se trataba de Lisa. Ambas perdieron el equilibrio, y cayeron sobre el jardín.

—Lisa sueltáme—insistió, rodando sobre la pelinegra.

—No—parecía una niña pequeña haciendo un berrinche, y esta vez fue su turno de rodar y quedar sobre la pelinaranja.

Y fue una pequeña batalla para soltarse del agarre de la otra. Rodaban entre si sobre el pasto, el momento era tan absurdo, que en menos de lo esperado ambas estaban riendo a carcajadas.

—Te atrapé —dijo una juguetona Lisa, sentada en la cintura de Jennie y sujetando sus manos a cada lado de su cabeza.

—Me atrapaste—su respiraciones estaban agitadas, a penas dejándolas respirar.

Lisa tenía una gran sonrisa, al igual que Jennie. Los ojos de la pelinaranja brillaban de alegría, y la luz de la luna hacían que su rostro se iluminara. Mostrando la belleza de la joven cazadora. Lisa estaba tan perdida en sus ojos, en sus labios, que a penas y se dio cuenta que se inclinaba poco a poco.

Pero no fue ella quien dio el primer paso, pues Jennie levanto la cabeza para unir sus labios. No hubo pasión en ese beso, o lujuria. Solo dos chicas demostrando lo que sentían.

El carraspeo de garganta de alguien provocó que se separarán. Y Lisa se puso inmediatamente de pie, ayudando a Jennie y sujetando nuevamente su mano.

—¿Papá?

—¿Papá?

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➳𝐋𝐮𝐧𝐚 Where stories live. Discover now