➛Capítulo 9 - Visitas

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—Esta por llegar una visita—predijo Jisoo, levantándose de la cama—. Esta hecho. Sentirás cuando estés cerca de la Joya. Lisa estará muy ocupada con el visitante.

¿Un visitante?

—¿Quién vendrá? —la curiosidad le picaba.

Sin embargo, no obtuvo respuesta. Pues la Bruja solo se encogió de hombros con una media sonrisa.

☾ * ☽

Jennie llevaba todo el día caminando entre los pasillos, en ambos pisos. Pero nada le daba una señal de que la Joya se encontrará cerca. Incluso entro a la habitación que compartía con su mate, para asegurarse, pero nada. La situación le comenzaba a frustrar, y su cabeza tampoco dejaba de pensar en la inesperada "visita".

¿Quién podría ser?

Claro, tampoco es que Jennie conociera a muchos, pero no planeaba quedarse con la duda.

Bajó al primer piso nuevamente, en busca de un aperitivo para calmar su ruidoso estomago. Pero se detuvo de golpe, cuando una sensación la embargo, y se giró hacia las escaleras sobresaltada. Sentía como cada parte de su cuerpo se ponía en alerta, mas que adrenalina, parecía una excesiva carga de endorfina.

Subió los escalones de dos en dos, y su mirada viajaba de puerta en puerta hasta dar a una familiar. No notaba que había una gran sonrisa en su rostro al abrir la puerta, la cual se desfiguró totalmente al ver quien se encontraba ahí.

—¿Lisa?

La pelinegra se giró ante el sonido de la voz de su mate, he intentaba inútilmente subir el cierre de su ceñido vestido. Era color beige, escotado y le llegaba por la mitad del muslo.

¿Iba a salir? ¿Porqué vestía así?

—Oh, hey Jennie—saludó, y volvió su atención al espejo, mientras colocaba con destreza unas arracadas y un elegante collar de plata.

La pelinaranja no entendía que le sucedía, Jisoo le advirtió lo que pasaría cuando la Joya estuviera cerca. Pero no tenía sentido, Jennie había pasado por esta habitación.

—¿Quieres que te ayude con eso?—preguntó en un tono suave, apuntando al cierre de su vestido que se encontraba abajo, dejando la espalda de la chica al descubierto.

—No quiero que sea molest...

Pero Jennie ya se encontraba detrás de ella, haciéndole saber que no le molestaba en lo absoluto. No pudo evitar mirar la hermosa espalda de Lisa, y como sus músculos se tensaban cuando la mano de la pelinaranja hizo contacto con su piel.

—Lo siento—se disculpó nerviosa, volviendo su atención al cierre.

Estaba tan concentrada en el cuerpo de la chica, que no notaba como Lisa sonreía en el reflejo del espejo.

—Ya está —avisó.

—Gracias...

—¿Hay alguna fiesta?—trato de sonar lo menos curiosa posible.

—No, solo... el nuevo Beta de una manada aliada. El Alpha me pidió escuchar lo que tiene que decir, así que organicé una improvisada cena en el comedor—Jennie asintió, apretando los labios y bajando la mirada—. Quizás quieras... no sé... acompañarnos en la cena.

—¿Tengo que?—no quería parecer que le importará, aunque moría por estar ahí.

Lisa suspiró, pasando la lengua por sus labios para humedecerlos, y comenzó a maquillar su rostro.

—No, si no quieres no.

Veinte minutos pasaron en los que Jennie se quedó sentada sobre la cama con un libro entre manos, repetía cada párrafo mentalmente ya que no ponía la suficiente atención por mirar de reojo como Lisa arreglaba su cabello, como lucía mucho mas alta con los tacones, retocando su maquillaje.

Alguien llamó a la puerta, y la pelinegra al dar el pase, una de las sirvientas asomó su cabeza por la puerta.

—El Beta Ji-yong ha llegado, señorita Manobal—avisó.

—Bajo en un segundo.

Era increíble como el tono de voz cambiaba de ser tranquilo y dulce cuando se encontraba con Jennie, a ser tan autoritario y demandante al dirigirse a alguien más.

La mujer asintió sin mirarla y se fue.

—Si cambias de opinión estaremos en el comedor—se dirigió a la puerta, deteniéndose antes de cerrarla—, ¡Por cierto! Te compré un vestido, esta en el armario—parecía realmente esperanzada—. Te veo mas tarde, o si quieres dormir en otra habitación... también esta bien.


Y salió.

Jennie no entendía el motivo por el tan drástico cambio que dio Lisa, y sin poder evitar sus impulsos, salió casi a tropezones de la habitación detrás de ella. Parándose al borde de la escalera y notando el momento en que el joven chico de traje, conducía a su mate del brazo hacia el comedor con una amplía sonrisa en su rostro.

Oh, claro que no. Esto no estaba pasando. ¿Porqué sentía esto?

Esperaba que ese vestido le quedará como un guante. Y así quien tendría la atención de Lisa esa noche sería ella.

Y no ese chico.

Y no ese chico

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➳𝐋𝐮𝐧𝐚 Where stories live. Discover now