Capítulo III: La pared

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Día dos en Madrid y para mí no era un descanso. Mi representante me había avisado de una gran campaña publicitaria por parte de Adidas, al parecer buscaban nuevas caras para ser embajadores de su nueva línea de ropa interior y deportiva.

No era la primera vez que posaba para este tipo de productos, pero si para una marca tan grande y con tanta repercusión. Por lo que Júlia me había avisado, estas fotos iban a verse en todo el mundo y se daba la casualidad que buscaban caras nuevas en España.

Aunque mi representante no me consultó si quería hacerlo, sé que era una gran oportunidad que si rechazaba iba a arrepentirme toda la vida, así que no estuvo mal su decisión.

Dejé a mis chicas en casa desayunando y yo puse rumbo con un taxi de la producción al lugar de grabación. Era un estudio céntrico en la capital, conocido por albergar esta serie de campañas publicitarias.

El camino fue bastante silencioso, me encantaba observar las calles de mi ciudad, después de tanta gira y promociones necesitaba volver a casa porque lo echaba de menos.

Me dejaron en la puerta del estudio y yo bajé después de pagar y agradecer al taxista por su trabajo. Allí me encontré con Sonia, mi mánager.

-Menos mal que ya estás aquí, llevan diez minutos preguntándome cuando llegarías.- Despegó la cara de su teléfono y me saludó con un par de besos.

-Ya sabes lo que es cruzar el paseo de la castellana a estas horas.- Sonreí y subimos por las escaleras del portal hasta el primer piso, donde nos esperaba un largo día de fotos.

Tan solo entré me saludaron los organizadores y casi sin quererlo ya me habían arrastrado hasta la zona de peluquería y maquillaje. Ni yo ni los fotógrafos de Adidas querían un look excéntrico, más bien algo natural acorde a la temática de las fotos, que es el área deportivo.

Me dejaron la piel impoluta, como si no hubiera ninguna imperfección en mi cara, pero respetando las pequitas que me caracterizaban. Quisieron destacar mis ojos claros con un ligero delineado negro y en los labios un brillo bastante sutil.

El pelo fue la gran duda, de normal en estas campañas recogen el pelo de sus modelos para darles el look de gimnasio, pero no querían eso conmigo, creían que llamaría más la atención darle dinamismo a las fotos con mi melena negra y lisa.

Una vez lista me acerqué a Sonia, quién tenía un café listo para mí.

-Gracias.- Se lo cogí y le di un sorbo.

-De nada preciosa, puedes descansar un poco, ahora te presentarán a tu compañero.

-¿Compañero?- Fruncí el ceño.

Sabía que esta campaña quería juntar varias caras conocidas, pero no pensaba que las fotos serían conjuntas, sino que vendríamos cada uno un día diferente.

¿Quién iban a ser mi compañero? Pues también era una incógnita, ni lo sabía ni lo había preguntado, por mi mente pasó la idea de que fuera un compañero de profesión, por el hecho de que un cantante promocionando ropa de deporte no era habitual, pero solo me quedaba esperar para saberlo.

-¡Buenas Pau! ¿Qué tal el viaje?- Los organizadores hablaron a mis espaldas, al parecer mi compañero había llegado.

-Un poco cansado, pero bueno, listo para la sesión.- Esa voz me sonaba más de lo que creía.

No pude contener mi incertidumbre y me giré para verlo.

Pau, el futbolista del Barcelona. El cual estuvo en mi concierto y con el que casi nos comimos con la mirada en esa maldita fiesta.

-Vaya, no sabía que coincidiríamos aquí.- Dijo el catalán, aunque se quedó bastante sorprendido también.

-Yo tampoco, es la primera vez que hago una campaña así.- Me acerqué y nos dimos dos besos como saludo.

-Pues encantado de volver a verte.- Su voz me susurró muy cerca de mi cuello erizándome toda la piel.

-Bien chicos, si no os importa, empezamos ya con el primer look.- La organizadora se acercó haciendo que nos separáramos.- Pau, te esperan en maquillaje, de mientras vamos buscando tu conjunto Jessica.- Asentí y me despedí con la mano de él.

Joder qué difícil iba a ser esto y más en ropa interior. Mierda, ¡En ropa interior! Por un momento se me había olvidado que vamos a estar prácticamente desnudos uno frente al otro haciéndonos fotos, como si no fuera lo suficientemente complicado estar cerca de él.

Su simple presencia minutos atrás había generado en mí una corriente eléctrica propia de una tormenta de rayos. En otras palabras, era un chico que ya me ponía cachondísima vestido, pues ya sin ropa me iba a dar algo.

Empezamos con unos leggins apretados de color gris y un top deportivo a conjunto, pude ver un pantalón de chándal de los mismos tonos para Pau, pero no camiseta, perfecto oye.

En menos de lo esperado ambos ya estábamos en la zona de fotografía y decidieron poner música para que el ambiente se relajara, porque era caliente para todo el que estuviera aquí para nosotros.

Esa era mi canción, La pared, un temazo urbano que saqué hace un año con Dellafuente, un artistazo de los pies a la cabeza. Es verdad que este tema era completamente diferente a lo que había hecho hasta ese momento pero no por eso tuvo una peor acogida. Estuvo unas semanas sonando por todas partes y tanto a Della como a mí nos fue genial con ella.

-¿Esta canción es tuya?- Al parecer el catalán también había reconocido mi voz en el tema.

Como respuesta empecé a cantar en susurros mientras me movía un poco.

-Vamos chicos, empezamos.

Fue más fácil de lo que creí, y es que entre risas era todo más fácil, pose por aquí y pose por allá, pero ni yo ni el catalán rechistamos ni una sola vez de lo que estábamos haciendo.

-Fantástico, vamos a por la ropa interior.- La fotógrafa apartó la cámara y se dirigió a su escritorio, donde revisaba las fotos y yo miré a Pau, el cual tenía su mirada pícara puesta sobre mí.

Al llegar a la percha, vi un sujetador negro, sin aros pero que realzaba el pecho de una forma preciosa y las braguitas conjuntadas con la costura adornada con el nombre de la marca. Siendo sinceras, este conjunto no era precisamente para hacer deporte y sudar en un gimnasio.

Cuando llegué delante de la fotógrafa y visualicé a cierto catalán con unos bóxers negros muy parecidos a mi conjunto juré que me puse roja como un tomate.

Esos abdominales, los músculos que se le formaban mientras doblaba el pantalón que había usado antes, esas piernas que se notaba que trabajaba a diario. Confirmé mi sospecha, estaba cachonda solo de verlo. ¿Cómo iba a aguantar su simple roce en una sesión de fotos sin ponerme nerviosa?

Se acercó y se colocó en el sofá que la fotógrafa había preparado para esta parte de la sesión, y yo seguía embobada en lo que este futbolista era sin ropa, un completo dios griego que era totalmente perceptible a la vista de cualquiera.

¿Qué había quedado de la Jessica de hace un par de meses? Esa que renegaba del amor y de todo aquello que no fuera centrarse en su carrera musical y en su futuro. De esa Jessica que odiaba al amor y había perdido la ilusión de volver a coquetear y conocer gente.

A veces son los instintos más primarios los que te ayudan a abrir los ojos y pensar que no todo se pierde por el primer capullo que pasa por tu vida, no iba a ser el primero y tampoco el último, pero mientras tanto, no iba a resignarme a estar de brazos cruzados viendo la vida pasar.

Y de mientras, cierto catalán estaba en la punta del cañón y yo lista para lanzarme de la forma que fuera.
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¡Nuevo capítulo!

Vaya, si es que la conexión de estos dos puedo verla yo desde mi casa🫣

Comentad que os va pareciendo la novela, volvemos a leernos el martes que viene❤️

ROCKSTAR/ Pau CubarsíWhere stories live. Discover now