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Jungkook sentía que moría. Y el culpable era el mismísimo Kim Taehyung, su "mejor amigo". Y..
¿por qué entre comillas? Pues porque si más bien no es mentira, no es lo que a Jungkook le gustaría decir.

El pelinegro llevaba muchísimo tiempo enamorado del pequeño Taehyung, solo que no quería confesarlo para no corromper a su niño. Desde la primaria se conocían, fueron compañeros y amigos de clase todo el ciclo primario, y ahora cursaban juntos el secundario. A pesar de que Taehyung era un año menor compartían clase ya que la directiva del instituto había adelantado su año por su inteligencia.

En fin, volviendo al caso.

Jungkook tenía una filia.
Estigmatofilia. Atracción por los tatuajes y piercings. En realidad Jungkook sentía atracción hacia ambos, pero muchísimo más la segunda opción. Le encantaban los piercings en las personas y que su pequeño Taehyung haya aparecido con piercings no era nada bueno para él.

— ¡Jungkookie! — Un Taehyung muy animado apareció correteando por los pasillos en dirección a su persona favorita.
Se le lanzó arriba enredando sus piernas en la cintura del mayor siendo rápidamente sujetado por los fuertes brazos del pelinegro.

— Hola amor — Y a pesar de que no fueran novios, Jungkook amaba ponerle apodos a su bebé, apodos muy cursis y no especialmente de mejores amigos pero a Taehyung no le importaba, mas bien se derretia cuando escuchaba a su mayor llamarle por esos lindos apodos.

— Jungkookie te tengo una sorpresa.

— Dime bebé.

— Mira — Jungkook podía jurar que si no fuera por tener el peso de Taehyung arriba, el podía haberse caído perfectamente. Y es que la suma de que está muy enamorado de su mejor amigo y que ahora el se aparezca con un piercing en la lengua no es nada bueno para su salud mental.

— ¿C-cómo? ¿Cuando te lo haz hecho? — Me lo hice el sábado, me acompañó Jiminie a el local de Yoongi hyung. No te dije nada porque quería darte una sorpresa. ¿Te gusta? —

Y vaya que le gustaba.

El en ese momento solo tenía una cosa en su mente y era querer agarrar a su pequeño y empotrarlo contra la pared, lanzarse a su boca y chuparle esos labios y esa lengua ahora perforada. Quería tomar ese piercing con su lengua y lamerlo, quería sentir el metal en su boca mientras jugaba con la lengua del menor. Quería besarlo hasta dejarlo sin aire.

— T-te queda muy bien —
— Ven, vamos a clase y mientras te cuento como fue.

Transcurridas las horas de clase, llego el fin del día estudiantil, por lo tanto todos los alumnos se encontraban guardando sus mochilas. Algunos guardaban sus cosas de manera desordenada con tal de irse rápido del lugar, y otras personas se tomaban su tiempo en poner las cosas de manera organizada para poder cerrar correctamente el bolso.

Ese era el caso de Taehyung, quien delicadamente guardaba sus lápices en su estuche, para luego meter este en la mochila.
Sus cuadernos guardados con tranquilidad, mientras su mejor amigo lo esperaba apoyado en el banco de al lado.

— ¿Vienes a mi casa hoy? Podemos ver películas y encargar pizza — Preguntó el más alto.

— ¡Sí! ¿Puedo dormir contigo
Koo? — tomó su mochila y la colgó en su espalda, se acercó a Jungkook y le sonrió.

— Bien, pero le avisas a tu madre.

— Esta bien, ¡Vamos Kookie!

Salieron de la escuela, y se dirigieron al estacionamiento para buscar el auto de Jungkook, porque sí, tiene un Mercedes Benz.
En el trayecto Taehyung llamó a su madre para avisarle que esa noche se quedaría con su mejor amigo. La señora Kim no tuvo problema ya que al otro día era sábado, y además que era muy normal que su hijo se quedara con Jungkook. Pasaron por un supermercado para comprar bebidas para la pizza, y se dirigieron hacia la casa del mayor.

piercing | kooktaeWhere stories live. Discover now