¿Dónde estás?

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     Me desperté de golpe, sus palabras retumbaban en mi cabeza, las lágrimas caían de mis ojos. No conseguí volver a conciliar el sueño y decidí salir de la cama. Al pasar por delante del espejo, vi de reojo mi reflejo. Con pánico, me detuve y aparté mi pelo de la cara. ¡No puede ser! ¡He perdido un pendiente durante la noche! Me corrí hacia mi habitación, encendí la luz, deshice la cama, verifiqué uno a uno todos los pliegues de las sábanas.

Nada.

     Me apresuré hacia el suelo y busqué por todas partes. Los minutos pasaban y no encontraba nada. Ya hacía casi dos horas que buscaba el pendiente. Y seguía sin encontrar nada.
Tengo que rendirme ante la evidencia. Ya no está aquí. Esta noche, estaba sola. No ha podido salir de mi habitación.

     Esta mañana, no he soñado con ella, no he vuelto ha soñar con ella desde entonces. Pero llevo con orgullo el pendiente que mi abuela me ha dejado.
¡No me lo quitaré abuela, espero que tú tampoco!

AbuelaWhere stories live. Discover now