Mi mejor amigo asintió y untó otra tostada con mermelada. Dando un trago a su café, me miró con curiosidad.

—¿Cuántas veces lo han hecho?—cuestionó con la taza a unos centímetros de sus labios.

Suspiré, otra vez.

—Dos.

—¿Y quién le dio a quién?

Alcé las cejas. No le interesaba saber, pero él me lanzó una mirada algo tosca, alzando una sola ceja.

—La primera él, la segunda yo.

—Así que eres pasiva.

—Acabo de decirte que una vez cada uno.

Entonces di yo un trago a mi café. Estaba muy caliente así que mi lengua estaba rogando por algo de agua fría, sin embargo no sacié su necesidad.

—Sí, pero la primera fue Luke—siguió, poniendo un dedo en su mentón para dar aire pensativo—, lo que te hace más pasivo que él.

Rodé los ojos

—No es importante.

—Dices eso porque eres más pasivo.

—Lo digo porque no es importante.

Calum hizo un gesto con la mano, como si intentara apartar un mosquito que daba vueltas a su alrededor, restándole importancia a lo que yo acaba de decir. Puso los codos en la mesa y me miró en silencio un momento. Me limité a darle una corta mirada y tomar de mi café. Pensé que no iba a hablar de nuevo, pero, como en tantas otras cosas últimamente, estaba equivocado.

—Quien diría que Luke te iba a dar, parece el más marica de los dos.

—Calum, cierra la boca, no estoy de humor.

Cerré los ojos, intentando apartar la imagen de Luke de mi mente, pero era algo imposible, con cada pestañeo se pegaba aún más a mi retina. Terminé haciendo un hueco con mis brazos sobre la mesa, dejando caer la cabeza en él, mis ojos aún cerrados. Todo lo que me estaba pasando en el último tiempo era algo para lo que no me sentía preparado. Yo era Michael, el estúpido impulsivo, inmaduro e incapaz de sentir demasiadas cosas difíciles. Por ser Michael todo me era doblemente difícil.

—¿Qué te dijo Luke?—la voz de Calum sonó seria y preocupada, por lo que levanté la cabeza para mirarlo. Agradecí que mi amigo hubiera dejado ir su lado burlón y estuviera hablando en serio conmigo. Necesitaba de eso ahora aunque en un principio no había querido tocar el tema.

Tomé aire antes de hablar.

—Que pensara si quería terminar con todo o ir a algo seguro.

—En ese caso serías la novia pegajosa-comentó con una sonrisa.

—No, claro que no.

—Sí, claro que sí—objeto con obviedad— Mira, si yo me tiro encima de ti me sacas, pero si se tira Luke no haces nada, es más te acurrucas más a él y pones una cara de estúpido que es digna de una foto. Ahora que lo pienso, voy a sacarte una foto la próxima vez, tal vez me alegre cuando esté triste.

—No hago eso. Que pesado estás hoy.

Fui a tomar un trago de mi café y me di cuenta de que ya lo había terminado. Resoplé un poco y volví a divagar. Ni siquiera pensaba en nada, solo miraba un punto fijo y vaciaba mi mente. Vi de reojo como Calum terminaba su café y luego se levantaba para dejar su taza en el lavaplatos. Se rascó levemente la nuca y me miró frunciendo el rostro.

—Suéltalo—murmuré, porque sabía que quería decirme algo.

—Mike, eres mi amigo y te quiero y todas esas cosas—habló, y dio unos pasos para acercarse a la mesa donde yo lo miraba apoyando mi mentón en la palma de mi mano y el codo en la mesa-, pero por favor deja de hacer cagadas.

—¿Crees que me gusta hacerlas? No entiendo qué me pasa, solo es eso.

Mi mejor amigo suspiró y volvió a rascarse la nuca. Luego de cambiar su peso de una pierna a otra pareció decidir que era más fácil si hablaba más cerca de mí, así que se sentó a la mesa de nuevo.

—A ver, ¿qué es lo que no captas?—bajó la voz, como si quisiera hacerme entender que esa conversación era algo entre él y yo, nadie más, nada más-. Te gusta Luke, no es nada malo, de hecho creo que es algo más que eso, pero ese ya no es mi terreno. Vienes hace tiempo con esto, es hora de que lo aceptes. No eres menos importante o diferente por eso. Y, por sobre todas las cosas, eres digno de que Luke te devuelva el sentimiento. Eres estupendo, Mike, y le importas a Luke, no está pretendiendo o fingiendo. Cree en él, y más que nada, cree en ti.

Estaba por responderle cuando ambos oímos un estruendo viniendo del pasillo. Intercambié una mirada con mi mejor amigo, y rápidamente nos dirigimos al lugar. La puerta de una de las habitaciones estaba abierta y en el umbral, tirado en el piso con el pelo en la cara y la camiseta llena de manchas de diferentes tragos de fruta que se había tomado la noche anterior, estaba Ashton, jadeando y mirando alrededor con confusión.

—¿Alguien sabe porqué me duele el trasero?


____________________________________


Santajosepedra, esto tiene 19k de leídos. Muchas, muchas gracias♥

Estuve en una semana break de escribir porque quería despejarme, pero ahora estoy de vuelta, siendo sexy como siempre(?

-Abby, la que regresa ah, re que nadie se había dado cuenta de que me había ausentado.


Never Underestimate A Blonde «Muke»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora