|| CAPÍTULO VEINTISEIS ||

Start from the beginning
                                    

Él me mira y se lame los labios antes de quitarse el delantal.

—Es tarde, come, me voy a dormir.

Le agarro la muñeca con delicadeza, deteniéndolo. Él no se gira del todo, quedando de perfil frente a mí, su mirada clavada al frente.

—Xan.

Él me mira y nos quedamos en silencio, nuestra única conexión es mi mano alrededor de su muñeca, juraría que puedo sentir su pulso descontrolado con mis dedos, pero lo atribuyo a mi imaginación. Y no sé que decir o por donde empezar, me aterra el hecho de que lo que sea que diga primero decidirá el tono de esta conversación. Tal vez me apresuré ante esto porque he estado tan enfocado en querer hablar, sin saber aún exactamente que es lo que quiero decir o como expresarlo.

—Xan, lo que pasó—

Me quedo a mitad de oración porque Xan se acerca y me besa. Él se agarra de mi cara y mueve su boca sobre la mía con desesperación y todo pensamiento se va de mi cabeza, la familiaridad de sus besos y su sabor me envuelven y alejan cualquier cosa que quisiera decir. Le respondo con la misma necesidad casi al instante. Pongo mis brazos a su alrededor y lo pego a mí con gentileza. Si algo es seguro es que este chico sabe besar muy bien, sabe como encender a alguien con un beso, sabe con aniquilar mi razonamiento porque ya no quiero hablar, ahora solo quiero repetir lo de la otra noche.

Lo giro y cuando su espalda choca con la isla de la cocina, despego mi boca de la suya para bajar y meter mis manos detrás de sus rodillas para subirlo y sentarlo ahí. Me meto entre sus piernas abiertas y lo beso de nuevo, mis dedos escabulléndose dentro de su camisa, rozando la piel de su cintura, su espalda, todo de él. Nos volvemos un caos de besos húmedos y respiraciones erráticas.

—Xan —murmuro contra sus labios, recuperando un poco de claridad—. Esto no era lo... que...

—Lo sé. —Él me muerde el labio y susurra—: No tenemos que hablar, Apolo. —Otro beso, nuestras lenguas rozándose, tanteando, él se separa de nuevo—. Solo sentir.

—Oh, créeme que quiero sentirte de nuevo, Xan, pero—

Me tenso y jadeo cuando su mano baja para acariciarme por encima de mis pantalones de pijama. Él me toca aun besándome y esto va a terminar en los dos follando de nuevo si dejo que la lujuria me controle, y me iré mañana al descanso con las mismas preguntas.

Contra toda voluntad, lo suelto y doy un paso atrás. Xan queda ahí sentado, sus mejillas más rojas que nunca, su camisa arrugada y desordenada. Mi pecho sube y baja, y no tengo que mirar mis pantalones para notar que una parte de mi se ha endurecido mucho durante esos besos.

—No puedo, Xan, soy un intenso —digo sin aire—. Lo sé, pero no soy de los que anda por ahí... follando como si nada.

Xan se impulsa de ambas manos y se baja del mesón, cuando está frente a mí me besa de nuevo y no puedo negarme, no quiero hacerlo porque una parte de mí aleja a ese Apolo que lo analiza todo y deja entrar al quiere sentir a este chico de nuevo porque los últimos días han sido un tormento, compartiendo cama con él, recordando lo que pasó y lo mucho que quiero que pase de nuevo.

—Hablaremos, lo prometo —susurra sobre mis labios—. No ahora, por favor, Apolo.

Y sus labios me dejan para besar mi cuello y bajar, Xan se arrodilla frente a mí, y cuando lo veo ahí, mi erección se sacude, anhelando, deseándolo. Él baja mis pantalones y me libera, Xan no duda en lamerlo desde la base hasta la punta antes de metérselo por completo en la boca. Ahogo un gemido que se mezcla con un gruñido de placer porque lo hace tan bien que esto será muy rápido de nuevo.

A través de la Lluvia [Hidalgo #3] [En librerías] ✔️Where stories live. Discover now