Capítulo 21 Aquelarre

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El capitán estaba a punto de decir algo, cuando una voz llamo su atención.

Era la sub directora de la preparatoria, la mujer los miraba con enojo. En sus manos llevaba varios documentos en un pequeño maletín.

—Soy la licenciada Grecia Moreau, y vengo a ver a mi cliente.

El detective Richards la miró de arriba abajo. Cómo había llegado tan rápido, Lucas apenas llevaba unas cuantas horas detenido, y por lo que supo, ese chico no había solicitado un abogado.

—Solo estamos haciendo unas preguntas,y su cliente se ha negado a responder todas.

—Eso es lo más inteligente que podría hacer, él tiene derecho a guardar silencio.

—Entonces entiende que él no necesita que usted esté aquí.

—¿Lucas está detenido?

Esa pregunta puso contra las cuerdas al detective.

—No. En este momento solo queremos saber que pasó en el hospital, por eso le estamos tomando la declaración.

—Y supongo que ya terminaron.

—Él no ha dicho nada...

—Él estuvo bajo mucho estrés en estos últimos días. Tendrán su declaración en cuanto se sienta mejor. —En ese momento Lucas la miró, el chico tenía una mirada perdida, algo le decía que estaba librando una batalla en su interior.

—Él no puede irse...

—Si no tiene una orden, o alguna prueba que inculpe directamente a mí cliente con los hechos del hospital, me temo que él se va a retirar conmigo, a menos que quiera que todo el mundo se entere de todas cosas sorprendentes que ocurrieron en ese hospital...

La mujer miró fijamente a los detectives, ella sacaría a Lucas de ahí, y lo haría aunque tuviera que asesinar a todos los policías en esa estación.

—Entonces pediré una orden...

—Me parece excelente—contesto la elegante mujer—, pero hasta que la tenga, mi cliente es libre de irse.

El jefe de policía sonrió por sus adentros, era bueno que alguien le pusiera un alto a ese hombre.

—Lucas, toma tus cosas, nos vamos.

Inmediatamente el pelinegro tomó su abrigo y salió de la habitación siguiendo los pasos de su "abogada". Ambos caminaron en   por los largos pasillos del edificio de interrogación en completo silencio.

—No tienes una idea de lo que hiciste... —La mujer se detuvo y encaró al chico.

—No fue mi intención...

—¡Los expusiste a todos, Lucas! Revelaste la magia a miles de personas, ¿tienes una idea de cuántas personas quieren que te asesine?

Ahí fue cuando Lucas reaccionó y se alejó de la subdirectora, no por miedo, sino por qué no deseaba pelear en ese momento. Su mente era un lio en esos momentos, no podía dejar de pensar en su padre, en Thomas... en Jackson. Si. Esa era última era la que le ponía peor.

La subdirectora debió notar el cambio en él, pues de un momento a otro la mejer hizo aparecer un enorme cuchillo. En él había infinidad de hechizos, uno por cada alma que se almacenaban en ella. Ese cuchillo era el arma definitiva de su organización, la única capaz de albergar la vida de seres de tan inmenso poder como Lucas.

Extendió el cuchillo y dijo:

“Y estoy reconsiderandolo.”

Lucas posó su mirada en el cuchillo, supuso que era lo suficientemente especial para que ella lo amenaza de a con el. Pero no importaba, el no tenía intenciones de pelear con esa mujer, al menos no por el momento, por lo que comenzó a emanar una gran cantidad de poder, no era mi la quita parte del total, pero sería suficiente para que todos en el territorio lo sintieran.

CAOS Libro 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora