Capítulo I

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I - The Dress.

Me desperté temprano y repentinamente, un diseño se estaba dibujando en mi mente mientras mi sueño daba las últimas campanadas, aquellas que marcaban su fin.

Me cepillé los dientes con urgencia, y tomé asiento en mi mesa de costura.

―Oh, por favor ―me susurré a mí misma—. Solo quiero plasmarlo bien.

Me sucedía con frecuencia, diseñaba un vestido en sueños o mientras estaba distraída, pero, si no lo llevaba a papel o a la misma tela, este se iba haciendo menos claro y la idea principal se veía borrosa. Y terminaba con un bufido y mi labio inferior ligeramente hacia afuera mostrando mi desesperación.

El boceto se encontraba vívido en mi mente. Elegí la tela adecuada para la pieza que tenía en mente, proseguí a tomar mis medidas y realizar los patrones.

¿Con vuelos, o sin ellos?, ¿manga larga o tres cuartos?

Una hora más tarde me hallaba frente al espejo, y mamá entró a mi habitación con una taza de café en mano.

―Buenos dí... ―Dejó el saludo incompleto y se quedó mirando con confusión mi cama, luego volteó la vista a donde me encontraba y me miró―. ¡Ángel!

Se le escapó una tierna carcajada.

― ¡Me asustaste, hija! ―se acercó a mí―, te traía café, pero ya veo que alguien madrugó este domingo, si apenas son las 8:00, amor; ¡y ya tienes un vestido espectacular!

Me sonrió con satisfacción.

Aquel vestido que se vislumbró con pequeños destellos en mi mente, se hallaba aquí, aferrado a mis curvas, y debo admitir que superó mis expectativas.

La parte superior era con un cuello circular muy conservador, del que salían unas mangas abullonadas que finalizaban en mis codos. La falda se abrazaba a mis caderas, mientras la parte inferior de estas era unos pequeños plises que me alargaban las piernas. Terminaba unos 10 centímetros sobre mis rodillas. Lo combiné con un lazo vintage de la misma tela con pequeñas perlas incrustadas.

―Buenos días, mamá ―dije mientras tomaba con ambas manos la taza que me entregaba, e inspiraba el aroma―. Es que, hace una hora más o menos, vino un boceto a mi mente, y me vi en la necesidad de hacerlo real.

Me miró con una ternura que calentó mi corazón.

―Está hermoso cariño, eres sumamente talentosa, ni ruido haces ―colocó un mechón de mi cabello tras mi oreja―, termina de vestirte, cariño, te llevaré a desayunar.

Asentí brevemente, tomé unas medias pantys negras, y unas botas que se posaban en mis tobillos. El lazo recién hecho se posó en mi largo cabello castaño.

Apliqué un poco de corrector de ojeras en mi rostro, compacto para sellarlo, blush y pintura labial.

Me dirigí al piso de abajo a esperar a mamá.

Tal vez haya algo cautivante en este desayuno, pensé mientras me pasaba los dedos por el cabello.


Mamá iba manejando mientras yo parloteaba; la verdad, es que ella me había pedido que le relatara los procedimientos que implementé al hacer el vestido.

Acabábamos de mudarnos de Francia, ahora residíamos en el corazón de Londres.

Soy británica, mamá igual, y mi papá es francés, mis padres se conocieron en la universidad de Cambridge; mamá estudió arquitectura y papá medicina. Él se encontraba de intercambio porque quería aprender el idioma, se conocieron y el amor brotó como un pequeño Kiri, que cimentó sus raíces y a pesar de cualquier adversidad se ha mantenido firme.

Hablo inglés y francés como idiomas natales debido a mis padres, y hace dos años me planteé aprender español, mediante series nativas de habla hispana, el idioma dejó un amor en mí que se fue fortaleciendo,

Cuándo tenía seis años nos mudamos a Francia por una oportunidad de trabajo de mis padres, y también para pasar un tiempo con mi familia paterna, que aún reside en su país natal. Amo ambos países por igual, son parte de mí, de mi familia y mi linaje.

Volvimos a Londres por trabajo de mis padres nuevamente, no me opuse a esto porque me pareció una oportunidad de diversificarme y crecer en muchos aspectos.

Así que, aquí me encuentro, inscrita en la UCL, University College London, como estudiante de intercambio en diseño gráfico.

Estoy ansiosa por este nuevo cambio en mi vida, y más que tengo el apoyo incondicional de mis padres.

Mamá detuvo el auto frente a una cafetería muy pintoresca, me recordaba a París y a su inconfundible aspecto romántico. Se divisaban luces en el interior, y una música tan relajante que parecía flotar en el aire.

―Me recomendaron este lugar, Ángel ―sonrió―, espero que sea tan bueno como dicen.

Nos adentramos en el lugar, Bookslife.

Lindo nombre, pensé.

Una mujer de unos treinta nos condujo a una mesa, estas estaban ordenadas de formas distintas, nada y todo encajaba a la vez. Las luces si de por si eran hermosas desde afuera, aquí dentro parecían una representación de la mismísimas estrellas.

Creo que lo que más me cautivó fue el aroma a café y páginas de libros que inundaba mis fosas nasales. 

― ¿Qué te apetece, cielo? ―mamá ojeaba el menú―, este croissant de harina de almendras tiene un aspecto exquisito.

Ojeé mi menú.

―Coincido ―le entregué los menús a la señora―, y también un mocaccino, por favor.

―Cariño, los cafés se piden en la estación de los baristas ―señaló a la izquierda―, sigues por allá y hacen su orden.

―Gracias ―dijo mamá mientras se levantaba―. ¿Un moca entonces, hija?

Me levanté de mi asiento.

―Voy yo, mamá ―sonreí―, no te preocupes, ¿Cuál quieres?

―Se me antoja un espresso cariño.

Asentí y me dirigí a la zona que me habían señalado, cada uno vestía de esmoquin, lo que le daba un aspecto más vintage al lugar. El barista se encontraba de espaldas, y al voltearse se topó con mi mirada.

Buenos días ―dijo en español, mientras me sonreía―. Bonito vestido, ¿Qué desea la hermosa dama?

Mis mejillas se tornaron de la misma tonalidad de su cabello, no podía dejar de escudriñarlo con mi mirada; su sonrisa, su hermoso cabello pelirrojo, su cálida voz que se repetía en mi mente una y otra vez.

― ¿Señorita? ―repitió con un tono de voz acompasado e hipnotizante, que me hizo saber, que, si accedía, se haría parte fundamental de mi mundo.

― ¿Señorita? ―repitió con un tono de voz acompasado e hipnotizante, que me hizo saber, que, si accedía, se haría parte fundamental de mi mundo

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¡Hola!

Acá está el primer capítulo, en el que tenemos el primer vistazo de nuestros protagonistas y el entorno en el que se desenvuelven.

Les deje como me imagino el diseño del vestido.

¡Estoy tan ansiosa!

Gracias por leerme, un pedacito de mi corazón está con ustedes.

Un beso.

<3

Love, Anne.Where stories live. Discover now